“Yo aprendo mucho de estas reuniones”
- Por Haydée Breslav
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El jefe de Gobierno electo de la Ciudad y actual jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, dialogó con vecinos de La Paternal.
Lo hizo acompañado por el jefe comunal saliente, Ignacio Crevena, en el salón de actos de la fundación religiosa Una vida mejor, ubicada en la calle Warnes 2222.
En primer término, el próximo alcalde porteño se refirió a las recientes crecidas. Celebró el hecho de que “la ciudad no se ha inundado”, logro que atribuyó a “un trabajo de todos”, y manifestó que “viendo el desastre que está sufriendo la gente acá nomás, en la provincia, el esfuerzo hecho en la ciudad valía la pena”.
Precisó que “no solo llovió sino que hubo sudestada, que es más peligrosa todavía” y que en la noche del miércoles 12 se registraron “los niveles más altos del río en décadas, y la ciudad aguantó bien, gracias a todos”.
Y anunció: “Ahora tenemos que hacer la obra grande en el arroyo Vega, de la zona de Belgrano, donde ya se hicieron trabajos para ampliar la desembocadura y aun en estos días en que llovió muchísimo no se inundó, pero igual hay que hacer una obra más grande todavía”.
Después, preludiando el diálogo, expresó: “La idea es que charlemos un ratito de los problemas del barrio: ustedes saben que hago estas reuniones desde hace ocho años. Muchos me preguntaron si después de las elecciones íbamos a seguir y les dije que por supuesto que sí”.
Antes de pasar el micrófono a los vecinos agregó: “Yo aprendo mucho de estas reuniones porque siempre aparecen cosas nuevas: uno cree que conoce toda la ciudad y siempre hay algo que no vio y en una ciudad tan grande como esta siempre va a haber cosas para hacer”.
Vecino vs. Árbol
A continuación se inició la primera ronda de intervenciones de los vecinos, quienes en general formularon las mismas quejas que se han repetido en distintos barrios a lo largo de los últimos ocho años; “no voy a ser nada creativa”, dijo una asistente en un alarde de sinceridad. Así, los primeros reclamos apuntaron al mal estado de las veredas, culpando principalmente de ese y otros males a los árboles.
De lo expuesto a través de los años en este tipo de reuniones, se desprende que el vecino que concurre a ellas considera como uno de sus mayores enemigos al árbol ubicado frente a su casa, a cuyas raíces acusa de romperle la vereda e incluso el piso de su casa, a las ramas de introducirse por la ventana en sus habitaciones y al follaje de tapar las luminarias y propiciar la inseguridad.
Fue así como Rodríguez Larreta, después de reconocer que “el de las veredas es un tema que siempre surge” explicó por enésima vez: “Primera definición: la vereda es responsabilidad del frentista; eso siempre fue así, en este gobierno, en el anterior y en el otro. Hay gente que no lo sabe y gente que no lo quiere saber”.
Luego se refirió a las dos excepciones, una de las cuales contempla precisamente la rotura por “la raíz de un árbol, que en ese caso tiene que arreglarla la ciudad porque a alguno, hace años, se le ocurrió plantar árboles con raíces que salen para arriba, lo cual es una locura”.
Aclaró que “la gran mayoría de los árboles no levantan la raíz, pero cada tanto aparece un ficus y ni hablar de un gomero, que tiene mucha más raíz que copa, y plátanos”.
Aseguró que “ahora no se planta en la ciudad ninguna especie cuyas raíces salgan hacia arriba”, pero observó que las otras “ya están y hay árboles que tienen 50 u 80 años, no se los puede arrancar a todos, para reemplazar un árbol de 50 años hay que esperar otros 50”. Y destacó: “Una de las grandes maravillas que tiene esta ciudad es la arboleda, es una de las ciudades que más árboles tiene en el mundo”.
Explicó seguidamente que la otra excepción en el caso de rotura de veredas tiene lugar “si las rompió una empresa de servicios públicos, que eso también pasa”. Al respecto recomendó: “Nosotros no podemos prohibirles que rompan y ellos tienen obligación de arreglar: hay veces que lo arreglan bien y otras que dejan un desastre: lo importante es que lo denuncien ustedes, y rápido, si ven que no arreglan bien”.
Y añadió: “Nosotros tenemos cuadrillas que caminan y están encima de eso, después de los desastres que hubo con los cortes de luz de los últimos años están rompiendo por todos lados, y en este último año mucho más”.
También es habitual en estas reuniones que algún vecino se queje de un pequeño taller o comercio de su cuadra, cuyas actividades lo molestan y al que no duda en acusar de ilegal. Esta vez no fue la excepción.
No podía faltar el reclamo “para que saquen” a los indigentes que frecuentan las inmediaciones del domicilio del vecino reclamante; en la oportunidad, se trató de “la formación de una pequeña villa pegada a una vía en la calle Gutenberg, detrás del Instituto Garrigós”. (“Dónde está la caridad”, preguntaba la voz indignada de Gardel en Pordioseros).
Los contenedores
Otro tema recurrente en estas reuniones es el de la higiene urbana. En ese sentido, Rodríguez Larreta anotició: “Ya estamos cambiando el sistema de recolección de basura” porque “no da para más, en una ciudad como Buenos Aires, que no se separe y recicle”.
Recordó que en un principio “acá, como es una zona en general de casas bajas, habíamos puesto contenedores chicos, como en muchos otros barrios, para molestar menos”.
“Pero”, continuó, “la verdad es que se los afanan, no crean que es un problema de acá, los han afanado en todos los barrios”. Y contó: “Los repusimos una vez y los afanaron; los repusimos dos veces, no va más. Estamos cambiando los chicos por los grandes de metal, igual que en las avenidas y los centros comerciales; esos, como son muy pesados, no se los afanan, y entonces en uno o dos meses más vamos a terminar de cambiar todos los contenedores negros y de acá al verano vamos a poner verdes en toda la ciudad”.
Sin embargo, previno: “No creamos que porque pongamos el contenedor negro y el verde todo funciona maravillosamente; la gente tiene que acostumbrarse. Es un tema de tiempo, de hábitos, de mucha comunicación del lado nuestro, pero la mayoría de la gente va respondiendo”.
Los cartoneros
La queja de varios vecinos por las actividades “de los cartoneros que están sobre Trelles, desde las vías del ferrocarril San Martín hasta Añasco”, dio lugar a una de las principales definiciones del próximo jefe de Gobierno.
“El problema de los cartoneros lo tenemos en la calle Trelles y en un montón de lugares de la ciudad”, comenzó diciendo, y prosiguió: “Nosotros creemos que la única manera de que los cartoneros no estén en la calle revolviendo el cartón es que no haya cartón”.
Consideró que “mientras haya cartón en las bolsas negras, alguien lo va a ir a buscar, pero en la medida que podamos separar y poner los cartones en el contenedor verde, les vamos sacando el cartón de la calle y lo llevamos a algún centro de cartoneros para que ellos lo busquen ahí”.
Puso como ejemplo el hecho de que “saliendo de la ciudad por la Lugones, pasando la cancha de River hacia el norte, hay un galpón enorme que es un centro de cartoneros y ahí va todo el cartón que se va juntando en toda esta zona”.
Mencionó otros sitios similares e informó: “Vamos armando galpones de cartoneros, lo que no es fácil porque hay mucho prejuicio de parte del vecino al que le toca el galpón al lado. Los desafío a que vayan a Constituyentes y la general Paz a que encuentren el centro de cartoneros: no se dan cuenta, es un galpón cerrado, no hay un papel afuera, funciona perfecto; pero no saben lo que fue la discusión con los vecinos para ponerlo”.
Refirió que “los cartoneros trabajan adentro y todo el cartón que está adentro antes estaba en la calle” y afirmó que “ese es el modelo de lo que hay que hacer en toda la ciudad”.
Y resumió: “Ponemos contenedores negros y contenedores verdes: en la medida en que la gente separe, les llevamos el contenedor verde a los centros y no hay más cartoneros en la calle; en eso estamos”.
El Taricco y la “Liga”
Un tema exclusivo de La Paternal motivó los momentos más ríspidos del encuentro. Lo introdujo Oscar Miniño, del grupo Taricco, quien alertó sobre el peligro de caída de la cartelería de hierro y de la marquesina del edificio donde funcionó el cine cuyo nombre ostenta el grupo. “Tomo nota, a ver si puedo mandar a la Guardia de Auxilio”, respondió Rodríguez Larreta, quien consideró la posibilidad de “pasar a mirarlo” al término de la reunión. (Efectivamente, constatamos que la cartelería ya fue retirada).
Asimismo, el vecino manifestó su preocupación por el destino del edificio y pidió que se lo volviera a abrir, expresiones que reiteró después Norberto Zanzi, referente del grupo.
“El Taricco es un lugar privado, no es un centro del Gobierno”, subrayó Rodríguez Larreta, quien insistió: “No es un lugar del Gobierno que nosotros podamos remodelar y abrir, es el lugar de un privado que en todo caso habría que expropiarlo y esa ya es otra complicación: en general, estamos en desacuerdo con las expropiaciones”.
Así fundamentó ese desacuerdo: “Primero expropiás uno, después justificás que expropien el segundo, después el tercero, así abrís la caja de Pandora y mañana vienen a expropiarte tu casa”. Dijo también que “además, las expropiaciones les salen una fortuna a todos los vecinos”.
A su vez, Zanzi adujo que “es un lugar abandonado hace 25 años, los dueños están, son siete y no les importa, y hace 15 años que el barrio está reclamando porque no hay un centro cultural, ni un teatro, ni un cine público en toda la zona”. Mencionó además “varios proyectos de ley que nunca fueron tratados o tratados a medias” y “una resolución de la Defensoría del Pueblo”.
Por otra parte, quiso saber “cuándo empiezan las obras de la Liga”, en referencia al centro de salud que el Gobierno de la Ciudad debe instalar en el edificio donde funcionó la Liga Israelita Argentina contra la Tuberculosis.
El funcionario aprovechó para reiterar la posición gubernamental contraria a las expropiaciones y puntualizó: “Una de las poquísimas que se hicieron fue la de la Liga porque es un lugar destinado a salud, entonces se hizo una excepción”. En cuanto a las obras, admitió: “No sé bien cuándo empiezan, te lo mando averiguar”.