Se impuso el nombre de Alfonsín a un salón del Palacio Legislativo
- Por Tras Cartón
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En el Palacio Legislativo de la Ciudad de Buenos Aires se realizó un acto durante el cual, con motivo de cumplirse el 31° aniversario del retorno de la democracia, se le impuso el nombre de Dr. Raúl Ricardo Alfonsín al Salón de los Escudos Intersecretarías.
Ocuparon el estrado el ministro de Cultura de la Ciudad, Hernán Lombardi; el vicepresidente primero de la Legislatura, Cristian Ritondo (Pro), y los diputados Raquel Herrero (Pro), Paula Oliveto Lago (CC-ARI) y Hernán Rossi (Suma+), suscriptores todos ellos del proyecto de resolución que, a instancias de Herrero, propiciaba el cambio de denominación del salón y la realización del acto respectivo, y que fue aprobado sobre tablas en la sesión del 23 de este mes.
Asistieron además el vicepresidente tercero del cuerpo colegiado, Maximiliano Ferraro (CC), los legisladores Victoria Roldán Méndez (Pro), Inés Gorbea y Juan Nosiglia; el decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, José Luis Giusti; otros funcionarios, trabajadores legislativos y un público enfervorizado que colmaba las instalaciones del salón y, puesto de pie, coreaba el nombre del ex presidente.
En primer término, Ritondo manifestó: “Es un orgullo como vicepresidente de la Legislatura, pero principalmente como militante político, poder inaugurar el día de hoy un salón con el nombre del presidente Raúl Alfonsín”.
Según informó la Legislatura, su vicepresidente primero definió al gran político radical como “un defensor del diálogo, de la moderación, de la conversación política, del acuerdo” y remarcó que “nadie podrá sacarle el coraje de haber juzgado a las juntas militares cuando se corría el riesgo de hacerlo, de frenar a los leones cuando estos tenían garras” y que “nadie podrá sacarle su lucha permanente por los derechos humanos”.
Observó asimismo que “hoy la Argentina está conmovida, porque faltan muchos de los valores republicanos que el líder radical pregonaba” y subrayó que “fue un hombre que creyó profundamente en las instituciones” y que “nos enseñó que con la democracia se come y se educa pero, además, que los males del país en democracia sólo pueden curarse con más democracia”.
Y concluyó: “Dejó un legado para toda una generación, que es amar y respetar al sistema democrático”.
Seguidamente, Rossi consideró que “después de tres décadas de la difícil construcción de la democracia, hay una necesidad de recuperar aquel mito fundante de 1983, del que Raúl Alfonsín es el símbolo más importante”.
Dijo después que “aquella democracia, que debía ser plural y respetuosa de la institucionalidad, apelar al diálogo y al consenso entre todas las fuerzas políticas y construirse sobre la recuperación de la verdad histórica y a partir de allí de la justicia, fue la que llevó a toda la sociedad argentina, conducida por el presidente Raúl Alfonsín, a producir uno de los hechos más trascendentes de la historia de nuestro país”.
Visiblemente emocionada, Oliveto Lago confió: “No tengo forma de dar un discurso cuando se trata de Raúl Alfonsín”, y explicó: “A mí, Alfonsín y el radicalismo me llevan a momentos muy lindos de mi vida personal, a mi mamá militando, a pintar paredes, a repartir volantes y a creer por un ratito que nosotros éramos parte de ese proceso para construir la vida y la paz en un momento donde la Argentina pedía vida, paz y reconciliación”.
De acuerdo con la información suministrada, el ministro Lombardi felicitó a la autora del proyecto, Raquel Herrero, y señaló “la importancia de la postura estratégica de Alfonsín, alineada con una visión republicana de contenido popular alejada de todo populismo”.
Recordó que “en esa época entusiasta del 83 supo reunir a un grupo de valientes que sabía lo que hacía, que transmitió valores mientras remaba contra la corriente”, y reconoció que “treinta años después, no logramos forjar como sociedad los ideales que el doctor Alfonsín nos transmitió”.
Cerró las exposiciones Herrero, quien empezó por agradecer “a todo el arco político que se acercó a este evento respetando nuestra historia y reconociendo al doctor Raúl Alfonsín, como bien nos gusta llamarlo, como el padre de la democracia”.
Anunciando que recordaría al estadista “desde lo personal”, la diputada del Pro mencionó su propia procedencia radical y evocó “viejas anécdotas de aquellos años cuando compartimos muchas veces sus charlas políticas, sus mensajes, su humildad en la forma de transmitir convicciones”.
Destacó que Alfonsín “definía la militancia como un hecho de la vida cotidiana, constante, apasionada con una verdadera vocación de servicio” y que “concebía la política como una herramienta imprescindible de la democracia, donde no podía faltar el diálogo con respeto al que piensa diferente como el camino que había que transitar en la búsqueda de consensos en pos del bien común”.
Finalizó su intervención con un pensamiento del ex presidente: “Es la misión de los dirigentes y de los líderes plantear ideas y proyectos evitando la autorreferencialidad y el personalismo; orientar y abrir caminos, generar consensos, convocar al emprendimiento colectivo, sumar inteligencias y voluntades, asumir con responsabilidad la carga de las decisiones. Sigan las ideas, no sigan a los hombres: ellos pasan, las ideas quedan y se transforman en antorchas que mantienen viva a la política democrática”.
Por último, entre aplausos y otras muestras de adhesión, Ritondo y Herrero descubrieron la placa que ostenta el nuevo nombre del salón.






