“El ping-pong ha sido la génesis de todo esto”
- Escrito por Victor Pais
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Estación Ping Pong, club ubicado en San Blas 2545, constituye un gran centro de atracción para aficionados al tenis de mesa, deporte conocido popularmente como ping-pong, a la vez que en los últimos años se ha ido enriqueciendo con otras disciplinas y actividades culturales. Iván Matías Eidelson es presidente y fundador de la institución junto a su esposa, Liliana Andrea Cucut. Café de por medio, nos contó cómo surgió esta iniciativa, cuáles son los beneficios de este juego y cómo se viene desarrollando en la comunidad.
A Estación Ping Pong se accede por un ancho y largo corredor que desemboca primero en un cálido recinto con mesas de madera y una de sus altas paredes poblada de pinturas, un sector destinado a biblioteca, otro donde se exhibe una cuantiosa colección de discos de jazz y música clásica, y un último sector donde se encuentra un bufé. Allí charlamos con Iván, mientras hacia el fondo, en un salón mucho más amplio que cuenta con seis mesas de ping-pong holgadamente dispuestas, varios jugadores de diversas edades se encontraban zambullidos en la práctica de tan apasionante deporte.
“Nosotros nacimos como Estación Ping Pong, dando clases de ping-pong o tenis de mesa en la Estación de los Deseos, que es un centro cultural en Caballito, cerca del Patio de los Lecheros”, comenzó relatando Iván. Y continuó: “Con el tiempo nuestra actividad prosperó. Entonces necesitamos buscar otro lugar en donde desarrollarla para ofrecer otros días, otros horarios y otras actividades, y con el correr del tiempo, pandemia de por medio, entramos en este edificio en julio del 2019 y fuimos estableciéndonos como un club de barrio que se dedica principalmente al ping-pong, pero que acoge también otras actividades”.
–¿Cuáles son esas otras actividades?
–Somos un club de barrio y fomentamos todas las actividades que tengan que ver con lo cultural, con lo social y lo deportivo. Así que hay una biblioteca, hay una colección de música en CD que es legado de mi padre y se puede venir a inspeccionar y a escuchar. Más que nada hay música de la colección de él, música de jazz y música clásica, que eran sus dos predilecciones. Hay una biblioteca. Los días martes hay clases de ajedrez para principiantes, hay un grupo de chicos y otro de adultos funcionando. Hay una profe que está dando clases de taekwondo los lunes y los miércoles. Hacemos dos veces al mes shows de stand-up los viernes a la noche. Y estamos haciendo algunos espectáculos de tango y de folclore, algunos sábados intercalados, mes por medio. El lugar es abierto a la comunidad. Incluso siempre convocamos a profes o a gente a la que el lugar les resulte para desarrollar algún tipo de actividad.
–Todo, empero, se estructuró en torno al ping-pong…
–El ping-pong ha sido la génesis de todo esto. Somos un club federado, participamos en competencias oficiales. Debemos de tener más de 120 personas practicando regularmente, tomando clases, entrenando y compitiendo en torneos. Además de que también es un espacio para venir a jugar en forma recreativa. Como tenemos una mirada social del deporte, los días jueves ofrecemos la posibilidad de venir a jugar en forma gratuita. Hay que contactarse con nosotros y anotarse y se puede venir a jugar al ping-pong usando mesas profesionales; prestamos paletas, pelotitas, está todo a disposición para que vengan.
–¿Eso es solo los días jueves?
–Usualmente los días jueves. En nuestras redes siempre informamos cuándo es la jornada de juego libre. Pero en la normalidad de las semanas, el jueves es el día. Algunos viernes o sábados también está abierta esa posibilidad.
–¿Las actividades en general son aranceladas?
–Sí. Tratamos de que sean aranceles accesibles. Pero el club no tiene otros ingresos que no sean los que provienen a través de los aranceles que se cobran. Así que se cobra una parte de cuota social y después con el profe de la actividad vamos coordinando aranceles con esta mirada de que nadie se quede afuera en lo posible.
–¿Podés ampliar cómo surgió el club y contar cómo surgió tu vocación por el ping-pong? Me hablaste de que habían estado previamente en Caballito.
–Exacto. Ahí se dio el origen. Justo en estos días estamos cumpliendo ocho años. El 1º de agosto del 2017 empezamos con la primera actividad en la Estación de los Deseos y dos años después nos vinimos a este lugar. Con Liliana nos conocimos e iniciamos juntos el proyecto. Casi en paralelo surgió todo. Yo había jugado de chico como aficionado, jugaba en forma intuitiva. Pasaron muchos años, más de 25 años que no jugué y me reencontré con la actividad del ping-pong mucho más organizado, con la posibilidad de ir a un club a tomar clases y entrenar con un profesor. Y de ahí empecé a hacer mi recorrido y a aprender, pero ya tenía más de 30.
–Así que se puede decir que tu carrera como jugador empezó ya siendo adulto…
–Sí. Mucha gente de 25, 30 años me dice: “Mirá, soy medio grande para empezar”. Claro, hay muchos deportes que quizás es la edad donde ya vas dejando de jugar. Acá se puede jugar desde los 7 años hasta los 83. Y no miento, porque nosotros acá en el club por semana recibimos los sábados la escuelita de ping-pong, que vienen chicos de 7 a 15 años. Y los miércoles y viernes a la mañana hay un grupo de adultos, con muchos adultos mayores como Norma y León, que tienen 82 y 83 años y empezaron a jugar hace un año. Ahora mismo en el grupo que ves hay desde un chico de 14 años hasta gente mayor de 50. Y practican todos juntos. Se integran sin ningún problema.
–¿Por qué convocarías a los vecinos a practicar ping-pong? ¿Qué es lo que vos encontrás de valioso en este deporte?
–Principalmente es divertido desde el primer momento. La gente se divierte y la pasa bien. Después, lo que te decía antes es que es para todos. No importa ni la edad, ni el sexo, ni la condición física. Es un deporte que tiene un estímulo muy importante tanto para el cerebro como para el físico. Mejora tus condiciones para la vida cotidiana porque agiliza tu mente, mejora tu circulación, te permite tonificarte. Hay gente acá que practicando se ha transformado. Ha transformado su cuerpo y ha transformado quizás su vida porque ha empezado a tener otro ánimo. Es un deporte con muchos beneficios y que habilita a la práctica de un grupo de gente muy amplio. Hombres, mujeres, gente que está quizás haciendo algún tipo de rehabilitación, personas con discapacidad, tanto en silla de ruedas o parados que pueden jugar. Y no es que te han obligado a jugar con otras personas con discapacidad. Pueden integrarse en grupos a jugar con personas que no tienen discapacidad o que tienen discapacidades más leves. Por ese lado, la invitación es muy amplia.
–¿Qué datos tenés acerca del interés que hay por el ping-pong en la sociedad y acerca del alcance de su popularidad? Se ve, por ejemplo, que en los últimos años se implementaron mucho las mesas de ping-pong en las plazas.
–El tenis de mesa encontró un gran desarrollo desde hace más o menos 15 años a la fecha acá en Argentina. Sobre todo, más precisamente en Ciudad de Buenos Aires y el Gran Buenos Aires, que fue a partir de la creación de un circuito de tenis de mesa amateur por fuera de la Federación Metropolitana, que es la entidad oficial. Ese circuito generó todo un sistema económico de realización de torneos a través de los cuales los clubes empezaron a tener ingresos, a encontrar lugares donde realizar la actividad, a tener la posibilidad de captar alumnos y a convertirse de una idea en realidades y lograr el sustento. Ese proyecto lo desarrolló la gente que fabrica una de las mejores mesas que hay en el país, que es la gente de Almar que ves ahí [el logo] en las vallas. Y con eso arrancó todo un crecimiento interesante. Después hubo otro hito importante a la salida de la pandemia porque empezaron a aflorar, como vos decías, las mesas en los espacios públicos. Durante la pandemia mucha gente que tenía su mesa de ping-pong archivada en algún depósito en su casa la sacó y la empezó a usar. Otros empezaron como entretenimiento a jugar, aunque sea en la mesa del living, con mesas y paletas improvisadas. Y todo ese interés que se despertó en pandemia después decantó en los clubes. Cuando los clubes que teníamos esta actividad logramos reabrir, empezamos a recibir mucha cantidad de gente. Más allá del mérito propio, de la difusión, de la publicidad, de los atractores que cada uno pudo desarrollar, había como algo que había germinado en la pandemia. Bueno, ahora, el fin de semana pasado terminó un torneo internacional que rara vez se realiza acá, que se llama Contender, que pertenece al circuito mundial y que atrajo a grandes jugadores de todo el mundo. Tanto hombres y mujeres, en categorías singles y dobles. Y tenemos en este momento –se dio que no es argentino, pero es brasilero, y en el caso del tenis de mesa este enfrentamiento [Argentina-Brasil] se diluye un poco– al sudamericano con mejor ranking histórico de la historia, que es Hugo Calderano, que está actualmente en el ranking número 3 del mundo. Es algo completamente novedoso que haya un sudamericano, un latinoamericano, hasta un americano instalado en ese lugar.
–Hay una hegemonía de los países orientales, ¿no?
–Hay hegemonía muy importante de los orientales, de China sobre todo, acompañado por Japón, por Corea, por Tailandia, y después de países nórdicos. Es un deporte muy propicio para lugares donde hace frío, porque se practica bajo techo y en espacios cerrados. Entonces, también hay buenos jugadores en Alemania, los hay en Francia, ha habido generaciones super exitosas que les han quitado el protagonismo a los chinos, en Suecia, por ejemplo. Pero ahora tenemos un sudamericano, Calderano, número 3 del mundo, y que recientemente se coronó en un torneo campeón del mundo. Y se hizo en Buenos Aires, en el Parque Olímpico, un torneo de gran jerarquía, con la presencia de Calderano y otros, y por primera vez yo he visto que se ha cobrado una entrada al público para asistir a ver un torneo de tenis de mesa, que es algo insólito. Que, si bien está bueno que sea gratis, el hecho de que el público pague por verlo también implica que empiezan a llegar otros recursos al deporte y que hay otra valorización de la práctica. También tiene que ver con que estamos logrando, como tenis de mesa, como disciplina, proponer algo mejor, algo más vistoso, que se acerque al espectáculo. Es el trabajo de todos los clubes y de mucha gente a nivel dirigencial para lograr llegar a estos grandes hitos, ¿no? Chiquitos para otros deportes, pero para nosotros muy grandes.
–¿Y qué características tienen los torneos en los que participan ustedes como club?
–Nosotros, por un lado, organizamos torneos que son por categorías, y hay categorías para gente principiante, y ese mismo circuito propone torneos de primera división. Y después participamos en todo lo que es el calendario oficial. Esto es como una cascada que viene desde la entidad madre del deporte, la ITTF, que es la International Table Tennis Association, y el Comité Olímpico Internacional, porque como es un deporte olímpico designan las entidades madres en cada región, en cada país y en cada lugar. Nosotros tenemos la Federación Argentina de Tenis de Mesa, dentro de la Federación Argentina está la Federación Metropolitana, que es FeTeMBA, la Federación de Tenis de Mesa de Buenos Aires, y esta federación organiza torneos para todo competidor, o sea, de toda edad, para maxis, o sea, para gente ya veterana, para juveniles, hay torneos selectivos, hay torneos por equipo, que en este momento tienen mucho auge. Ahora de septiembre a diciembre nos congregamos a jugar un torneo por equipo que nos reunimos todos los clubes una vez por mes, y no exagero si te digo que va a haber cerca de 400 equipos, y cada equipo integrado por un mínimo de tres personas y un máximo de siete u ocho. Entonces se está dando un movimiento muy importante también en la modalidad por equipos que es parecido a la Copa Davis de tenis, con una serie que disputan dos clubes o dos equipos, al mejor de cinco partidos, es decir, el que gana tres gana la serie, y donde se alternan singles y dobles. Un poco diferente a la Copa Davis, que era el formato de dos singles y un doble y dos singles, un formato parecido, pero muy atractivo y muy convocante.
–Entonces, esa movida amateur que surgió hace más o menos unos 15 años tuvo finalmente por parte de FeTeMBA un reconocimiento…
–Esa movida, que fue tan novedosa y tan saludable, después el creador del circuito, que era el dueño de esta fábrica de mesas que te mencionaba, terminó vendiéndole a la federación el circuito, la marca, la página web y todas las herramientas para poder seguir gestionándolo, y hoy día el circuito es propiedad, lo administra y lo regula la misma federación.