Arte y ambientalismo confluyen en el Perlotti
- Escrito por Victor Pais
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Con apreciable concurrencia, tuvo lugar ayer en el Museo de Esculturas Luis Perlotti –ubicado en Pujol 644– la inauguración de “Territorios en tensión. Otras formas de habitar”, muestra que incluye obras de la escultora Susana Casanovas, la grabadora Adriana Omahna y el pintor de técnicas mixtas Hernán Reyes.
Fueron parte de los asistentes, además de los tres artistas expositores, la curadora en jefe de la Gerencia de Museos de la Ciudad de Buenos Aires, Silvina Amighini; el director de la institución anfitriona, Darío Klehr; la curadora de la muestra, María José Pérez, y miembros de la Asociación de Amigos del Museo, entre ellos, su presidenta, Analía Brizuela.
Después de transcurrida alrededor de una media hora en la que los visitantes apreciaron las numerosas obras de la muestra, montada en el amplio corredor del segundo piso del museo, se improvisó junto a La tierra, una impactante escultura de Casanovas realizada con material reciclado, un breve acto en el que, tras ser presentados por Klehr, los artistas hablaron sobre sus propuestas.
“Mi trabajo es más que nada con reciclado de plástico”, informó Casanovas. Y manifestó: “Es algo que me tiene bastante preocupada del medio ambiente, que está lleno de plástico. Los animales se mueren por los plásticos, tanto en el mar, como en el aire y en la tierra. Entonces yo estoy haciendo varios trabajos que tienen que ver con la tierra, el agua y el aire. Y que tienen que ver con nuestros propios desechos de cómo estamos no sabiendo usarlos”. Así pues, señaló la referida escultura y dijo: “Esta es la tierra que está resistiendo, tratando de estar de nuevo junto a sus raíces. Porque nosotros, como seres humanos, también estamos un poco alejados de nuestras raíces, eso es lo que quise expresar en este trabajo”.
A su turno, Omahna señaló: “Yo vengo del área de la pintura. Me gusta el color, pero estoy investigando hace mucho sobre arte, naturaleza y sociedad, y logré, después de unos 25 años, trabajar con materiales utilizando la naturaleza construida en la ciudad, porque esto tiene que ver, como todo el proyecto, con otras formas de habitar nuestra ciudad”. Y continuó: “Todo lo que vemos verde, lo construimos culturalmente. No hay naturaleza pura. Pero trabajo con materiales no tóxicos y tintes naturales. Ese es el formato. Trato de ser coherente entre lo que digo y lo que hago”.
Finalmente, Reyes sostuvo: “Yo encaro el tema desde un punto de vista un poquito más filosófico, porque la serie que estoy exponiendo acá se llama una serie zen. Me baso un poco en el budismo japonés, el zazen, que es la meditación. Y lo que intento a través de las obras es que el observador pueda entrar en un estado de introspección que lo lleve a reflexionar acerca de cuestiones como las asimetrías sociales, las guerras, el consumismo excesivo. Por eso trabajo sobre papel, y con asfalto en muchas ocasiones, para demostrar la fragilidad del medio ambiente, que lo estamos llevando a extremos en donde nuestra casa va a ser difícil de habitar”. Explicó después que además de “esta filosofía de origen oriental” también lo inspiran “conceptos de Freud acerca de la pulsión de vida y la pulsión de muerte”, haciendo hincapié en que cuando esta última “uno la deposita en un tercero es pulsión de agresión y de destrucción”, a lo que concluyó: “Este estado de introspección que quiero generar es para hacer conscientes estas cuestiones y que podamos reflexionar y adoptar aquellas medidas que puedan frenarlas y que puedan hacer nuestra casa habitable”.
Por último, y antes del cóctel con el que se agasajó a la concurrencia, Amighini destacó: “Creo que a través del arte uno crea conciencia y crea comunidad, y un tema como el vínculo que tenemos con el territorio y ciudad, y territorio y naturaleza es más que importante”.
La muestra permanecerá hasta el 15 de septiembre próximo. El museo, que ofrece además como atracción la exposición permanente de numerosas obras de su vasto patrimonio, se encuentra abierto los lunes, miércoles, jueves y viernes de 11 a 19 y sábados, domingos y feriados de 11 a 20. La entrada para residentes argentinos y/o extranjeros (con DNI) es de $ 2000. Para jubilados, estudiantes universitarios debidamente acreditados, personas con discapacidad más un acompañante, menores de 12 años, excombatientes de Malvinas y grupos de estudiantes de colegios públicos el acceso es sin cargo.