Abril 2013
TEATRO EN LA TERTULIA
Un policial bizarro
Por Vanesa Kandel
Al principio es como un chiste un poco siniestro: el muerto llegó en mal momento, ¡justo cuando estaban listos, impecables, saliendo para la fiesta!
¿Y quién es el muerto? Un cuerpo anónimo, apenas entrevisto en la penumbra del pasillo de un edificio casi deshabitado (y con sospechoso corte de luz); un cuerpo al que todos rápida y fervorosamente llaman “el muerto”, sin saber bien de qué se trata. ¿Y quiénes lo vieron? Rebeca, Gregorio, Virginia, Lorenzo y Mijail, las únicas personas que, se nos dice, se encuentran ese día y a esa hora en todo el edificio. ¿Y quiénes son estas personas? Rebeca y Gregorio, un matrimonio desvencijado que arrastra años y deudas con espíritu desigual (ella, veleidosa y fulgurante; ruinoso y atontado, él); Virginia, la hija veinteañera, tan sensible como irritable; Lorenzo, el sobrino canchero, para quien sus tíos y su primita no son más que “tilingos de cuarta”; y Mijail, el nuevo novio ruso y cara de ángel de la nena, que parece desentonar con la brutalidad del resto…
Pero claro, entre tanto ruido, nada es lo que parece (¿o sí?). Piense el lector en Hitchcock –si es posible, en La soga–; mézclelo con un toque de comedia grotesca y enredos melodramáticos, ejecutados por personajes estridentes y por momentos hilarantes, y tendrá la atmósfera oscura y divertida de Ruidos que atraviesan las almohadas, la pieza teatral escrita por Ramiro Guggiari y dirigida por el mismo Guggiari y Gastón Calvi, con las actuaciones magníficas de Sonia Novello, Maite Mosquera, Mariano Rapetti, Horacio Pucheta y Laureano Lozano (ver Cartongenda). Imperdible.