Aplausos para Cortázar y una lucha vecinal
- Escrito por Victor Pais
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El colectivo vecinal de Barrio Nazca celebró su primer año de existencia con un encuentro de lectura y una merienda a la vera del edificio de la Biblioteca Pública Rafael Obligado, institución emblemática de esa zona que consiste en un peculiar conjunto de seis manzanas de viviendas de aproximadamente una centuria, muy próximo a nuestro entramado territorial de referencia. La biblioteca está ubicada en Crainqueville 2233 y pertenece a la órbita de la Dirección General del Libro, Bibliotecas y Promoción de la Lectura.
La actividad, que contó con la presencia de los juntistas de la Comuna 11 Malena Rotondo y Gastón Ezequiel Fernández, tuvo como eje la literatura de Julio Cortázar, de cuyo fallecimiento se cumplieron en el pasado febrero cuarenta años. Seleccionados por ellos mismos, varios de los asistentes leyeron poemas, cuentos y fragmentos de algunas de las novelas del célebre escritor.
“Nosotros somos un grupo de cinco vecinas que desde principios del 2023 nos pusimos en campaña para profundizar un reclamo por la biblioteca, porque desde la pandemia hasta mayo de 2023 estuvo cerrada y abandonada, ya que nunca nadie vino a mantener los techos, a destapar canaletas, ni a hacer la desinfección y desratización”, explicó a Tras Cartón Roxana Amenábar, iniciadora de esta movida que dio lugar al nacimiento de las acciones grupales que lograron que la biblioteca fuera abierta.
Continuó Amenábar su relato con el señalamiento de que, una vez producida la apertura, el grupo que integra le propuso a la Dirección General del Libro que en la biblioteca se desarrollaran actividades como talleres y charlas. “No logramos que desde la gestión se hagan cosas, pero sí pudimos armar nosotras un formulario de Google, que lo publicamos a través de nuestra página del Instagram, y varias vecinas se anotaron con mucho interés para dar talleres y charlas”, expresó Amenábar. Y añadió: “Solo logramos que nos habiliten las charlas porque los talleres, al ser por lo menos de tres o cuatro días, ya implican un seguro y tener un poco más de cuidado”.
Contó luego Amenábar que, tras el receso de verano en el que la biblioteca estuvo algunas semanas cerrada, al volver a abrir el colectivo vecinal fue ignorado por la nueva gestión del gobierno porteño. “Nosotros pedimos por mail una nueva reunión, ya que se volvió a inundar totalmente y el pequeño arreglo que le hicieron no sirvió para nada”, advirtió nuestra interlocutora.
Y puntualizó: “No estamos logrando que nos reciban, por ende tampoco estamos logrando que se puedan hacer las charlas. No están trayendo desde la gestión ninguna actividad e incluso la biblioteca abre con mucha irregularidad, por eso decidimos retomar la senda de mantener vivo el reclamo. Queremos que la biblioteca sea un espacio de acercamiento no solo para retiro de libros, sino que la gente pueda ir a leer a su sala y que sea un espacio de acceso a la cultura para el barrio. Queremos que reactiven el lugar y que realmente hagan una puesta en valor, que arreglen el frente, que lo pinten, que compongan el techo y que pongan wifi”.
Con especial énfasis, Amenábar concluyó subrayando el estatus de “patrimonio histórico” de la biblioteca fundamentado en que “al estar emplazada dentro de este barriecito de casas que se le llamaban ‘casas municipales’ o ‘casas baratas’ en los años en que fueron hechas, cuando se dictaminó la creación de estos barrios, que son cinco en la Capital de este tipo, también se dispuso que cada uno iba a tener su propia biblioteca pública”.