Por una reapertura y dos aniversarios
- Escrito por Victor Pais
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Con cantores de tango y folclore, decidores de cuentos y de poesías y chocolate con churros, se realizó en la Biblioteca Popular Juan M. Becciú (Pasaje Granada 1660) el Festival Popular por la Recuperación del Taricco.
El encuentro, además de estar motivado por el objetivo de promover la iniciativa vecinal para lograr la reapertura del cine-teatro ubicado en avenida San Martín y Nicasio Oroño, tuvo un doble contenido celebratorio: los 95 años de la inauguración del propio Taricco y los 111 años del barrio de La Paternal.
“El cine Taricco se empezó a gestar en una heladería. El dueño proyectaba películas en su heladería, después compró el terreno, hizo el cine y en 1920 lo inauguró. Si calculamos, casi se inauguró con el barrio”, señaló en su reseña histórica Norberto Zanzi, uno de los principales referentes del Grupo Taricco.
Zanzi también se refirió a la situación que atraviesa la pulseada legal por la recuperación del cine: según explicó, el tercer y último proyecto presentado en la Legislatura –los dos anteriores caducaron– solo requiere que el Gobierno de la Ciudad compre el edificio y lo entregue a una ONG conformada por instituciones vecinales bajo la figura de “permiso precario por veinte años”. Sostuvo además que dicho proyecto cuenta con la aprobación de 28 diputados, pero enfrenta la renuencia del bloque del Pro, que constituye la mayoría. Tampoco ha logrado suficiente quórum en la Comisión de Cultura como para poder ponerse a consideración en la de Presupuesto y Hacienda, y entrar por esa vía a su tratamiento en el recinto.
Antes y después de la intervención de Zanzi, se desarrolló el show artístico: el folclore en la voz y la guitarra de Adriana Huberman, que, luego de alternar zambas y chacareras de autores de talla como la dupla Leguizamón-Castilla, Jorge Fandermole, Peteco Carabajal y Carlos Di Fulvio, cerró su actuación con un bis dedicado a la “mujer originaria”; relatos, poemas y “jocosos” aforismos en la voz de Los Cuenteros (José Pedro y Susana); las declamaciones muy sentidas de Sara Inés Lorenzo y Guillermo Somoza, la primera haciendo resonar un poema de Belisario Roldán y otro de Juana de Ibarbourou, mientras que el segundo uno propio y otro de Raúl González Tuñón; y la seguidilla de tangos a capela de Lucas Yarza en el cierre, un joven y muy festejado cantor devoto de Carlos Gardel y de su repertorio.