“¿No será que esta es la libertad, carajo?”
- Escrito por Victor Pais
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Como reflejo de lo que viene sucediendo en otros barrios porteños y otras ciudades del país en rechazo a lo que en los pocos días de estar a cargo del Poder Ejecutivo está implementando y pretendiendo imponer el gobierno de Javier Milei, alrededor de doscientos vecinos se congregaron en la esquina en la que se cruzan las avenidas San Martín y Juan B. Justo y la calle Paysandú para refundar la Asamblea de La Paternal, instancia de deliberación y acción que tuvo su primera vida hace 22 años tras el estallido social de diciembre de 2001 que provocó la caída y huida en helicóptero de Fernando de la Rúa.
“Estamos acá retomando una forma participativa, no representativa”, expresó en las palabras de apertura Raúl Nudel, vecino que fue parte del grupo convocante y un activo asambleísta de la mencionada experiencia de comienzos de siglo.
Raúl subrayó además que “cada uno de nosotros presentes acá es una voz” y que “es importante que cada voz se escuche”, por lo cual, dijo, “hace falta mucha paciencia y poder escuchar lo que a uno le molesta o no está de acuerdo, pero cada uno tiene que disponer del espacio para poder decir lo que tiene que decir”.
Finalmente señaló que “hay vecinos que la miran de afuera y se preguntan esto qué es”. Y sugirió: “¿No será que esta es la libertad, carajo? Digo, la libertad de que uno pueda pensar y no venga un chabón en cualquier lado y diga: ‘No, acá se deja de respirar, acá no se come más, acá no se puede andar por la calle ni juntarse más de tres’”.
La asamblea, que sesionó durante alrededor de dos horas, se ordenó a través de una lista de oradores con una medida mesurada de tiempo para que cada uno de los anotados expusiera. Es así que se pudieron expresar más de veinte personas, entre las cuales muchos se referenciaron por su condición laboral –trabajadores de la salud, docentes, jubilados, etc.– y otros por su pertenencia a una determinada corriente política o agrupación vecinal. Fue variopinta también la composición etaria de la concurrencia, con una apreciable afluencia de jóvenes. Por la gran convocatoria, a poco del inicio, se decidió ocupar la calzada de Paysandú y no tardaron en llegar algunos patrulleros para evitar que algún auto intentara circular por esa vía.
Una vez culminada la ronda de intervenciones, muchas de ellas propositivas, se realizó una votación a mano alzada para determinar qué se aprobaba y qué no. Todo lo enumerado tuvo un cauce afirmativo y se resolvió, entre otras cosas, continuar con las asambleas todos los miércoles a las 19, por ahora en el mismo sitio; realizar un cacerolazo al final de cada asamblea; participar como Asamblea de La Paternal en el paro del próximo 24 de enero que impulsan las centrales obreras; portar como consignas “Contra el DNU”, “Contra la Ley Ómnibus”, “Contra el protocolo antiprotesta”, “Abajo Milei”, “Contra Caputo”, “Si nos tocan a uno, nos tocan a todos”; apoyar a los trabajadores estatales despedidos, a los prestadores precarizados y, en particular, a los prestadores por la discapacidad; la realización de una bandera de la asamblea con el logo de la locomotora de La Paternal; y acompañar los jueves a las Madres de Plaza de Mayo en su tradicional ronda.
Concluida la votación, y entre los cánticos de toda la concurrencia, como el que advierte “Unidad de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode, se jode”, se tomaron fotos de todo el conjunto de la asamblea detrás de la improvisada bandera que se confeccionó para la ocasión y se realizó el resuelto cacerolazo.
Cabe destacar que, como también ocurrió en diciembre de 2001, el nacimiento de esta nueva asamblea estuvo precedido de una imponente concentración vecinal en esa misma esquina que incluyó un cacerolazo y una marcha por la avenida San Martín hasta el Cid Campeador para confluir con los numerosos vecinos que se estaban manifestando allí. Esto ocurrió el pasado 20 de diciembre, apenas finalizada la cadena nacional en la que Milei anunciaba la sanción del DNU y en consonancia con una infinidad de movidas similares en nuestra ciudad y en varias otras del país.