“Disfrutemos esta obra: es histórica”

Con una muy numerosa concurrencia constituida por socios e hinchas de la Asociación Atlética Argentinos Juniors y vecinos, se realizó el acto de colocación de la piedra fundamental para dar inicio a la construcción de la nueva tribuna de San Blas del Estadio Diego Armando Maradona. La obra, de acuerdo a lo anunciado en el proyecto, será una popular con tres bandejas.

Tras las palabras de apertura del presentador y el oficio religioso del Padre Adolfo, que incluyó rociar con agua bendita a las primeras filas de la concurrencia, habló el presidente del club, Cristian Malaspina. El mandatario, en primer lugar, expresó su gratitud a una gran cantidad de personas involucradas en el proyecto, entre ellas muchos miembros de la actual comisión directiva, así como a los arquitectos que intervinieron a lo largo del proceso. También mencionó a ex dirigentes “que han tenido mucho que ver con el comienzo de esto”, como Oscar Giménez, Horacio Pisano y Luis Segura. Cabe recordar que el actual estadio se inauguró en 2003 bajo la presidencia de este último.

Después de hacer un recuento de sus vivencias de aquella época, en la cual el club recuperó la localía, y de subrayar que “estamos en todos los diarios, para bien, como un club innovador, que hace obra, pero no solo hace obra, sino que piensa un club para el futuro”, Malaspina señaló: “Hoy el gran problema que tiene el club, como todos los clubes del fútbol argentino, es la parte de los ingresos. Puntualmente el estadio es un lugar de muchísimo metro cuadrado, que requiere un mantenimiento costosísimo, que lo abrimos dos veces por mes para perder plata, porque cada vez los operativos de seguridad son más importantes. Hoy abrir un estadio, al menos para nosotros, son casi 40 millones de pesos de costo, en un club donde los socios prácticamente entran gratis. Nosotros tenemos que hacer que este lugar facture todos los días. Empezó Estudiantes con algunas cosas, River, y nosotros creo que fuimos un pasito más allá poniendo Bicho Store [tienda oficial del club] en valor; agregando la gastronomía que va a tener este estadio; el museo, que está tomando cada vez un valor más importante en el club; el santuario [Diego Armando Maradona]…”.

El directivo discurrió seguidamente sobre la estructura y el diseño de la obra, y afirmó que “va a tener cuatro torres” y que “esto terminado va a ser una especie de coliseo”.

A su vez, en un tramo de su arenga se dirigió a los residentes del entorno y tras prevenirles que “este año por ahí van a sufrir un poco, porque vamos a estar en obra” aseveró que “a partir del año que viene vamos a poner en valor toda esta cuadra” y que “seguramente sus casas van a valer mucho más de lo que valen hoy y el club no les va a pedir un centavo”. Concluyó este tema con el recado imperativo de un “así que disfrútenlo, que la inversión la hace Argentinos”.

Ya sobre el final de su alocución, tras considerar que la clasificación del equipo de fútbol a una copa internacional “todavía es un objetivo pendiente y realizable”, Malaspina destacó: “Uno siempre toma las decisiones con toda la información que tiene en el momento, pensando que eso es lo mejor para el club. Nos podemos equivocar, podemos acertar, pero créanme que jamás voy a tomar una decisión sabiendo que algo va a ir mal. No lo haría, no soy tan ingenuo, ni tan necio ni tan tonto. Así que les pido que apoyemos este nuevo proceso. Va a ser importante. Obviamente tienen que venir refuerzos y tenemos que seguir protagonistas, pero entendamos que la vara está muy alta, muy alta, y algún semestre permítanse también que las cosas no salgan. No estamos hablando de que el club va a desaparecer, que nos vamos a fundir, que nos vamos a privatizar ni que nos vamos a hacer locales a otra provincia o en otro estadio. Entonces disfrutemos esta obra: es histórica”. Finalmente auguró: “Yo creo que el año que viene, si todo va bien, vamos a estar brindando con todo esto con otra imagen, con otra estructura”.

Llegó al cabo la instancia más esperada y emotiva. En una caja de madera ubicada en una pequeña mesita, primero Malaspina y luego otros dirigentes, socios e hinchas fueron introduciendo objetos preciados por su valor simbólico. Al presidente le correspondió introducir una casaca que vistió Maradona y varias fotografías: una de Adrián Pérez, vicepresidente de la institución fallecido tempranamente el pasado año en pleno ejercicio de su cargo; otra del arquitecto Orestes Fernández, fallecido en 2016, quien iba a dirigir en primer término la remodelación del estadio; otras de los equipos campeones de toda la historia del club; otra de hinchas festejando; otra de un muy joven Maradona; otra de la vieja cancha de madera y una última que reflejaba cómo va a ser el futuro estadio una vez que estén culminadas la totalidad de las obras.    

Una vez que todos los que así lo desearon dejaron sus recuerdos, a la vez que los míticos Cebollitas desplegaron su bandera rojiblanca, Malaspina cerró la caja, la introdujo en un pozo abierto en la vereda y le echó las primeras paladas de tierra, con el ambiente ya envuelto en toda la liturgia de estandartes, toque de trompetas, percusión y cánticos de hinchada.