Entre plantas, libros y homenajes
- Escrito por Victor Pais
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La Biblioteca Popular Florencio Sánchez celebró su 110° aniversario con una jornada abierta a la comunidad. El encuentro incluyó un espectáculo circense, música en vivo, talleres, actividades en la huerta y un emotivo homenaje a María Elena Berardi y Carlos Zuffinetti, dos referentes fundamentales en la historia reciente de la institución.
La Biblioteca Popular Florencio Sánchez, emblemático espacio cultural de La Paternal ubicado en Pasaje Granada 1660, celebró el pasado sábado su 110° aniversario con una jornada abierta que reunió a vecinos y socios, así como a familiares de María Elena Berardi y Carlos Zuffinetti, dos destacados referentes de la institución recientemente fallecidos. Entre las propuestas, hubo un atractivo número circense protagonizado por Circopate, juegos para los más chicos, talleres de dibujo y cómic, actividades en la huerta emplazada en la terraza de la casa, los recitales de las cantautoras Caro Murray y Anto Pi y un buffet con ricas cosas dulces y café.
El momento más emotivo llegó en mitad del encuentro, cuando se realizó el homenaje a los mencionados María Elena y Carlos. La sala de computación y la huerta pasaron respectivamente a llevar sus nombres, en reconocimiento a la dedicación a la institución que ambos mantuvieron durante décadas.
Tomaron la palabra Silvana Lozano, actual presidenta de la biblioteca, y Norberto Zanzi, su anterior presidente. Lozano recordó con emoción a los homenajeados: “Tanto Carlos como María Elena nos abrieron las puertas. A María Elena no la pude conocer, pero Carlos nos abrió este espacio a las personas que pasábamos por acá y era alguien con quien hablábamos de todo. Es un humildísimo homenaje. Pero estamos sumamente agradecidos”.

Por su parte, Zanzi evocó primero la extensa trayectoria de Berardi: “María Elena estuvo más de 40 años en la biblioteca, en épocas muy difíciles. Había que buscar por todos lados el dinero para pagarle a la bibliotecaria. Esta es una biblioteca popular, no tiene demasiados ingresos. Dependemos un poco de los subsidios y de los socios. Ella fue una de las que luchó para que se hiciera una ley que ayudara a las bibliotecas populares de la ciudad. Vivía acá al lado, su vida era la biblioteca. Si esta institución sigue, es por María Elena”.
Luego dedicó palabras a Zufinetti: “Carlos era uno de los pocos que usaba mucho tiempo para hacer todo lo necesario. Cuando empezó la huerta, hace cinco años, se comprometió mucho con esa actividad. Era muy conversador, se acercaba a la gente y eso es lo que tiene de bueno la biblioteca: que la gente que viene se siente comprendida, atendida, como en su casa”.

Durante la celebración, Lozano y Mercedes Palmucci, vicepresidenta de la institución, conversaron con los medios barriales presentes sobre su actualidad y los desafíos que enfrentan las bibliotecas populares.
“La biblioteca es un espacio de comunidad hermoso –afirmó Lozano–. Va más allá de los libros. Pasa algo a nivel humano que es muy lindo. Y, además, aprovechar los libros y la cultura siempre abre el pensamiento y el socializar. Me parece importante remarcar que se usen las bibliotecas. Son lugares fundamentales, porque son nuestros. Que esté esta biblioteca en el barrio es algo increíble”.
Palmucci destacó la relación con las escuelas de la zona: “Vienen chicos de las escuelas cercanas a usar también la biblioteca, los libros y los talleres. Hay una escuela que no tiene biblioteca y viene a utilizar el salón de acá”.
Ambas dirigentes coincidieron en señalar las dificultades que atraviesan las bibliotecas populares por el desfinanciamiento de la Conabip, pero también en la importancia de mantener viva la participación comunitaria. Lozano explicó: “En la Conabip está complicado el tema porque hay un desfinanciamiento y un parate. El presupuesto no se movió y hay un retraso general. Nosotros somos un lugar privilegiado, tenemos espacio propio, pero en las provincias están muy complicados porque dependen directamente de eso. Las bibliotecas son refugios. Se crea comunidad y hay población vulnerable que encuentra ahí contención”.
En cuanto al funcionamiento cotidiano, la presidenta valoró el crecimiento del préstamo de libros: “Ahora ha crecido bastante. La bibliotecaria Evelyn se ocupa de que haya una curaduría de libros muy buena. Además, se armó una biblioteca con una orientación infanto-juvenil y viene mucho público de esa edad. Se pueden llevar tres libros cada quince días y la cuota es baja, con lo caro que están los libros. Por suerte se están anotando más socios”.
Palmucci añadió una reflexión sobre las dificultades de gestión: “No hay mucha gente disponible para venir todos los días, ordenar papeles, hacer trámites. Las chicas más jóvenes trabajan y hay que estar, presentar papeles, cuidar la infraestructura. Para mí, eso es lo más difícil: sostener”.
Como cierre del encuentro, hubo un brindis que incluyó el ritual de apagar las velitas y se compartió una deliciosa torta donada por una panadería de la zona.





