Escuela Hicken: un bastión de la botánica
- Por Miguel Ruffo
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Hoy se cumplen 110 años de la creación de la Escuela Técnica de Jardinería Cristobal M. Hicken, emplazada en el predio del Jardín Botánico de nuestra ciudad. A propósito del aniversario, reproducimos aquí el trabajo que realizamos para la edición impresa de Tras Cartón de diciembre de 2012 en ocasión del centenario del referido acontecimiento.
La Escuela Municipal de Jardineros (hoy Escuela Técnica de Jardinería Cristóbal M. Hicken) “fue creada por una Ordenanza Municipal del 13 de diciembre de 1912 e inició sus actividades el 4 de noviembre de 1914”, cuenta el investigador Diego del Pino en su Historia del Jardín Botánico. Cristóbal Hicken (1875-1933) fue un eximio naturalista que enseñaba botánica, zoología, física, química y mineralogía en el Colegio Militar de la Nación. Su gran pasión fue la botánica. Reunió 50.000 preparaciones distintas y 150.000 ejemplares botánicos, aparte de una nutrida biblioteca; por eso, como señala Del Pino, es un acto de justicia que la escuela lleve su nombre.
Estas palabras de Hicken de 1928 son ilustrativas de sus inquietudes pedagógicas: “He visto a estudiantes de las facultades de Química, Agronomía y Medicina desfilar atentamente ante los canteros del Jardín Botánico, procurando bucear en el origen de las drogas, buscando materias primas para empresas técnicas, comerciales o terapéuticas y aun las especies forrajeras que prestan su utilidad a los futuros agrónomos”, cita Del Pino. Y reflexiona: “Indudablemente (...) esos estudiantes necesitaban mayores informaciones prácticas y a ello tendía originariamente la Escuela de Hicken”.
Para Hicken “la botánica es ciencia en cuanto descubre la armonía que hay entre las plantas y el ambiente que las rodea, obligando a pensar que sobre ellas no pasan el agua de las lluvias, el calor y la luz del sol, los vientos y otros muchos agentes más, sin dejar sus huellas profundas que se traducen en el tamaño, forma, colorido de las hojas, en las flores, en los troncos, en las ramas, en la planta toda. La botánica es un arte, en cuanto habla de un lenguaje sublime, elevado, delicado y fino, obligando a recurrir a las plantas para expresar simbólicamente los sentimientos, pasiones, ideas, palabras, que no pueden hallarse en ningún diccionario. La botánica es religión, pues esta no es sino el resultado estético de cómo debemos comprender e interpretar el Universo, ajustando a él nuestras pasiones y nuestra actividad”.
La Escuela Municipal de Jardineros es la resultante de un largo proceso de intentos por enseñar los principios de la botánica en la ciudad de Buenos Aires; así, debemos citar los escritos de Tomás Grigera (1819), la Escuela Práctica de Agricultura en la época de Martín Rodríguez (1820-1824) y las enseñanzas de Carlos Thays desde 1891.
En la actualidad, la Escuela Hicken es la única escuela técnica en jardinería de nivel medio en la ciudad de Buenos Aires. Los alumnos estudian allí floricultura, sanidad vegetal, horticultura, arboricultura, parques y jardines. Para ingresar es necesario tener los estudios primarios completos y rendir un examen de admisión. Los trabajos prácticos los realizan en el Jardín Botánico y otros espacios verdes. El diseño y el mantenimiento de los espacios verdes dependen de sus egresados.
El origen de los jardines públicos
El naturalismo de la época del Renacimiento, particularmente en Italia, llevó al desarrollo de las villas, donde junto a la casa residencial del aristócrata o burgués se encontraban los espacios verdes con sus árboles, plantas y flores, sus esculturas y fuentes. En Francia, la nobleza decoraba con espléndidos jardines sus palacios y los más relevantes y lujosos de todos fueron desde ya los jardines de Versalles, residencia de los reyes de Francia. La arquitectura y el diseño de los jardines reflejaban la ostentación de los monarcas. La Revolución Francesa inició la transformación de lo que hasta entonces eran ámbitos privados en parques y jardines públicos.
En Buenos Aires, el primer paseo público fue La Alameda, en la barranca junto al río hacia el lado norte de la ciudad. Databa de la época del virreinato a fines del siglo XVIII. Pero habrá que esperar a fines del siglo XIX y principios del XX para el desarrollo de un sistema de parques públicos.