A través del arte se evocó una gran gesta
- Escrito por Victor Pais
- Tamaño disminuir el tamaño de la fuente aumentar tamaño de la fuente
En el marco de un nuevo aniversario del inicio del proceso conocido como Defensa de Buenos Aires, el Museo Nacional del Cabildo y de la Revolución de Mayo, ubicado en Bolívar 65, propició la visita guiada intitulada “Charles Fouqueray: La plástica de las invasiones inglesas”.
La actividad, que fue conducida por el historiador y columnista de nuestro medio Miguel Ruffo, contó con la asistencia de Horacio Mosquera, director de la institución anfitriona; María Inés Rodríguez Aguilar, directora nacional de Museos; Roberto Luján Elissalde, destacado historiador, docente y periodista, y un considerable público.
La visita guiada se desarrolló en la sala del museo destinada a las invasiones inglesas y en la que se encuentran exhibidas vistosas reproducciones de dos óleos sobre tela acerca de dicho tema, uno de los cuales, Reconquista de Buenos Aires, que data de 1910, se le atribuye al mencionado pintor francés Fouqueray, y el otro, La Defensa de Buenos Aires, fechado en 1912, es fehacientemente obra del pintor.
Además de ofrecer su interpretación de las obras, Ruffo aportó datos sobre los factores políticos que dieron lugar a su patrocinio en una época en la que se conmemoraba el centenario de la Revolución de Mayo y señaló que “fueron encargadas por el gobierno argentino y también por Ángel Estrada, que era ministro plenipotenciario y representante diplomático de la Nación Argentina ante la Santa Sede”.
Por otra parte, subrayó: “Dado el espacio en el que estas pinturas se encuentran, la Sala de las Invasiones Inglesas del Museo del Cabildo, aquí lo relevante desde el punto temático de las pinturas es la derrota de las fuerzas británicas. El espacio en el que estas pinturas son exhibidas no es neutro en cuanto a la interpretación que uno pueda hacer de ellas”.
A su vez, Ruffo brindó datos biográficos sobre Fouqueray y, entre otras cosas, refirió que el artista, al proyectar las obras expuestas, “vino a nuestro país para documentarse in situ de cuáles eran los acontecimientos que tenía que trasladar a la tela”.
En un ida y vuelta con los asistentes, Ruffo se refirió a la forma de proceder del pintor de historia, género al que estaba adscripto Fouqueray, y señaló: “Si nosotros vamos a la Plaza de Mayo ahora, no vamos a ver el fuerte, no vamos a ver la Recova, no vamos a ver el Cabildo tal como era en 1906, entonces, ¿de qué manera el espacio podía llegar a sugerirle [a Fouqueray] la presencia de esas instituciones?”. Dedujo a la sazón que el artista “tuvo que acudir a las representaciones de la Plaza de Mayo, por ejemplo, las acuarelas y los dibujos de Carlos Enrique Pellegrini y, al mismo tiempo, hubo de documentarse en testimonios escritos de cómo se habían desarrollado esos acontecimientos”.
Como corolario, en una suerte de apéndice del programa propuesto para la visita guiada, Ruffo proporcionó información e hizo su exégesis sobre la Lámina de Oruro, una llamativa obra de platería exhibida en una de las paredes de la sala obsequiada a la Ciudad de Buenos Aires en diciembre de 1807 por la Villa de Oruro como conmemoración de los episodios de la Reconquista y la Defensa.