Sobre un hito de nuestra historia del arte

En el marco de la celebración del Día de la Cultura Quichua, el acogedor Museo Casa de Ricardo Rojas, ubicado en Charcas 2837, propició una conferencia a cargo de los historiadores María Inés Rodríguez Aguilar y Miguel Ruffo intitulada “El país de la Selva, letras y creencias en Ricardo Rojas y Alfredo Gramajo Gutiérrez”. Contó el encuentro con una apreciable concurrencia y las presencias de la directora de Patrimonio de la Secretaría de Cultura de la Nación, Liliana Barela, y la nieta de Gramajo Gutiérrez Cecilia Mayorga.

Los disertantes, ambos con una larga trayectoria como investigadores y con proyectos compartidos –precisamente uno de ellos fue la organización y curaduría de una exposición realizada en 2012 en la Fundación OSDE sobre Gramajo Gutiérrez­– fueron presentados por Laura Mendoza, directora de la institución convocante. Cabe subrayar además que Ruffo es asiduo columnista de arte e historia de nuestro medio.

La lujosa reedición de 1946 ilustrada por Gramajo Gutiérrez de El país de la selva, libro de Ricardo Rojas aparecido por vez primera en 1907, fue el disparador de la charla.

Expuso primero Rodríguez Aguilar sobre las circunstancias y los debates que dieron lugar al surgimiento de una corriente de literatura nativista en la que inscribió al multifacético Ricardo Rojas. Hizo un repaso sobre la actuación política y las publicaciones más destacadas de este escritor. También se refirió a la performance de otras figuras literarias que transitaban un sendero afín, como Leopoldo Lugones, y finalmente habló sobre el pintor Gramajo Gutiérrez, sobre algunas vicisitudes de su vida y sobre cómo su estética, que armonizaba con esa “gran eclosión de los temas regionales” que se produjo en las primeras décadas del siglo XX, fue terreno fértil para su confluencia con Rojas y emprender el proyecto de la célebre edición.  

A su turno, Ruffo, valiéndose de diapositivas, hizo un minucioso y refinado análisis de cada una de las diez estampas incluidas en la edición y, en términos genéricos, conceptualizó: “Gramajo, a través de sus pinturas, va a representar [al obrero criollo] en el trabajo, en la diversión, en la creencia y en esta religiosidad popular que vemos permanentemente en el relato de Ricardo Rojas”.

El encuentro culminó con un animado diálogo entre los disertantes y el público, el cual, además, dispuso de la posibilidad de acceder a una mesa situada en un lateral de la sala donde se encontraba expuesta la histórica edición que motivó la charla junto a otras varias de diferentes años.