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TRAS CARTÓN   La Paternal, Villa Mitre y aledaños
 24 de diciembre de  2025

Edición impresa marzo 2010
POR LA PODA DE DICIEMBRE ÚLTIMO EN LA PLAZA ROQUE SÁENZ PEÑA

Vecinos y funcionarios cara a cara

Por Haydée Breslav
Organizado por el Centro de Gestión y Participación Comunal Nº 11, se realizó el pasado 10 de febrero en la Plaza Roque Sáenz Peña, del barrio de Villa Mitre, un encuentro entre vecinos que manifestaron su desaprobación a la poda de distintas especies de ese espacio, incluido un ombú centenario, y funcionarios de las áreas responsables del Gobierno de la Ciudad.

El pasado 10 de febrero, por iniciativa del Centro de Gestión y Participación Comunal Nº 11, a la vera del ombú de la Plaza Roque Sáenz Peña, tuvo lugar una reunión entre vecinos y funcionarios de la Dirección de Arbolado del Gobierno de la Ciudad, a raíz del descontento de los primeros por los resultados de la poda dispuesta por las autoridades porteñas y efectuada hace unas pocas semanas.

El director del CGPC, Carlos Guzzini, así reseñó los hechos previos: "Tenemos funcionando acá el solarium de la plaza de Villa Mitre, con un guardia que nos pasa todas las novedades; cuatro noches seguidas nos llamó para informarnos de ramas que se habían caído. Llamamos entonces a [la Dirección General de] Arbolado, que envió a sus ingenieros a interiorizarse de la situación, y ordenó esta poda. Como muchos vecinos empezaron a decir varias cosas, los convoqué, así como a un ingeniero agrónomo de esa dependencia y al responsable de la empresa, para que dieran una explicación".

Según nos hizo saber el ingeniero agrónomo Jorge Florentino, de la Dirección mencionada, "ha aparecido una enfermedad nueva, producida por un hongo, que afecta toda la parte interna de los ejemplares de ombú, aunque para la parte externa den la apariencia de sanos".

Precisó que esta patología se ha presentado "por lo menos en tres espacios verdes: Parque Rivadavia, Barrancas de Belgrano y esta plaza", y añadió: "Debilita todo el tejido y las ramas se caen sin previo aviso; lo que se hace entonces es sacar las más grandes, que pueden ser peligrosas en el caso de una caída intempestiva, mientras se trata lo que queda para ver si el ejemplar se recupera".

Esta recuperación no parece fácil de lograr. "Esperemos que con el tratamiento se cure; no es seguro, porque es una enfermedad nueva y no sabemos cómo va a responder. Tampoco hay experiencias de afuera, porque el ombú es una planta endémica de América del Sur". Los pasos a seguir consisten "en pulverización de follaje y tratamiento de suelo, de modo que el producto llegue al interior del árbol para ver si se puede detener el avance del hongo, que ya está dentro del ejemplar".

Y enfatizó: "A los vecinos que quieren saber por qué se hizo la poda, e interpretan que se podría haber evitado, les explicamos que se debió a una cuestión de seguridad. Más allá de que tenemos que defender a los árboles, privilegiamos a las personas por sobre ellos, y si el árbol no es seguro, por muy lindo que sea, no nos sirve".

En el mismo sentido, Raúl Linares, de la empresa Zona Verde, que ejecutó la poda del ombú, refirió: "Acá se hizo una poda sanitaria y de balanceo para evitar que las ramas con mala inserción, y ante la posible enfermedad en sus ángulos, se cayeran. Por esta enfermedad ya se han caído en la ciudad muchos ombúes, y por eso se hizo la poda; en Parque Avellaneda, por ejemplo, tres árboles que parecían perfectos al otro día se cayeron".

En cambio Cristina Álvarez, de la Asamblea de Vecinos de Villa Mitre y Santa Rita, manifestó: "Estamos totalmente en desacuerdo con la poda, que se hizo en todos los árboles, no solamente en el ombú, que directamente lo destruyeron y dejaron nada más que tres o cuatro ramas; al resto de los árboles también, nosotros vinimos a ver y las ramas que cortaron estaban sanas".

Y prosiguió: "Encontramos la plaza con una claridad terrible, en una época que no es la de poda; además, por el tema de seguridad, se podrían haber tomado otras medidas por si se pudiera caer una rama, como hacer un enrejado alrededor del árbol, sobre todo del ombú, que daba una sombra espectacular y era el lugar de reunión de todos".

La vecina Lidia Schiuma fue terminante: "No se hace un seguimiento sanitario de los árboles, en esta plaza ni en ninguna, por eso hay accidentes; si no se controla siempre se llega tarde". En cuanto al ombú, contó que "es un árbol más que centenario, que perteneció a la estancia de Rosas", del mismo modo que "las casuarinas, que tenían la función de resguardar de los vientos a los cascos de las estancias". Y recordó: "Yo de chica venía a jugar en este ombú; después vinieron mis hijos, más tarde mis nietos más grandes, y mis nietos más chicos todavía pasaban corriendo por sus raíces en tardes maravillosas. Yo no sé si se va a poder salvar pero, más allá de que pueda estar enfermo o no, indudablemente es por la desidia que todas las gestiones han mostrado por el patrimonio ciudadano".

A propósito del asunto de esta nota parece oportuno recordar, para concluirla, los versos iniciales de El ombú, de Luis L. Domínguez (1819-1898), en algún tiempo tan conocidos que merecieron la parodia de un humorista como Wimpi; hoy están tan olvidados como el autor y el parodista: "Toda comarca en la tierra / tiene un rasgo prominente: / el Brasil, su sol ardiente; / minas de plata el Perú; / Montevideo, su cerro / Buenos Aires, patria hermosa, / tiene su pampa grandiosa; / la pampa tiene el ombú". Si damos por cierta la hipótesis –citada por Borges en El golem– de que el nombre es arquetipo de la cosa, resulta que el ombú está en el título del poema, y hasta es posible inferir que la planta –hoy atacada de una enfermedad que ha afectado incluso al centenario ejemplar de la Plaza Roque Sáenz Peña– correrá la misma suerte que los versos que la nombran.

 

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