Carrillo, la pandemia y las comunas

La Comisión de Descentralización y Participación Ciudadana de la Legislatura de la Ciudad Autónoma, presidida por su titular, Leandro Santoro (FdT), mantuvo una reunión informativa de carácter virtual con el secretario de Atención y Gestión Ciudadana del Ejecutivo local, Facundo Carrillo, acerca de los efectos de la pandemia del COVID-19 sobre el funcionamiento de las comunas.

Curiosamente, el funcionario, notorio referente del larretismo, adquirió en los últimos días protagonismo mediático al salir a defender a su abuelo, Ramón Carrillo, ministro de Salud durante el primer peronismo y a quien se acusa de haber adherido a la ideología nazifascista.

La reunión se desarrolló en un clima de extrema cordialidad, en el que Carrillo expuso sin interrupciones y los legisladores no hicieron preguntas incómodas ni mucho menos críticas o agresivas, no interrumpieron ni repreguntaron y no refutaron los conceptos del expositor.

Después de dar los buenos días “a todas, a todos y a todes”, el presidente de la Comisión anunció que se iba a “dialogar sobre diversos temas que afectan a las quince comunas”, y expresó “la necesidad de iniciar acciones conjuntas entre las comunas y las áreas competentes en temas referidos al dengue y al COVID-19”.

Por su parte, Carrillo empezó así su exposición: “En estos momentos la comunicación, por más que sea a distancia, es fundamental para que todos estemos en el mismo barco tomando las decisiones acertadas y cuidando la salud de todos los porteños”.

Después de puntualizar que su función es “coordinar la tarea de las comunas en la ciudad de Buenos Aires”, refirió: “Nosotros veníamos cumpliendo muy satisfechos desde el año pasado y habíamos empezado muy bien este año en todo lo que tenía que ver con la labor de las comunas, principalmente en espacios verdes y en arbolado, cumpliendo metas y trabajando muy bien y en equipo”.

Se refirió luego a la pandemia, que “hizo que en términos económicos pasaran dos cosas, por un lado que se necesite que todos los recursos sean enfocados en el combate de esta pandemia y por otro lado, una caída muy fuerte de la recaudación de la Ciudad”.

Y precisó: “Todo el presupuesto que teníamos de planificación en el año se vio derrumbado: el nuestro y el de todas las áreas, por supuesto, y el de las comunas, que obviamente no quedaron ajenas a eso; y a partir de ahí tuvimos que repensar toda una planificación que fuimos viendo y tratando de garantizar lo mínimo indispensable para que la ciudad no sienta el deterioro y los vecinos no vean una caída en la calidad de los servicios que prestan las comunas y que prestamos nosotros como Secretaría y el Gobierno en general”.

Seguidamente, dio “algunos números de cada una de esas prestaciones” y puntualizó que “en términos de arbolado, las quince comunas tenían un presupuesto de 1.797 millones” y “se había ejecutado un porcentaje menor, 411 millones, en lo que fue de enero a marzo, que empezó esta situación”.

“En términos de cantidades”, explicitó, “teníamos planificada una extracción de 7.000 árboles, teníamos pensado hacer podas por 70.000, cortes de raíz por 5.000, poda puntual por 22.000 y plantaciones por 12.000; teníamos pensado arreglar 180.000 metros cuadrados de veredas [rotas por raíces] y despejar [de follaje] 14.000 luminarias y 6.400 cámaras de seguridad”.

Aclaró al respecto que el correspondiente a las extracciones, “por cuestiones obvias de emergencia y de seguridad de las personas, fue prácticamente el presupuesto que menos se redujo” y que “otros se redujeron más fuertemente, como por ejemplo el de plantaciones, que es un deseo seguir plantando y llegar a una meta de cien mil árboles nuevos en la ciudad”, pero acotó: “Ante la emergencia consideramos que era el que podíamos postergar”.

Abordó luego el tema de los espacios verdes, explicando que “las comunas ejecutan un presupuesto a través de un contrato que está dividido en dos partes, uno que llaman rubro a, que es el mantenimiento básico, y el resto se llama rubro b, que son las inversiones que se hacen por parte de las comunas para levantar o para reponer vandalismo en los espacios verdes”.

Y agregó: “Si bien se han mejorado muchísimo, están muy lindos y creemos que la gente los valora, siempre queremos que estén un poquito mejor, y por eso teníamos planificado gastar este año alrededor de mil millones de pesos en ese rubro, de los cuales hasta marzo habíamos ya gastado 132.000”.

En ese sentido, destacó que “lo más importante a entender es que lo que se redujo presupuestariamente tiene que ver con inversión en el espacio verde y no con el mantenimiento básico, que no se tocó en términos de números”.

Finalmente, admitió: “Y las obras que pensábamos realizar a escala comunal quedaron en stand by hasta tanto se normalice la situación económica”.

Las preguntas

A continuación se inició la parte de la reunión consagrada a las preguntas de los legisladores. En primer término, Lucía Romano (VJ), que estaba presente, quiso saber si en todas las juntas comunales se había podido habilitar un sistema para realizar reuniones virtuales.  

Carrillo contestó que “muchas juntas comunales han implementado el zoom como mecanismo de reunión y otras que fueron, si se quiere, un poco más rígidas o menos flexibles ante esta situación, han decidido plantear primero la modificación del reglamento, porque solo preveía la instancia presencial”.

Luego, Manuel Socías (FdT) preguntó por las funciones de las comunas en la distribución de alimentos. El funcionario del Ejecutivo respondió que “la pauta de a quién se le da y bajo qué mecanismos, la lleva el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat” y que “no es la misma la situación que hay en las comunas del sur que la que hay en las comunas del norte, y entonces, obviamente, las funciones de las comunas no son las mismas”.

Precisó que “mientras que en las comunas 4, 9, 8 y 7 la comuna tiene un rol más territorial y de cercanía con la población más vulnerable y necesitada de esta ayuda, en las otras comunas tienen un rol mucho más de asistencia y colaboración con el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat en dar solución a situaciones muy, muy puntuales, principalmente enfocadas en la gente de tercera edad que requiera alguna ayuda o que está en una situación apremiante”.

Después, en respuesta a Claudio Morresi (FdT), Carrillo manifestó que “los servicios en las sedes comunales están cerrados por decreto y van a abrir cuando la pandemia así lo permita”, y que lo que se hizo “en contracara de ese cierre es fortalecer los mecanismos digitales y el 147, que es lo más parecido a la modalidad presencial, dado que uno puede hablar con una persona y explicar sus necesidades de manera más acabada”.

Dijo también: “Por eso hemos aumentado, duplicado casi, la cantidad de operadores del 147, para que ninguna persona se quede sin ser escuchada y sin manifestar su necesidad”.  

“Con respecto a la ampliación de servicios sociales”, expresó, contestando otra pregunta del mismo legislador, “no hay dudas de que, en función del nuevo orden que nos toca de aquí en adelante, va a ser imperioso tener mucha más ayuda social, porque obviamente la situación económica no va a ser la misma y eso va a generar todo tipo de conflictividad, y también coincido en que hay que repensar en fortalecer las cuestiones sociales de aquí en adelante, una vez que finalice la pandemia”.  

Por su parte, Santoro planteó un interrogante a propósito de los geriátricos; el secretario de Descentralización repuso que “las comunas tuvieron solo una tarea, dando colaboración al Ministerio de Salud”, pues “acompañaron a los funcionarios” de esa dependencia “a los 480 geriátricos que hay en la ciudad de Buenos Aires, a verificar si estaban cumpliendo o no el protocolo del ministerio en el cuidado de los adultos mayores”.

Y relató: “Como queríamos hacer ese relevamiento de manera rápida y contundente, armamos equipos de quien conoce el territorio, que eran funcionarios de la comuna, con un funcionario especialista en salud, para poder recorrer en un día todos los 480 geriátricos y tener un panorama de cómo se estaba cumpliendo el protocolo”.