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TRAS CARTÓN   La Paternal, Villa Mitre y aledaños
 5 de noviembre de  2025
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"El tango es un viaje de ida"

"El tango es un viaje de ida"

Cada uno por su lado, los dos adquirieron sólidos conocimientos musicales, escucharon rock e hicieron jazz; el tango que, como decía Troilo, te espera, los reunió en Percal, un sexteto del cual él es guitarrista, arreglador, director y compositor de piezas de su repertorio, y ella está a cargo de los cantables. A ellos, Eva Fiori e Ignacio “Nacho” Cabello, los desvela la búsqueda sincera de nuevas y genuinas expresiones.

¿Qué significa para jóvenes como ustedes estar en el tango?
Fiori: –Una vez escuché una entrevista a Adriana Varela y, más allá de la opinión que pueda tener de ella como cantante, dijo algo con lo que me sentí bastante identificada, y era que, para todos los que venimos un poco del palo del rock, encontrarse con el tango y entrar en su mundo es un viaje de ida. Dijo también algo que a mí me quedó muy marcado: “Una vez que cantás un tango, sentís algo y ya no querés volver a sentir otra cosa”. A mí me pasó eso y entonces cualquier canción que ahora quiera interpretar va a ser un tango, salvo que sea una pieza de jazz o una obra de Fauré. Fue como entrar en un lugar de donde no volví a salir y tampoco pienso hacerlo.
Cabello: –En mi casa se escuchaba mucho tango; tengo muy presente el recuerdo de mi abuela que todas las mañanas, muy temprano, tomaba mate en la cocina escuchando a Gardel, que actualmente es uno de mis favoritos, aunque tardé muchos años en entenderlo. En realidad, yo entro en el tango escuchando un tema, Gricel, pero en la versión de Luis Alberto Spinetta; cuando escucho eso digo “pero ¿qué es esto?”, y viene mi viejo y dice “es un tango y está mal cantado”. Entonces me puse a buscar y encontré al Polaco Goyeneche con la orquesta de Garello: ahí se me abrieron los ojos. En ese momento yo tocaba jazz, pero comienzo a investigar sobre el tango, a escuchar cosas, el Polaco sobre todo, y cada vez voy más atrás. Y armé Percal pensando en Pedro Laurenz; me había llegado el disco de su quinteto, Pedro Laurenz interpreta a Pedro Laurenz, del año 69, el último que grabó, que me parecía increíble. En el primer disco de Percal todos los temas son propios, salvo uno que es Pimienta, de Fresedo, porque el objetivo fue componer temas nuevos con el sonido de Laurenz.  En este último disco, decidimos tomar directamente el disco de Laurenz y desgrabarlo nota por nota. 

–¿No hay arreglos escritos?
–No, yo he investigado y no he conseguido ninguna partitura, salvo de algún músico que desgrabó un tema de acá, el otro que desgrabó un tema de allá… En los 90 los de la generación nuestra, si queríamos hacer una orquesta, desgrabábamos un arreglo directamente. Claro, no había una escuela: si yo hubiera sido músico en la época de los 40 podría haberme metido con  Troilo y aprender el oficio y el estilo, pero nosotros tuvimos que ser muy autodidactas: los maestros, en su mayoría, ya no estaban: muchos habían muerto y los que vivían ya no tocaban. Entonces, ¿qué teníamos? Audios. Lo interesante fue que pudimos desgrabar y aprender, para mí las desgrabaciones son como un seminario de música.

–¿Creen que el tango repuntó?
–El tango dejó de ser comercial: en los 30 y 40 era la música que escuchaba el 90% de nuestra población, pero el mundo va cambiando –no dije evolucionando– por muchas cosas: por la tecnología, por las familias disfuncionales, por lo que sea. Creo que en los 60 el tango quedó en un lugar de statu quo, donde solo algunas personas lo escuchaban porque el rock era lo que predominaba a partir de Los Beatles; pienso también en Astor Piazzolla que, si bien no retomó lo que se estaba haciendo, fue por otro lado e hizo esplendor, tal vez la búsqueda fue por ahí y lo otro se quedó en el tiempo. En los 90 se retoma, pero ya no con la brillantez de los años 40; te diría que fue un hecho contracultural, de resistencia intelectual. Y éramos pocos, me acuerdo de que éramos cuatro o cinco grupos los que estábamos dando vueltas, y casi ni había milongas.

 ¿Nada de lo que se hace en tango es comercial?
–Sí, el tango for export es comercial.

–¿A qué llama tango for export?
–Al que está armado para el turista, con el cantor gritón, la orquesta que toca muy rápido, los bailarines dando vueltas… Por lo general, son buenos profesionales los que trabajan en eso, pero se suben a un proyecto…
Fiori: –…que está en hacer plata. A mí el amor a la música me impide hacer eso, me impide pararme en una tanguería,  ponerme un vestido escotado de lentejuelas y cantar una cosa vacía; lo mismo pasa en el baile, veo minifaldas y coreografías con piernas arriba, pero no está la esencia del tango, que es la conexión entre los dos, y da lo mismo bailar un chamamé que un tango, e incluso un tango de una orquesta y un tango de otra, cuando no es lo mismo bailar Pugliese que bailar Di Sarli, Canaro o Salgán. El tanguero de tanguería sigue perjudicando mucho al género, trabajando para la guita, cantando y tocando las mismas canciones; ¿dónde está la búsqueda? Yo tengo dentro de la computadora una biblioteca de discos de tango que ya no me entra en ningún lado, y hay grabadas una cantidad impresionante de obras, ¿por qué se canta siempre lo mismo? Yo no quiero cantar cosas que ya canta todo el mundo. Pero, si te querés quedar en el ambiente, tenés que responder, no a la búsqueda, sino a lo que quiere el tipo que te paga para ir a tocar. Y también están esas peñas con el dúo o el trío de guitarras, donde el cliente que va y consume puede cantarse dos o tres canciones. Yo siento que, encima de que el tango está debilitado, todas estas cosas hacen que termine siendo, como dice Discépolo, la mueca de lo que soñamos ser.

¿Y en cuanto a las expresiones del denominado tango contemporáneo?
Cabello: –Dentro de lo que se llama actualmente la vanguardia tanguera he escuchado cosas excelentes, como al pianista Gustavo Beytelmann haciendo tangos clásicos con un lenguaje de música contemporánea, y también he escuchado a otros artistas haciendo tangos contemporáneos en quintetos o tríos y no sé si son tan vanguardistas como lo están planteando, porque me parecía escuchar a Generación Cero del maestro Rodolfo Mederos, que ya lo hizo en los años 70. Dentro de todo este panorama hay algunas cosas que a mi criterio están muy logradas, y otras que las escucho y digo “esto ya lo hizo Astor”. Después está todo el tema del tango electrónico, el yeite más fácil que vi en mi vida, que es poner una base electrónica y un bandoneón; la base electrónica tiene un techo muy corto que no te permite hacer cosas y entonces no podés hacer, por ejemplo, ningún rallentando; aparte, es un discurso bastante pasivo y hasta te diría publicitario.

–¿Hay locales dedicados al buen tango?
Fiori: –No, no conozco ningún lugar donde tenga garantizado que si voy va a haber buen tango, para escucharlo tenés que seguir a los grupos que te gustan.

–¿Se lo puede escuchar en espacios oficiales?
Cabello: –En esos espacios, tanto en un gobierno como en otro, siempre estás supeditado a los contactos que tengas. No hay un ente oficial que vaya por distintos lugares eligiendo proyectos, y me encantaría que algún día pasara algo así, que  alguien del área de cultura de la Nación o de la Ciudad se pusiera la campera y fuera a esos lugares donde están los pibes tocando, a ver qué pasa, y los programe en la tele o los ponga en un teatro: eso sería apostar a la cultura, claro que dándoles el apoyo necesario porque, si les dicen “te damos este espacio, hacé lo que puedas, no tenés ningún tipo de presupuesto”, los tipos  van a tener que llevar algo que pegue, y volvemos a lo mismo de siempre. 

–¿Qué pasa con la difusión?
–La difusión es la de una música que dejó de ser comercial. Un programa muy popular, como el de Tinelli, no va a llevar a un artista que hace tango porque para la televisión no garpa, a menos que sea un personaje cómico para un   sketch: “ponemos un tanguero”.
Fiori: –Es un momento bastante complicado, incluso hay una radio que tiene prohibido por el director pasar tangos en sus programas. Además, siempre existió esta tendencia a vender lo fácil y lo chabacano, y pienso en la escritura, donde una cosa es la poesía de Borges, por ejemplo, y otra cosa es una novela efectista; con la música pasa exactamente lo mismo. Percal tango recién pudo acceder a una gira el año pasado, después de ocho de cocinar un proyecto, pero porque estaba ocupado con otra cosa, que es justamente qué color y qué identidad se le da al conjunto. Yo he pasado por algunos grupos y he escuchado cómo se manejan con este criterio efectista: “este acorde no, borrame estas notas que no van a salir, esto no lo hagamos porque no lo baila nadie y no lo vamos a poder tocar en milongas”.
Cabello: –Por otra parte, ningún tanguero llena un estadio, a lo sumo pueden llenar un teatro, son artistas populares conocidos pero no famosos. Y los famosos salen en MTV, en las radios de todo el mundo y sobre todo en todos los cables de televisión, mientras que el tanguero es más local.

Gardel era internacional...
–Tenés que tener un ángel para que te vaya bien a ese nivel, porque más allá de que fuera buen cantor había algo en su presencia que captaba la atención que no lograban otros cantores.

–¿Podría lograrlo hoy?
–Creo que sí porque, como pasa con todos los grandes artistas, la gente empezaría a escucharlo, lo entendería y se adaptaría a él, porque era un tipo al que te quedabas escuchándolo, más allá de la voz, por cómo te contaba la historia, no te la tiraba sino que te metía dentro de ella.

–Por último, ¿están pensando en un nuevo proyecto?
Cabello: –Sí, con esto del cruce estamos pensando en hacer un disco que en realidad es un sueño mío del que estoy tratando de convencer al resto. Yo soy muy fanático de Charly García, y un día le escuché decir muy claramente que lo que tiene de plus el rock argentino con respecto al latinoamericano y al español es que está atravesado por el tango, y eso es algo que no tiene nadie. Dijo también que a él lo sorprendía cuando iba a Brasil que hubiera calles con los nombres de Toquinho, de Vinicius y de otros grandes artistas, y preguntaba acá dónde está la calle Carlos Gardel, solo hay un pasaje chiquitito, decía, como revalorizando la figura. Yo lo escuchaba hablando de Gardel y dije “¡Charly Gardel!”. Ahí se me ocurrió hacer un disco de repertorio de Gardel y repertorio de Charly García tangueado, porque quiero ponerlos a los dos como grandes compositores y referentes de sus respectivos géneros.

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