“Nos enfrentamos a una Iglesia en crisis”
- Por Haydée Breslav
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“Voy a tratar de recorrer un balance de esta lucha, contextualizarlo en este momento histórico tan importante que estamos viviendo y juntos poder sacar conclusiones al respecto de cómo tenemos que seguir”.
Así empezó Vanina Biasi, dirigente del Partido Obrero y del Plenario de Trabajadoras (PdT), la charla que dio anteayer en el local partidario de La Paternal, ubicado en la calle Nicasio Oroño 1899, sobre “Cómo seguimos la lucha por el aborto legal, seguro y gratuito”.
“Esta pelea se libró de manera callejera, movilizándonos, haciendo crecer esa movilización, convocando a reunirnos en asamblea en los lugares de trabajo”, describió, y destacó que esa “no era una tradición en el movimiento obrero en la Argentina discutir en asamblea cuáles eran los programas y las reivindicaciones específicas de las mujeres trabajadoras, una costumbre que sí traía el movimiento piquetero, que fue protagonista de enormes asambleas y discusiones de uno de los programas más maduros y elaborados en la historia argentina al respecto”.
Expresó seguidamente que “el movimiento de mujeres que en 2015 tomó un auge tan masivo no nació de un repollo, nació de luchas de muchísimos años de las mujeres en la Argentina y de peleas a brazo partido por demandas y reivindicaciones que fueron muy sentidas”, como “la lucha por la libertad de Romina Tejerina”.
Y prosiguió: “Nació también de los miles de mujeres que durante los doce años del gobierno kirchnerista no abandonamos las calles, mientras que todo un sector las había abandonado porque entendía que, estando en el Estado, cumplía alguna función en favor del conjunto de las mujeres”.
Falta de confianza en el Congreso
Explicó que llegaron “a la conquista en la Cámara de Diputados creando primero un movimiento que se movilizó porque tenían una profunda desconfianza en ese Parlamento que, según entendían, sin la movilización no iba a aprobar este derecho, que está siendo reclamado por las mujeres de este país desde antes de la dictadura militar”.
En ese sentido, resaltó que es necesario “analizar a fondo la desconfianza en un Parlamento que lo único que hace es aprobar leyes en contra del pueblo, porque si uno se pone a pensar, va a encontrar que, en treinta y cinco años de historia de la democracia en la Argentina, tenemos para reivindicar tres, cuatro, cinco o diez leyes, y sin embargo ese Parlamento fue capaz de entregar los fondos del Estado a los fondos buitre, de pactar con el FMI y de reducirles las jubilaciones y las asignaciones universales por hijo a 18 millones de personas en el mes de diciembre”.
Dijo también que “es un Parlamento que aprueba presupuestos de hambre que luego se acomodan para llevar adelante las paritarias a la baja, y que no exige el cumplimiento de las leyes buenas que puede llegar a tener, y así hemos atravesado casi doce años desde la aprobación de leyes como la de educación sexual integral sin que se aplicara”.
Definió asimismo a la institución colegiada como “un Parlamento que se forjó con la herencia legislativa y política de la dictadura militar y a la sombra de la Iglesia Católica”.
El movimiento de mujeres
En el siguiente tramo de su charla, Biasi expresó que “el movimiento de las mujeres significó, en su triunfo en Diputados y en su modalidad de organización, un ejemplo para el conjunto de la clase obrera en la Argentina”.
“Este movimiento no se desarrolló en una isla”, precisó; “hace dos años, en una Plaza de Mayo repleta, le dijo al conjunto de la población, a través de un texto que se había armado en asamblea, que teníamos que ser un movimiento independiente de todos los gobiernos, del Estado y de la Iglesia, y en una de las proclamas más importantes que se hayan pronunciado en la Plaza de Mayo, le dijo al conjunto de la población, en las mismas barbas de la Catedral, que había que militar por la separación de la Iglesia y el Estado”.
Detalló que “este es el movimiento de mujeres que fue aprendiendo, explorando con prueba y error y desarrollándose masivamente en las calles, el que les permitió a las estudiantes secundarias organizar todo un programa de intervención en los colegios”.
En su opinión, “esa es una de las cosas más maravillosas que nos ha dejado este movimiento, porque ha producido un activismo que puede ser muy heterogéneo en otras cosas, pero es fundamentalmente anticlerical y pelea por la educación sexual científica y laica”.
Por otra parte, refirió: “En el calor de esta lucha hemos logrado que en la provincia de Salta se derogara el decreto restrictivo del acceso al aborto no punible, que había impuesto el gobierno de Urtubey después de 2012, cuando salió el fallo FAL y fundamentalmente, después de nueve años de la primera presentación judicial de los padres de alumnos de los colegios públicos de la provincia de Salta, se declaró la inconstitucionalidad de la ley de 2008, cuando Juan Manuel Urtubey llevaba puesta la camiseta kirchnerista, que establecía la educación religiosa en la escuela pública y en el horario regular”.
Y remarcó: “Fuimos el único partido político que estuvo presente en las audiencias públicas que organizó al respecto la Corte Suprema, que finalmente interpretó que la tradición laica debía ser respetada y declaró inconstitucional a la ley que en Salta obligaba a impartir la enseñanza católica”.
Contó luego “una experiencia política” que también tuvo lugar en Salta, donde en 2013 “la candidata a senadora del Partido Obrero por el distrito de Salta capital fue Gabriela Serrano, una militante del movimiento de mujeres muy conocida en la provincia, y el arzobispo de Salta, Mario Cargnelli, lanzó en su contra una campaña tan feroz que incluyó la orden de que el domingo anterior a la elección, todos los curas en todas las misas de Salta dijeran explícitamente que no había que votar al Partido Obrero, que Gabriela Serrano era una abortera, y así lo hicieron”.
De esta manera, relató, “la elección no solamente consagró a Gabriela Serrano como senadora de Salta capital, sino que fue la candidata que más votos obtuvo, ganó con el 33%”.
La burocracia sindical
En otro pasaje de su análisis la oradora mencionó “la evolución que ha hecho la burocracia sindical hasta convertirse en una burocracia empresarial, directamente entrelazada con los intereses económicos de los empresarios y de los patrones”.
Señaló que “la lucha por el aborto legal la dejó en evidencia cuando la CGT salió a decir que estaba en contra de la ley en dos instancias” y precisó que “por un lado salieron las declaraciones de los barones del PJ diciendo que no iban a apoyar la ley porque ellos eran católicos apostólicos y romanos, y luego, con las declaraciones de [los dirigentes gremiales de] que no iban a dar cumplimiento a la ley porque quebraban las obras sociales”.
Sostuvo que “las obras sociales sindicales son el fruto de una inmensa privatización de la salud, que tuvo como protagonista a esta burocracia sindical que entregó los aportes de los trabajadores para hacer negocios ella misma”, e instó: “Vayan a ver quién está detrás de empresas como la San Camilo, la San Jerónimo… Todos los santos tienen clínicas en este país, y detrás de estos santos están la Iglesia Católica y la burocracia sindical”.
Resaltó que “la lucha por el aborto legal puso en evidencia esa dependencia y esa relación que había” y que hablaba de “la burocracia sindical en su conjunto y de todos los colores”, porque “no solamente la CGT, las CTA también hicieron su aporte al freno de esta lucha”.
En otro orden, admitió: “En este momento terminamos de ser derrotadas en el Senado y el movimiento entró en una impasse completa, porque una parte de su dirección dijo ‘hasta acá llegué’ y dejó huérfano a todo un sector que tiene un resto de lucha muy importante”.
Sin embargo, aseguró: “Este movimiento de mujeres solo está esperando que nos pongamos de acuerdo para decir ‘vamos a movilizar nuevamente, repudiamos que nos hayan dejado sin ley de aborto legal y ahora vamos a ir a fondo por el aborto legal y por la separación de la Iglesia y el Estado’. Este movimiento le tiene mucha bronca a la Iglesia Católica, y lo bien que hace, porque la Iglesia Católica es la expresión más avanzada de la barbarie capitalista en esta etapa”.
El rol de la Iglesia
Como no podía ser de otra manera, la dirigente consagró largos momentos a desentrañar el rol que en este complejo estado de cosas juega la Iglesia Católica. Así, manifestó que “se están poniendo en evidencia en el mundo el oscurantismo y la reacción” de aquella, que “lo que está pasando en este momento en Pensilvania es el reflejo y el retrato de los últimos 50 o 60 años de la historia de la Iglesia Católica” y que “en todos los países del mundo afloran ahora las denuncias, las informaciones y las investigaciones”.
Después de citar los terribles ejemplos de Pensilvania y de Irlanda, Biasi comentó que “a la Argentina le costó muchísimo condenar a uno de sus pedófilos más conocidos, Julio César Grassi, porque, entre otros, el que hoy es papa lo encubrió e impidió durante ocho años que fuera a la cárcel, cuando ya tenía sentencia de dos tribunales, y le encargó cuatro libros, que fueron elaborados por uno de los principales constitucionalistas de este país, para tratar de salvar su situación judicial”. Observó asimismo que “los medios ahora se olvidan y hasta a Verbitsky se le olvidó que había denunciado a Bergoglio”.
Por otro lado, previno: “La iglesia que estamos combatiendo y a la que tan amablemente los diferentes partidos del régimen le han dado una nueva oportunidad en la Argentina, es una iglesia que está en una gran crisis a nivel internacional”.
Puso como ejemplo de esa afirmación que “Bergoglio hizo el papelón de viajar a Chile y acompañar a los principales encubridores del cura abusador Karadima, y un año después dijo ‘alguien me informó mal’, y entonces pidió la renuncia de toda la cúpula de la Iglesia chilena, después de haberse viralizado en el mundo diciendo ‘no les den bolilla a los zurditos en Chile’”.
Mencionó asimismo que “todos los intentos de mediar y de arbitrar a nivel internacional por parte de Francisco fueron un fracaso bastante rotundo”, y citó los casos de Venezuela y de Nicaragua, “donde el Frente Sandinista de Liberación Nacional fue el gobierno más devoto de la Iglesia Católica de toda América latina, pero llegó el momento de la crisis y Daniel Ortega ya se cargó a unas 500 personas y ahora la Iglesia trató de ir a una mediación que no consiguió”.
E insistió: “Nos tenemos que enfrentar a una Iglesia en crisis y este es un dato político que no es menor, o sea que tenemos que envalentonarnos más porque nos vamos a enfrentar a una Iglesia que hoy, a la vista de cualquiera, encubre pedofilia, la promueve y la justifica, y que coloca en sus niveles más importantes a encumbrados pedófilos”.
Informó al respecto que “Bergoglio tiene nueve cardenales que son sus ministros y eligió como cardenal responsable de las finanzas a un pedófilo reconocido, al cual Benedicto XVI no había querido poner de ministro de Economía del Vaticano por las denuncias que tenía, y ahora Bergoglio lo tuvo que relevar y lo mandaron a Australia, donde está siendo condenado por pedofilia”.
Sin embargo, puntualizó, “la política argentina, que está atravesando una crisis fenomenal, necesita apoyarse en esa Iglesia que también está en crisis para aplicar el ajuste porque, como bien dijo el cardenal Mario Poli, se necesita una buena dosis de contención y de religiosidad que permita mantener al pueblo tranquilito mientras lo están ajustando, precarizando, despidiendo, reprimiendo, etcétera”.
En otro orden de cosas, informó que “la Argentina del Papa tiene cuatro o cinco personas que son sus voceros, el principal es Juan Grabois [y los otros son] Gustavo Carrara, obispo auxiliar del Episcopado y hasta hace poco curita villero de la 1-11-14; Pepe Di Paola, durante muchos años cura villero de la Villa 21, luego cura de Santiago del Estero y ahora de La Cava; Gustavo Vera, que opera con la Justicia, los servicios, etcétera, y Eduardo Valdés, que fue embajador de la Argentina en el Vaticano durante el gobierno de Cristina Kirchner”.
Al respecto, aclaró: “Juan Grabois no milita para el CTEP, que es la construcción del Papa en la Argentina, él milita para el Papa y nosotros lo conocemos muy de cerca porque tiene vínculos muy fuertes con jueces; escúchenlo con atención en estos días, es un operador del Vaticano dentro de la Justicia, que tiene sus propios personeros al interior de la Justicia federal”.
Trajo a colación entonces el hecho de que “el voto 37 que se dio vuelta en el Senado fue el de una senadora del Frente para la Victoria” llamada Silvina García Larraburu, y apuntó que “ese día Juan Grabois empezó a decir algo que hasta ese momento la Iglesia Católica no había dicho, que ‘Cristina Kirchner es inocente’, luego de que García Larraburu se dio vuelta repitiendo de punta a punta el discurso de la Iglesia Católica”.
Sostuvo en consecuencia que “en la Argentina el Gobierno necesita de la anuencia de la Iglesia y Cristina también, y la fue a buscar y ofreció un toma y daca, ‘yo te doy esto y vos me das esto otro’, y a partir de ese día los representantes del Papa en la Argentina la empezaron a apoyar abiertamente y la acompañaron incluso a visitar a Bonadío”.
Y añadió: “Ese día algunos periodistas se dieron cuenta y dijeron ‘no será que García Larraburu se dio vuelta por este apoyo’, pero nosotros lo dijimos el mismo 5 de agosto”.
Hacia el final de su exposición, la disertante afirmó que “el Senado le ha dado un golpe al movimiento de mujeres y la Iglesia siguió avanzando”, y que “en la política nada se queda quieto, si no avanzás es porque estás retrocediendo, y si ahora el movimiento de mujeres no avanza va a retroceder, víctima de su propia falta de caracterizaciones o de las presiones que se ejerzan sobre él, y este es un movimiento que no merece retroceder porque tiene muchísimo para dar”.
Al respecto, hizo saber: “Le hemos extendido una carta al conglomerado que integra la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto diciéndole que hay que ir a la consulta popular porque tiene características preciosas para esta etapa”.
Explicó que “nosotros vivimos en una democracia con representación indirecta, y no deliberamos ni gobernamos sino a través de nuestros representantes, que fueron esos 38 que fastidiaron a dos millones de personas movilizadas, así es la vida bajo este régimen social” y que “acá hay una rendija de lo que se llama, según el Estado burgués, la democracia semidirecta, porque la consulta popular la tiene que habilitar el Congreso y por supuesto no es lo mismo decirle que no al aborto legal hasta las 14 semanas de gestación que decirle que no a ‘veamos qué opinan las personas’”.
Se preguntó si “lo podemos conquistar” para responderse: “No sé, las cosas para saberlas hay que pelearlas y se verán en el camino, lo que sí sé es que si ellos no lo dan y yo milito por eso junto a dos millones de personas colaboro en erosionar la autoridad del Parlamento frente a las masas, primer punto fundamental para entender que los derechos se arrancan, no se mendigan ni se le piden a una clase social que está de espaldas a nosotros”.
Por último, planteó: “¿Puede haber algo más lindo que arrebatar a la Iglesia el poder que tiene sobre la clase obrera y la colonización que ejerce sobre las clases más explotadas de nuestro país?”.