Fábula de alta gama
- Por Pablo Sáez
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Un beso en el vidrio dejó marcado el rouge tiene un hilo de relato al parecer simple: un muchacho del conurbano accede a chofer de un poderoso funcionario y conoce, por primera vez, un buen traje, un auto de alta gama y un empleo estable. Todo lo deslumbra y parece revancha frente a su humilde condición social y mandatos familiares. Circunstancias azarosas acontecen, conoce a alguien diferente y todo cambia. Pero esta obra de Sonia Novello dispara otras lecturas desde las imágenes que construye su puesta en escena, ese objeto artístico complejo, configurado por muchas artes, como nos enseña Rubén Szuchmacher.
El espectador, desde las gradas de una sala muy bien equipada en el barrio de Once, descubre, en el centro del escenario, una tarima de madera rectangular con dos butacas de automóvil; a la izquierda, un atril con su lámpara lectora, y a la derecha, un cartel que indica “hombres trabajando”. Con esos pocos elementos y el juego de cuatro sólidos actores, la dramaturga inicia el relato desde la platea, para luego contar su obra desde la escena misma. De pie frente al atril, lee didascalias, narra situaciones y da entrada a sus personajes, a la manera de Kantor, pero con palabras. Va construyendo un espacio imaginario que crece con la llegada de Fernando, “Ferchu”, el protagonista, encarnado por Raúl Fernández, que con su cuerpo sostiene toda la obra.
Ferchu se presenta con un impecable traje nuevo, zapatos lustrados, camisa y corbata. Desde sus parlamentos, la tarima con butacas se convertirá en un auto de alta gama con el que viaja por la ciudad y en el que pasa largas esperas mientras su patrón hace otras cosas. Su patrón es un diplomático, encarnado por el indudable actor mexicano Layc, que con sus fuertes apariciones pareciera reclamar obra propia. Completa el elenco, y es motor de la progresión dramática, otro personaje, Luzmila Esperanza, interpretada por Osqui Ferrero. Luzmila es una prostituta trans que merodea las calles por las que circula Ferchu. Sus entradas cautivan y, con un pregnante vestido rojo y medias negras, sacude a Ferchu en su rutina de chofer de lujo y será quien cuestione la aparente seguridad a la que ha accedido.
Siempre el drama avanza desde el relato de la dramaturga, que irrumpe en la escena principal para crear con su cuerpo convenciones teatrales: es con capucha el fantasma de la madre muerta de Ferchu, a veces es con su voz los textos de un teléfono móvil, y hasta se convierte en equipo de música, cantando recostada dentro del auto imaginario. Una singular vehemencia la impone en el centro de la acción, metida entre sus personajes.
El texto habla de un trabajo muy cuidado, y los actores, bajo la dirección de Claudia Mac Auliffe, lo defienden con mucha energía. La fábula principal alude a una proclama de libertad frente a las convenciones. Creemos que merece más lecturas, las que dispara su disruptiva puesta en escena.
En Área 623, Pasco 623, Ciudad de Buenos Aires. Jueves a las 20:00 h. Hasta el 25/07/2024.
Reservas: 1157721855 / Web: http://www.area623.com.ar
FICHA TÉCNICA
Autoría: Sonia Novello
Dirección: Claudia Mac Auliffe
Actúan: Raúl Antonio Fernández, Osqui Ferrero, Luis Layc y Sonia Novello
Asistencia: Marco Riccobene
Diseño de escenografía y vestuario: Gabriella Gerdelics
Luces: Jorge Pastorino
Fotos: Pablo Garber
Producción: Cristina Sisca
Voz en off: Cristina Maresca