Edición impresa febrero 2010
MOVILIZACIONES VECINALES POR ATAQUES SEXUALES
Con angustia y bronca

Por Haydée Breslav y Víctor Pais
Como consecuencia de dos denuncias radicadas en la Comisaría 29 por ataques sexuales y rumores de más episodios de esa misma índole cometidos en inmediaciones de la avenida San Martín, centenares de vecinos se movilizaron en los últimos días y realizaron marchas a la nombrada dependencia policial y a la 41 reclamando “cárcel a los violadores” y más seguridad.
La demanda de medidas contra los sujetos que atacan sexualmente a jóvenes mujeres en calles aledañas a la avenida San Martín, en su tramo de La Paternal, dio lugar, el 28 y el 29 de enero y el 2 de febrero últimos, a sendas movilizaciones de vecinos, las cuales tuvieron como punto de encuentro la intersección de esa avenida con la de Donato Álvarez.
La primera y más numerosa reunió a más de quinientas personas que, a pesar del intenso calor, respondieron a la convocatoria impulsada por Inés y Miguel Santarán, abuelos de una de las denunciantes, y difundida mediante volantes, Internet y un canal de noticias. Asistieron además delegaciones de las Madres del Dolor, del Centro de Estudiantes del Colegio Carlos Pellegrini y del Centro Cultural Resurgimiento, y de otras organizaciones.
En la oportunidad habló, entre otros, una joven de la conducción del referido Centro de Estudiantes, quien expresó que “a lo largo y a lo ancho del país hay miles de mujeres que sufren este tipo de situaciones” y recomendó: “La mejor actitud que podemos tomar hoy en día es denunciar no sólo al tipo responsable del hecho sino a los cómplices y a los encubridores, porque sabemos que la policía se lava las manos y se patea los casos con la fiscalía”.
Seguidamente, Damián Rilo, referente local del Partido Solidario, exhortó: “Tenemos que conseguir que tanto la policía como el Gobierno de la Ciudad vengan, nos den explicaciones y escuchen qué es lo que necesitamos”. En cambio, el joven Lucas Malaspina propuso: “Tenemos que organizarnos por fuera de la policía, en la que no podemos depositar ni un gramo de confianza”, y reivindicó el derecho de los vecinos a disponer de un identikit del sospechoso.
Por su parte, Inés Santarán refirió: “Fuimos a la comisaría [29], y estaba el señor Ricardo Torres [jefe de la Circunscripción VII y actualmente a cargo también de la V de la Policía Federal] y nos atendieron muy bien, inclusive [Carlos] Grandal, el comisario [titular de la dependencia]”. Consideró que “el identikit no se puede mostrar”, y fundamentó: “Cada vez que veamos uno parecido lo vamos a cagar a trompadas, como ha ocurrido; ya les han pegado a cuatro o cinco sin tener nada que ver”. Recomendó “no ejercer la violencia” sino “los derechos, la justicia, todo lo que sea para el bien de la comunidad”, e instó a “la gente que fue damnificada y no se acercó a hacer la denuncia, [que] la haga”, porque se han presentado “tres denuncias, nada más”, mientras que “en Internet en una portada salen diez y en otras quince”. Por último informó que “no se sabe si es uno o son varios” y que “actúan caminando, en moto y en bicicleta”.
Finalmente, los manifestantes, mientras pronunciaban cánticos que exigían “cárcel ya a los violadores”, marcharon hacia la Seccional 29 (Santos Dumont 4350), donde su titular salió a la puerta y dijo que “las denuncias recepcionadas en la comisaría son dos” y que “dieron origen a la causa que está investigando la Fiscalía Criminal de Instrucción Nº 43”. Informó que “las dos chicas y el papá de una de ellas dieron la descripción de dos personas”, y que “esos dos identikits están incorporados a la causa, que está en la físcalía, no en la comisaría”.
El jefe policial señaló también que en la última reunión que había tenido con los familiares de las víctimas para deliberar sobre la estrategia a seguir participó María Elena Leuzzi, titular de la ONG Asociación Víctimas de Violaciones (AVIVI). Y si bien una desafortunada expresión –luego corregida– por parte de Grandal al referirse a dicha estrategia y la ostensible presencia de un camarógrafo de la policía filmando el suceso exasperaron aún más los caldeados ánimos de los manifestantes, en pocos minutos éstos se desconcentraron y la movilización concluyó sin que se registraran incidentes.
La segunda cita convocó a unas cien personas, que se reunieron en medio de un importante operativo policial a cargo de efectivos de la Comisaría 29.
“El problema es cómo nos organizamos los vecinos para cuidarnos a nosotros mismos. Los fiscales, los jueces sólo actúan cuando se ven presionados por los vecinos, si no no hacen nada”, señaló Gustavo Spektor, referente local del Partido Obrero.
Luego de otras intervenciones, la concurrencia marchó por la avenida San Martín hasta su intersección con Álvarez Jonte donde, después de cortar un carril durante pocos minutos, volvió sobre sus pasos en dirección a la avenida Juan B. Justo y se sumó a otro contingente para realizar allí un nuevo corte.
El 2 de febreró se reunieron cerca de doscientas personas, entre las que pudo observarse a representantes de distintas organizaciones sociales, políticas, estudiantiles y deportivas. Fotocopias de los identikit de los sospechosos circulaban de mano en mano, y otras ya habían sido pegadas en las vidrieras de los comercios.
Después de intercambiar opiniones acerca de los pasos a seguir, se decidió marchar hacia el Club La Paternal (Fragata Sarmiento 1951) donde previamente se había acordado una reunión con autoridades policiales.
En la puerta estaban Ricardo Torres, Carlos Grandal y oficiales jefes de la Comisaría 13. En la oportunidad el titular de la 29 informó a la concurrencia que “los detalles de todos los hechos que vienen siendo noticias y los avances en la investigación son de pleno conocimiento de los familiares de las víctimas”. Y anunció: “La fiscalía autorizó que contemos con los identikit y que hiciéramos la distribución”. En ese sentido, precisó: “Se hablaba de que podía haber un autor serial de estos hechos, pero ustedes ven, identikit en mano, la disparidad de rasgos físicos; evidentemente son dos personas distintas”.
Refirió asimismo que dos días atrás se había producido “un hecho muy puntual de un abusador detenido en la Comisaría 13”, y aclaró: “Fue objeto de reconocimiento por parte de las víctimas de los casos que tenemos nosotros, el resultado no lo sé porque la fiscalía no me lo comunicó, pero uno de los papás me adelantó que no tenía nada que ver”.
El funcionario fue varias veces interrumpido por airados manifestantes que amenazaban con dirigirse al asentamiento conocido como La Carbonilla. Grandal expresó entonces su inquietud de que “se originen situaciones de tomar venganza por mano propia, que a la postre generan alguna nulidad jurídica que permitirían que el acusado una vez detenido fuera puesto en libertad”.
Seguidamente, la mayoría de los asistentes marchó a la intersección de la avenida San Martín y Juan B. Justo, donde realizaron un corte y celebraron una asamblea.
“Los abuelos y los padres nos tienen confianza porque estamos trabajando a pleno”, dijo, en declaración a este periódico, Ricardo Torres.
Con respecto a la información de que dispone la policía, subrayó: “El hecho de que [el agresor] no es un psicópata”, y explicó que “esto está planteado desde el aprovechamiento de un lugar oscuro y del momento y punto”. Y agregó: “¿Sabe cómo se soluciona eso? Siempre hay un vecino que escucha y si ese vecino nos llama nosotros vamos a resolver el tema, pero si hay gente que ve y después, en vez de hablar con nosotros, habla con el fierrito, logrará salir cinco minutos en cámara pero nada más”.
Acerca del número de ataques perpetrados, precisó: “Tenemos un hecho en la Comisaría 29 que es del 17 de diciembre, y otro hecho posterior que no es una violación sino un abuso deshonesto; no sé quién ni por qué motivo está diciendo que hay doce, quince o veinte violaciones, cuando de eso no hay nada de que tenga constancia la policía. Hay gente que dice por los medios que hay veinte violaciones, y tira una bomba que puede generar un caos; esto no quiere decir que no hubo un hecho y que no hubo un violador, pero no es lo mismo un serial con doce personas que un tipo que pudo haber pasado circunstancialmente y lo cometió”.
Por último hizo saber: “La Carbonilla, ese barrio marginal producto de quien lo puso ahí y que tanto preocupa a la gente, está rodeado. Hemos detenido una banda con droga y armas, de eso hace cinco o diez minutos”.
Entre tanto, los vecinos que realizaban el corte en la esquina de Juan B. Justo y San Martín decidieron marchar a la Comisaría 41, donde mantuvieron un áspero diálogo con su titular.
INÉS SANTARÁN, ABUELA DE UNA DE LAS DENUNCIANTES
Un doloroso relato
Con voz firme, Inés Santarán enhebra una vez más el doloroso relato:
-Mi nieta salió de mi casa después de cenar, se iba a casa de la amiga; yo vivo en Donato Álvarez y San Martín, ella iba hasta Cucha Cucha y Dickman. Media cuadra antes de llegar la intercepta el degenerado y la agarra del cuello; eran las once de la noche. El tipo estaba armado: le pegó en las costillas con el revólver, la insultó, le hizo sangrar la nariz…”.
-¿Qué pasó después?
-Cuando la dejó tirada, ella corrió a la casa de la amiga y llamó por teléfono a la mamá; para que no se asustara, le dijo que la habían asaltado y nada más. La llevaron a casa de mi hija y de ahí al sanatorio Esperanza, donde le dijeron que tenía que ir a un hospital municipal; fue al Álvarez, donde la atendieron muy bien, y de ahí a radicar la denuncia en la Comisaría 41, porque ella vive cerca de ahí; pero esto pertenece a la 29, porque el hecho fue en esa jurisdicción. Después tuvo que tomar medicación durante un mes, que le cayó muy mal, estuvo todo el tiempo vomitando.
-¿Cuándo se produjo el hecho?
-Esto fue el 17 de diciembre, ella se iba a ir de vacaciones con compañeras de colegio y de trabajo el 5 de enero, y no fue por miedo; ahora la convencimos para que se fuera por una semana con gente grande, y el lunes [por el pasado 1º de febrero] está de vuelta. Ese día tenemos que ir a la fiscalía, me llegó una citación para que me presente con mi nieta.
-¿Participó en la organización de esta convocatoria?
-La hicimos mi marido y yo; la respuesta de los vecinos es magnífica porque todos tienen hijas y no quieren que pasen por esta situación.
-¿Qué propone usted?
-Propongo que todas las chicas que fueron violadas hagan la denuncia, porque si no dicen que es un chisme de pasillo; lo que sale en Internet no sirve, porque no se pueden recabar datos.

