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TRAS CARTÓN   La Paternal, Villa Mitre y aledaños
 13 de diciembre de  2024
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Primeras caricias del éxito

Se cumplen hoy cien años del debut en un escenario de Buenos Aires del dúo compuesto por Carlos Gardel y José Razzano. La presentación tuvo lugar en el teatro Nacional, de la avenida Corrientes 960.

El debut teatral se produjo poco después del que había cumplido el dúo en el lujoso cabaret Armenonville, ubicado en la intersección de la avenida Alvear y la calle Tagle. Las crónicas dicen que era frecuentado por hombres de lo que se llamó mucho tiempo la mejor sociedad y mencionan apellidos, entonces notorios, hoy perfectamente grises. Sólo el nombre de Jorge Newbery mantiene algo de brillo.

El show del local incluía la actuación de un conjunto típico integrado nada menos que por Roberto Firpo al piano, Eduardo Arolas en bandoneón, Tito Roccatagliata en violín y Leopoldo Thompson en contrabajo. Recordemos sin embargo que el Zorzal todavía no había creado el tango canción, y el repertorio del dúo estaba compuesto en su totalidad por estilos, cifras, canciones criollas y otros ritmos folklóricos.

El dúo era muy celebrado por esa conspicua clientela, de la que formaban parte también las principales figuras de la escena nacional. Cuando, según contó Razzano, los oyó cantar Pablo Podestá, se lo comentó a Elías Alippi, quien, después de escucharlos a su vez, los invitó a presentarse en el teatro donde actuaba junto a Francisco Ducasse, con el que había formado una “compañía nacional de pochades y vaudevilles” en cuyo elenco revistaba, entre otros, Enrique Muiño.

Los cantores fueron contratados por veinte pesos por noche –suma exigua si se tiene en cuenta que en Armenonville cobraban setenta pesos, pero el precio de la platea había sido fijado en dos– como fin de fiesta de la compañía Ducasse-Alippi, que a la sazón estaba representando el vodevil El paraíso, del francés Arthur Hannequin, obra no exenta al parecer de escenas escabrosas. No pasó mucho tiempo para que el fin de fiesta cosechara un éxito mucho mayor, tanto de público como de crítica, que la fiesta en sí.

No está de más consignar que el dúo cantaba acompañándose en guitarra, sin micrófonos, equipos de sonido ni nada por el estilo, de modo que los afortunados espectadores pudieron apreciar la voz de Gardel en todo su esplendor.

Las presentaciones de los cantores en el teatro Nacional se extendieron hasta el 20 de enero.

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