Promoción a la ciencia y tecnología
- Por Tras Cartón
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La Legislatura de la Ciudad Autónoma votó la creación de un fondo fiduciario para la promoción a la innovación, ciencia y tecnología, conformado mediante el aporte de fondos públicos y privados.
Así lo hizo en su última sesión, que fue a la vez la primera, desde marzo del año último, en que los legisladores tuvieron la obligación de asistir de manera presencial al recinto de sesiones, puesto que quedó sin efecto el sistema de debate y votación por medios virtuales.
Según lo expresa la nueva ley en su artículo segundo, el fondo, denominado FON-PI, y el fideicomiso establecido en consecuencia “tendrán por objeto brindar soluciones de financiamiento a proyectos que fomenten y/o aporten el desarrollo de la innovación, la ciencia y la tecnología, estimulando e incentivando la participación público-privada”.
En cuanto a los recursos del fondo, lo integrarán los que anualmente se asignen a través de las correspondientes leyes de presupuesto del Gobierno de la Ciudad y otras leyes especiales que dicte la Legislatura; los que se le asignen a partir de convenios urbanísticos; los aportes o transferencias provenientes del Estado Nacional y de sus organismos autárquicos y/o descentralizados; los provenientes de legados o donaciones; los fondos provenientes de empresas, sociedades, organizaciones, organismos, agencias o instituciones públicas o privadas, nacionales o internacionales; el producido de las operaciones realizadas con recursos del FON-PI y las rentas y frutos de esos activos.
En lo que a destinos se refiere, los bienes del FON-PI tendrán los siguientes: Inversión en infraestructura de conectividad necesaria en los barrios populares, inversión en promoción del talento a través del otorgamiento de becas de estudio a estudiantes destacados en áreas de ciencia y tecnología o en becas de capacitación a trabajadores para la incorporación al primer empleo digital, inversión en proyectos de innovación en la gestión de gobierno, incorporando plataformas abiertas, transparentes, eficientes y centradas en la experiencia de los ciudadanos; inversión en emprendimientos de alto impacto, utilizando estrategias de inversión conjunta con aceleradoras científico-tecnológicas, fondos ángeles y/o de capital semilla para el financiamiento de proyectos con potencial de crecimiento global con un alto grado de diferenciación e innovación; inversión en campañas de concientización y capacitación en el buen uso de las herramientas digitales, ciberseguridad y protección de la privacidad de los usuarios; financiamiento a través del Banco de la Ciudad de líneas de crédito a tasa subsidiada destinados a la adquisición de herramientas digitales tanto de emprendedores y de micro, pequeñas y medianas empresas; inversión en la infraestructura de espacios destinados a la interacción y encuentro de estudiantes, con las condiciones necesarias para el estudio y la investigación en ciencia, tecnología e innovación; inversión en instituciones que realicen investigación científica, tecnológica e innovadora, privilegiando los proyectos que sean liderados por mujeres, tengan por destino la aplicación en el desarrollo sostenible y la economía circular, en tecnologías de alto impacto, en la economía popular y social o en la mejora de la calidad de vida en los barrios populares.
El debate
La autoría del proyecto de origen le corresponde al legislador Hernán Reyes, al que acompañaron con sus firmas sus colegas Claudio Cingolani, Facundo Del Gaiso, Daniel Del Sol, Cecilia Ferrero y Diego García Vilas, todos ellos de Vamos Juntos, y obtuvo despacho conjunto de las comisiones de Educación, Ciencia y Tecnología y de Presupuesto, Hacienda, Administración Financiera y Política Tributaria.
El debate ocupó aproximadamente una hora y, si bien abundó, como es habitual, en chicanas, acusaciones cruzadas y expresiones políticas de distinta especie referidas a la actual coyuntura, no pareció tratar el tema con la profundidad y rigurosidad que merecía.
En su carácter de miembro informante, le correspondió la apertura al presidente de la Comisión de Educación, Gonzalo Straface (VJ), quien empezó diciendo que “cada vez que escuchamos en los medios y nos alegramos y maravillamos cuando empresas del sector digital llegan a la categoría de unicornio, a la valuación de más de mil millones de dólares, no reparamos quizás en todo el trabajo que hay detrás”, y “sobre todo en las ideas que a veces no llegan a ser proyectos o en los proyectos que por falta de financiamiento, falta de apoyo estatal, falta de talento o falta de gestión del talento no llegan a ser una empresa que genere dividendos y divisas para nuestro país”.
Destacó luego que “el financiamiento no es la única barrera a superar por los emprendedores dentro del llamado ecosistema emprendedor, que justamente es a lo que este proyecto de ley apunta a mejorar sustancialmente”, sino que “son muchos los factores que inciden en el éxito o el fracaso de una iniciativa y para lo que esta herramienta busca generar políticas específicas”.
Seguidamente, Mercedes de Mendieta (IS) anticipó que desde su bloque no iban a acompañar el proyecto. Afirmó que creían “fundamental el desarrollo de la ciencia y técnica de la tecnología en nuestro país” pero que “la conformación de estos fondos fiduciarios termina siendo un nuevo beneficio a los empresarios” y que “detrás de este concepto de emprendedores podrían ser beneficiados grandes empresarios de la tecnología”.
A continuación, María Bielli (FdT) expresó su convencimiento de que “no están discutiendo el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación, ni nada de eso”, y, con respecto a “cuáles son los recursos con los que se va a financiar este fondo”, sostuvo que “cualquier desarrollo sostenible vinculado a la ciencia y la tecnología no puede estar atado al cortoplacismo” y que “en general, las políticas de ciencia y tecnología son políticas que requieren de cierta previsibilidad”.
Dijo también que “es fundamental que en el diseño de estos instrumentos no solo se establezcan con mucha claridad los objetivos que tiene el instrumento, sino también qué porcentajes del fondo proveerá el Estado, en este caso el Gobierno de la Ciudad”, y señaló que “acá tenemos un gran problema atado a una concepción cortoplacista, porque no se incorpora la dimensión de planificación en áreas estratégicas, en líneas prioritarias vinculadas a la ciencia y la tecnología para políticas públicas de largo alcance”.
Acto seguido, Amanda Martín (PO) manifestó: “Nosotros estamos 100% a favor de la ciencia, de la tecnología, de todo el conocimiento que ha acumulado el hombre a través de la humanidad”. Después de aclarar que se refería a “la ciencia y la tecnología al servicio de las necesidades populares”, opinó acerca del proyecto que “no se trata absolutamente de nada referido a la ciencia a la tecnología en función de las necesidades populares, es un fondo que se conforma en forma de fideicomiso, es súper flexible para lo que le resulte mejor al gobierno, destina fondos a privados, a empresas que van a recibir subsidios bajo la fachada de emprendedores”.
A su turno, Marta Martínez (AyL) aseguró que “este proyecto propone que la inversión en investigación y desarrollo la haga el Estado, la desarrolle, corra el riesgo, investigue solo lo que contribuya al lucro empresario y luego lo ceda sin ningún tipo de beneficio sobre el patentamiento ni el aprovechamiento popular de estas investigaciones”.
El cierre corrió por cuenta del autor del proyecto, Hernán Reyes, quien consideró que “hablar de ciencia y tecnología y desconocer que este es un instrumento para cofinanciar proyectos de lo público y privado que puedan dar respuestas al desarrollo innovador, y querer atribuirle a esto la solución o resolución de todos los problemas nacionales, internacionales y locales sobre la cuestión de la ciencia y la tecnología, o denota una falta de conocimiento y entendimiento de lo que estamos discutiendo, o es mala fe”, y remarcó que se trata de “un instrumento que es merecedor, por lo menos, de la profundidad de la lectura”.
Finalmente, y sobre 57 votos emitidos, la iniciativa resultó aprobada por 38 afirmativos aportados por los distintos bloques salvo el peronismo y la izquierda, que sumaron 19 votos negativos.