El Palacio de las Artes porteño

El Palais de Glace está ubicado en Viamonte 525 en el barrio de Recoleta. Llamado también Palacio Nacional de las Artes y sede del Salón Nacional de Artes Visuales es custodio de los premios y adquisiciones de las obras plásticas que el Ministerio de Cultura de la Nación decide preservar y exponer. A la espera de su reapertura, sigue siendo uno de los espacios más ricos en historias que tiene nuestra ciudad.

Desde 2017 cerrado por obras de “restauración, puesta en valor y adecuación tecnológica”, el Palais de Glace, edificio de ciento catorce años declarado Monumento Histórico Nacional en 2004, fue clausurado por el enorme estado de deterioro debido a filtraciones, caídas de mampostería, fachadas rotas, invasión de pastizales y otros peligrosos abandonos. Por ahora sus actividades se realizan en el Centro Cultural Borges y la Manzana de las Luces. Su restauración es una obra sumamente compleja por la cantidad de capas que comprende. Su historia comenzó como un lujo más que decidió regalarse la elite porteña.

Patinando sobre hielo

El Palais de Glace, que en francés significa “palacio de hielo”, fue una de las tantas inauguraciones del festejo del centenario en 1910 que tuvo la próspera Argentina, granero del mundo. Su constructor fue José Luis Basadre, aunque la autoría del proyecto es desconocida. En cambio, las ornamentaciones interiores fueron ejecutadas por los escultores italianos Humberto Somadossi y Cevi. Sus características arquitectónicas guardaban cierta similitud con el Palais de Glace en Champs Elisées de París. Basadre construyó una obra sólida y elegante de aproximadamente 55 metros de largo por 40 metros de ancho con dos accesos, a la que se dotó de un subsuelo para albergar los equipos de enfriamiento. Desde la vereda ubicada hacia avenida del Libertador se accedía al edificio por una escalinata a lo que era la puerta principal, mientras que por otro acceso secundario sobre la calle Posadas se ingresaba desde el nivel de la vereda. Posteriormente fue transformado en principal, situación que se mantiene hasta nuestros días.

Nació el palacio como divertimento de la alta burguesía de Buenos Aires: una pista de hielo circular de 21 metros de diámetro ocupaba el salón central, iluminado naturalmente a través de una gran lucarna en una cúpula de su techo abovedado. Alrededor había palcos y, en el primer piso, más palcos, una confitería y un órgano que musicalizaba los encuentros. La revista Caras y Caretas retrata numerosas veladas donde las niñas de familias importantes iban a patinar bajo la atenta mirada de sus madres. Durante años será un lugar de encuentro social de las familias distinguidas, que aspiraban a vivir en una ciudad “igualita a París”.

¡Noches del Palé de Glas!

“Palé de Glas / del 920, / no existes más / con tu cordial ambiente… / Allí bailé / mis tangos de estudiante, / allí soñé con los muchachos de antes”.

La letra del conocido tango escrito por Enrique Cadícamo nos habla de una nueva etapa para este palacio, cuando en 1912, el cónsul de Suiza, barón Antonio Demarchi, yerno de Julio Argentino Roca, lo compra para convertirlo en salón de baile y la pista se cubre con fino piso de roble. Demarchi, gran deportista y hombre de mundo, amante del tango y sabedor de su creciente éxito internacional, organizó un evento con la orquesta de Genaro Espósito y Enrique Saborido como bailarín, jerarquizando un género que pasó a ser aceptado por la alta sociedad. Por el salón pasaron muchas de las grandes orquestas de tango de la década de 1920, como las de Francisco Canaro, Roberto Firpo y Julio de Caro.

Otro mito gardeliano

Junto a su amigo, el actor Elías Alippi, Carlos Gardel fue al Palais de Glace a festejar sus 25 años. Un matón llamado Roberto Guevara se interpuso y le efectuó un disparo en el pecho con un revólver con la sentencia: “Vos no cantás más”. Gardel fue trasladado al hospital Ramos Mejía, donde se comprobó que tenía una bala en su pulmón izquierdo. Pero lo peligroso de la operación hizo que se la dejara allí. La bala fue encontrada luego de la autopsia de su cuerpo en Medellín tras el fatal accidente aéreo. El atentado sería la venganza de un miembro del hampa porteña de nombre Juan Garesio, dueño del cabaret Chantecler. El motivo: los amoríos que estaba teniendo Carlitos con una mujer conocida como Madame Jeanette o La Ritana. La amistad con el caudillo Ruggierito lo salvó a Gardel del peligro, luego de una rápida huida a Uruguay.

Hacia las Bellas Artes

En 1931 el Municipio cedió el Palais de Glace a la Dirección Nacional de Bellas Artes. Convocado para una reforma, el arquitecto Alejandro Bustillo conservó la estructura original del edificio y utilizó las rotondas para convertirlas en salas de exposición. En 1935 remodeló la fachada y cambió radicalmente su aspecto, que aún conserva. El Salón Nacional de Artes Visuales (SNAV), certamen que distingue las obras más relevantes del arte contemporáneo argentino, con su primera edición en 1911, se desarrolló en el Palais de Glace de manera ininterrumpida desde 1932 hasta 1954. Desde ese año hasta 1960, el Palais funcionó como estudio anexo de Canal 7, lo que motivó que el SNAV se realizase en otros espacios como el Museo Nacional de Bellas Artes y los salones del Congreso de la Nación. En 1960, el Palais de Glace volvió a funcionar como salas de exposición. Las obras Premio Adquisición del Salón Nacional de Artes Visuales integran su patrimonio, que está compuesto por más de 1100 obras. En 1980, el edificio fue intervenido por el arquitecto Clorindo Testa, que generó en su espacio central un entrepiso que ocupa el ochenta por ciento de la superficie y recupera la cúpula que ilumina el espacio central. Hoy, luego de fallidas licitaciones a empresas, el Palais de Glace sigue en obras y aún espera su renacer.

Fuente: ebcprensacooperativa.net.ar.

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