Noviembre 2012
PACTO PRO-K EN LA LEGISLATURA: OPINAN FABIO BASTEIRO, CARLOS MÉNDEZ, JULIO MACERA Y EDUARDO OTERO
“Los efectos los van a pagar los ciudadanos porteños”
Por Haydée Breslav. Fotos: Silvia Giser

El ingenio popular porteño alumbró distintos nombres: pacto Pro-Kaz, acuerdo macristinista, properonismo inmobiliario… Lo cierto es que el consenso logrado entre el oficialismo nacional y el porteño, que permitió que en su sesión del 1° de noviembre último la Legislatura de la Ciudad Autónoma aprobara un paquete de once importantes leyes, puso de manifiesto, más allá de confrontaciones coyunturales, la existencia de profundas coincidencias políticas y económicas. Para analizar el tema desde distintos ángulos reunimos al diputado de la Ciudad Fabio Basteiro, presidente del bloque legislativo de Buenos Aires para Todos; al vicepresidente de ese partido y su representante en la Junta Comunal 15, Carlos Méndez; al secretario adjunto de la CTA Capital, Julio Macera, y a Eduardo Otero, integrante de la conducción de esa Central.
–¿Qué pasó en la sesión del 1° de noviembre?
Fabio Basteiro: –Lo que hubo en esa sesión fue la materialización de una decena de proyectos de ley con efectos y lecturas diferentes; se trata de factores que concurren a un escenario que, a nuestro entender, es bastante peligroso que se naturalice como algo casi permanente en la ciudad de Buenos Aires. El hecho de que hubiera diez despachos sin el tratamiento correspondiente en las comisiones, sin proyectos alternativos, sin que pudiéramos contar con la información necesaria para plantear alternativas superadoras, hace a una cuestión institucional muy grave. No es que uno pretenda que las instituciones no tengan dinámica, negociación ni acuerdos, pero me parece que no se pueden llevar diez proyectos a votar sobre tablas, modificando el orden del día y poniendo en sesión el cuerpo, o sea que directamente se vota y se discute sobre la marcha. Y no son proyectos formales de declaración, sino que tendrán consecuencias reales sobre la vida de los ciudadanos.
–¿Qué establecen esos proyectos?
–En el Parque Roca, por ejemplo, se ceden 37 hectáreas a una federación patronal de transportistas, y en la Comuna 4 se consolida el Distrito de las Artes, que reducirá sensiblemente los impuestos de Ingresos Brutos y de ABL, no a los trabajadores de la cultura, sino a las empresas que trabajan con la cultura: he ido a la Comuna 4 a participar en asambleas que se oponían a esa iniciativa, y los mismos comuneros del Frente para la Victoria que nos invitaron tienen hoy que soportar que sus propios legisladores avalen el proyecto. Y no debe pasar en muchos países del mundo que sobre tablas se venda un edificio de las características del Mercado del Plata, casi un monumento nacional, sin que hubiera por lo menos otra discusión o se creara una coyuntura que trascendiera el mero hecho de levantar la mano, juntar los votos y a otra cosa mariposa, como se dice. Es más: el efecto de la venta del edificio del Plata será afianzar lo que ya estaba votado en las partidas presupuestarias del año 2012 con respecto a la estructuración del Centro Cívico en los terrenos del Borda, que para que no se hiciera se organizaron festivales, se presentaron amparos y se realizaron movilizaciones y ocupación de tierras. Se ha votado también, a propuesta del Gobierno nacional, la rezonificación de los terrenos del ferrocarril Sarmiento en Liniers, Palermo y Caballito, que tiene por objeto la construcción y el negocio inmobiliario.
–¿Le resultaron sorprendentes estos hechos?
–A nosotros no nos sorprende, porque no lo vemos como algo aislado: el Pro le ha dado el quórum necesario al Gobierno nacional en el Congreso, ha votado junto con los K la ley antiterrorista y también la ley pro patronal de las ART. En la Legislatura, el proyecto de presupuesto 2012 fue votado por el Frente para la Victoria, del mismo modo que han sido votadas más del 70% de las leyes de la ciudad de Buenos Aires; estructuran discursos de carácter opositor, pero cuando llega el momento votan con el Pro “a cambio de”, lo que quiere decir, por ejemplo, que los cargos en la Auditoría que le correspondían a la segunda fuerza, que en aquel momento era Proyecto Sur, le fueron arrebatados para entregárselos al Frente para la Victoria. Esta es, simplemente, una realidad con la cual convivimos, pero en la última etapa, sobre todo, se ha ido generando una situación de alianzas que tienen que ver con el modelo de ciudad que tanto se le criticaba al Pro. Hay un dato muy sintomático: el 1° de noviembre vinieron el viceministro de Economía, Axel Kicillof , y el titular de la Anses, Diego Bossio, para disciplinar a sus propios legisladores y, a la vez, porque el acuerdo superaba un problema de la Legislatura, que funcionó como una correa de transmisión entre el Ejecutivo nacional y el de la ciudad. Pero lo más grave de todo esto es el método utilizado.
–¿Por qué dice que es lo más grave?
–Porque uno nunca elige un método que se contraponga directamente con el objetivo, y si este fuera sano, transparente e hiciera al bien público, no tendrían por qué adoptar un método oculto, falto de transparencia y con negociaciones que suenan más a espurias que a reales. Para decirlo más claramente: nadie puede votar diez leyes sobre tablas, juntando cuarenta votos a través de un disciplinamiento de los propios legisladores, y decir que esas leyes son beneficiosas para el conjunto de la sociedad. Y me parece paradójico, y hasta peligroso, que por un lado se ponga en discusión el voto a los 16 años para que los chicos se arriesguen a ver la política como un elemento de transformación, y en la misma semana se hagan cosas como estas, que ratifican el criterio de que la política sigue siendo un instrumento para la dominación y para el anclaje de los sectores más concentrados de la economía. Parecería que lo que unificó al Gobierno nacional y al Gobierno de la Ciudad no fue una cuestión ideológica ni política, sino el grupo IRSA.
–¿Qué es el grupo IRSA?
–Es un grupo de un empresario de la construcción, Eduardo Elsztain, que tiene por objeto el boom inmobiliario que tanto se le critica a las décadas de los 90 y del 2000. Este acuerdo de las diez leyes tiene una segunda etapa, que se va a votar en la próxima sesión, y es justamente el proyecto de los Solares de Santa María, un barrio residencial tipo Dubai en la zona de la Costanera Sur, al lado de Puerto Madero, que confirma que el Río de la Plata, o por lo menos la zona costera de la ciudad, termina siendo para los sectores más pudientes y concentrados de la economía. En esto también se coincide con el Gobierno nacional, pues el Polo Audiovisual al que tanta referencia hacen sería estructurado por el mismo grupo IRSA, y donde, de los 250.000 metros cuadrados para construir, solamente 40.000 serían para el Polo, y el resto estaría destinado a un emprendimiento inmobiliario.
Carlos Méndez: –Esto que describe Fabio en el sentido de que todo se acuerda por debajo de la mesa tiene un correlato en el no proceso de descentralización de las comunas, porque la descentralización, fundamentalmente, ofrece a los ciudadanos la posibilidad de proponer y también de controlar las obras de gobierno del Ejecutivo en sus respectivos barrios. Esto no está implementado y la corporación política no quiere implementarlo, porque no le interesa que los ciudadanos tengan la capacidad de participar en la toma de decisiones y que las Juntas Comunales puedan, en conjunto con los vecinos, armar su propio presupuesto, estableciendo sus propias prioridades según sus propias necesidades.
Basteiro: –Se votó también el endeudamiento por 250 millones de pesos para obras del arroyo Vega: si se hubiera planteado una discusión, luego de las inundaciones y de los acontecimientos dramáticos que se vivieron con respecto a ese arroyo, la mayoría de la gente hubiera visto bien que se sacara un préstamo para terminar de hacer los aliviadores, e incluso los que hubiéramos votado en contra quedaríamos como marginales. Sin embargo, el proyecto apareció diez minutos antes de la sesión: no lo había leído nadie, no se sabe cuál es la cantidad de dinero ni quién es el órgano crediticio, quiénes son las consultoras, cuáles los plazos y los montos de la obra, cuáles las ofertas internacionales… Nadie sabe nada, y se votó sin que hubiera ningún ámbito de discusión; cuando las cosas se hacen de esta manera es porque no hay transparencia.
–Puesto que hubo antecedentes de acuerdo, ¿por qué este último caso alcanzó tanta trascendencia?
Basteiro: –Creo que, con el nivel de blindaje mediático que tienen el macrismo y los kirchneristas, el acuerdo nunca se puso en discusión: uno ve 6,7,8 y parecería que el kirchnerismo hace una oposición real y fuerte al gobierno de Macri, cuando no es así. “Mirá que lo que pasa en la Legislatura no es como se dice”, advertíamos nosotros en todos lados, pero nuestra voz no se escucha, porque si bien el grupo Clarín o el grupo La Nación sostienen a Macri y lo tratan de resguardar, Página 12 tituló “Ha llegado el consenso a la ciudad de Buenos Aires” y toda la prensa kirchnerista ha blindado este tema. Entonces, nuestra estructura discursiva queda limitada a medios muy concretos y alternativos que muchas veces no tienen la llegada de los masivos, y la denuncia no alcanza la difusión que debiera. Pero lo del jueves pasó una línea, fue tan grosero que superó los niveles de blindaje mediático que se venían sosteniendo y no pudo esconderse. Nunca es bueno que pase lo que pasó, pero me parece positivo que se comience a descorrer el velo que cubría el acuerdo permanente entre el Pro y los K en la Legislatura porteña.
Julio Macera: –Hace mucho tiempo venimos planteando en la CTA una verdadera discusión en torno de la institucionalidad vigente. No alcanza con decir “Macri es la derecha, el vago, volvé a tu empresa”; la cuestión es mucho más profunda y atañe a un modelo que garantiza que esto ocurra. Esta institucionalidad nos viene rigiendo desde De la Rúa, y el límite lo fija la realidad: una vez acordamos un poquito y no pasa nada, acordamos un poco más y nadie se entera, acordamos de verdad y hasta hay quien nos aplaude; entonces, después vamos por todo, como dicen ellos. Sin embargo, este descalabro tiene un gran valor, y es que por primera vez podemos mostrar qué es lo que ocurre: cuando los vecinos de Caballito vayan a protestar por la ausencia de espacios verdes, tendrá que ver con lo que se votó acá; cuando en el Zubizarreta o en el Álvarez hay que ir a las 6 de la mañana para conseguir un turno, tiene que ver con lo que se votó el 24 de noviembre pasado en el presupuesto.
Eduardo Otero: –Lo que dijeron Basteiro y Macera muestra con claridad el manejo de los grupos económicos sobre la institucionalidad. Como trabajadores, en la CTA salimos a criticar duramente, y con nuestros espacios legislativos, la ley de ART, que es de interés empresario; y lo que se ha aprobado el otro día en la Legislatura también es de interés empresario, es decir que hay una institucionalidad que funciona de acuerdo con esos intereses, cuyos personeros esperan el tiempo que sea, pero encuentran unos K o unos Pro que los ayudan, lo que es muy grave, porque estas cosas se instalan a futuro.
–Por último, ¿qué balance puede hacerse de este estado de cosas?
Basteiro: –Desde el punto de vista político, se consolida una alianza que tiene muchos antecedentes entre los Pro y el discurso nacional y popular; desde el punto de vista económico, los efectos los van a pagar los ciudadanos porteños. Lo que hace el día jueves es poner definitivamente de relieve que no se trataba de simples coincidencias de carácter coyuntural, sino de la consolidación de un modelo de ciudad determinado, que va en contra de los intereses de las mayorías, y que tiene que ver con el shopping y el negocio inmobiliario.
–¿Un modelo de ciudad determinado que se inscribe en un modelo de país determinado?
Basteiro: –Sí, sin lugar a dudas: la ciudad de Buenos Aires no puede estar, y nunca estuvo, ajena a una lógica de funcionamiento de país. Estoy convencido de que muchas veces la ciudad sintetiza lo que luego se vive a nivel nacional, a tal punto que parecería que fuera la plataforma de lanzamiento de proyectos nacionales; esto se vincula con el hecho de que su criterio de autonomía todavía está supeditado a la estructura del Estado nacional. Por eso, la responsabilidad de lo que pasó en la sesión del jueves, en sus aspectos institucional, político y económico, no está limitada al Ejecutivo de la ciudad, le corresponde también al Ejecutivo nacional.

