Edición impresa mayo 2010
ARGENTINOS JUNIORS ES AHORA EL FAVORITO
Contundencia en el juego y en los números
Por Pablo Russo//Foto: Federico Rojas
Las calles del barrio, sobre todo en derredor del Estadio Diego Armando Maradona, fueron una fiesta el pasado domingo por la tarde. No era para menos. Cuando parecía que ya estaban sepultados sus sueños de ser campeón, Argentinos Juniors realizó la proeza de dar vuelta un resultado muy adverso en los tres minutos finales del partido contra Independiente, y ahora acaricia el título.
El pueblo de La Paternal tiene sobrados motivos para estar ilusionado. Veinticinco años después de sus máximos logros deportivos en lo futbolístico, la Asociación Atlética Argentinos Juniors llega a las instancias finales del campeonato local con grandes posibilidades de terminar en lo más alto de la tabla de posiciones.
Las causas de esta esperanza se basan indefectiblemente en la realidad de los números: en 18 partidos, los bichos colorados lograron 38 puntos, y a una fecha del final es el único puntero. Es decir, depende de sí mismo para ser campeón. Once triunfos, cinco empates y apenas dos derrotas –con Banfield y Godoy Cruz– transformaron al Tifón de Boyacá en el equipo más goleador, con 33 tantos. La tabla acumulada del torneo apertura y clausura también es motivo de orgullo: lidera Argentinos con 70 puntos, junto a Banfield, pero siendo al mismo tiempo el equipo que más goles gritó entre los dos campeonatos (62) de la “era Borghi”.
La contundencia de los números es consecuencia de lo que ocurre en el campo de juego, donde el técnico Claudio “Bichi” Borghi para a sus jugadores con una sólida línea de tres en el fondo, que empuja al equipo para adelante sin especular con el resultado. El fútbol y toque volvió a ser la característica del conjunto, que se apoya además en la potencia goleadora de Ismael “el Chuco” Sosa (9 goles en este torneo), la constancia de Juan Ignacio Mercier, la habilidad de Néstor Ortigoza, y la experiencia de José Luis Calderón, entre las armas más destacadas de un equipo de rendimiento parejo.
Este planteo futbolístico tuvo también como consecuencia un hecho poco habitual en el fútbol local, que suele tener un recambio de técnicos considerables: durante la salida del equipo antes del partido contra Colón de Santa Fe, a principios de abril, los hinchas del bicho alzaron carteles en los que se leía “Bichi quedate”, en un pedido unánime de la platea y la popular. Pero claro, otra consecuencia de esta excelente campaña es que los grandes clubes venidos a menos ponen atención en lo que se está haciendo en La Paternal, y el futuro del Bichi Borghi en el banco de Argentinos ya no depende solamente de su desarraigo familiar chileno, sino que ahora, además, se suma el interés de Boca Juniors por contratarlo. Borghi ya avisó que no se quedará en el club en caso de salir campeón.
Por último, sería injusto no considerar como causas de este buen momento a aquellos aspectos que son intangibles a las matemáticas, pero que se relacionan con las percepciones subjetivas de quienes ven jugar al equipo. Me refiero al hambre de gol, a las ansias de ganar, e incluso a la suerte de campeón. Basten algunos ejemplos de los últimos encuentros: ante Colón, fecha 14, Nicolás Peric se colgó el cartel de héroe al atajarle un penal a los santafecinos cuando el partido era un empate en cero. Luego, Ortigoza, Calderón y Sosa marcaron para Argentinos. Dos fechas más tarde, ante Gimnasia de La Plata, el equipo supo reaccionar al instante ante el empate de los triperos, promediando el segundo tiempo. A la jugada siguiente al gol de Gimnasia, el Chuco Sosa puso ventaja nuevamente para Argentinos. En la fecha 17 ante San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro, Argentinos logró dar vuelta un partido que le era adverso hasta en el arbitraje, con dos goles del Chuco, el segundo a un minuto del final. Al domingo siguiente, en el partido contra Independiente en La Paternal, se vio todo esto junto –el hambre de gol, las ansias de ganar y la suerte de campeón– en la remontada desde un desfavorable 1–3 hasta el heroico 4–3 en la última jugada.
Volver a gritar “campeón” dejó de ser el sueño de los utópicos del barrio para convertirse en el anhelo colectivo de los jugadores, cuerpo técnico y habitantes de las tribunas del Diego Armando Maradona. Falta un solo paso, en el que el Tifón deberá mantener su nivel para, entonces sí, poder sumar una nueva estrella a las cuatro que luce el firmamento de su camiseta.