Noviembre 2011
NUESTRA CIUDAD, ESCENARIO DEL PRIMER VOTO FEMENINO EN AMÉRICA LATINA
Julieta Lanteri, precursora
Por Miguel Ruffo

En este noviembre se cumplen cien años del gesto que hizo de nuestra ciudad el escenario del primer voto femenino en toda América Latina: Julieta Lanteri, médica psiquiatra, la protagonista.
El sufragio universal es el límite infranqueable de las reivindicaciones políticas del proletariado en una república burguesa. No obstante, Lenin señalaba cómo, en las democracias burguesas, la universalidad del sufragio estaba casi siempre acompañada de diversas restricciones. Una de ellas era la exclusión de las mujeres del derecho al voto (tengamos en cuenta que esto lo escribía a principios del siglo XX). La llamada República Conservadora de Argentina (1880-1916) no fue una excepción a esta regla. Si bien el sufragio era universal, las mujeres no tenían derechos políticos y no podían votar.
El 23 de noviembre de 1911 Julieta Lanteri, en elecciones municipales, se convirtió en la primera mujer capaz de ejercer el derecho al voto en toda Latinoamérica.
¿Quién era Julieta Lanteri? Había nacido en Italia el 22 de marzo de 1873. Cuando tenía seis años de edad, su familia emigró a la Argentina y se radicó en la ciudad de La Plata. Después de realizar estudios secundarios ingresó en la Facultad de Medicina, de la que egresó con el título de doctor en 1907. Se adujo su condición de italiana para no permitirle la adscripción a la cátedra de psiquiatría, lo cual la condujo a tramitar su Carta de Ciudadanía en 1910.
¿Podía una mujer tener acceso a la política? En esa época, las anarquistas, socialistas y librepensadoras luchaban por los derechos civiles y políticos de las mujeres.
Julieta Lanteri fue una de las más firmes luchadoras por los derechos femeninos. Dice Luis Alberto Romero: “En cierto sentido, no se trataba sólo de desigualdad política: esta era precedida por un estatus anterior de desigualdad civil. Sin embargo, el 16 de julio de 1911, la médica Julieta Lanteri se presentó a una convocatoria de reempadronamiento realizada por la Municipalidad de Buenos Aires con vistas a las elecciones para renovar al Concejo Deliberante. Al empleado que la atendió, le entregó su carta de ciudadanía (…) y una copia de la ley 5.098, que establecía los requisitos para empadronarse. Entre otros, ser ciudadano mayor de edad, saber leer y escribir, haber pagado impuestos comunales o ejercer alguna profesión liberal, y tener domicilio en la ciudad por lo menos durante un año de antigüedad (…) como la ley no decía nada sobre el sexo de la persona, el funcionario no pudo negarse a anotarla”.
“La renovación –dicen Araceli Bellota y Julia Matesanz– del Consejo Deliberante se realizó el 23 de noviembre de 1911. Cuando Julieta se presentó con su boleta en el atrio de la Iglesia de San Juan y votó, el presidente de la mesa, doctor Adolfo Saldías, le manifestó su satisfacción por haber firmado la boleta de la primera sufragista sudamericana”.
Fue el inició de una larga lucha para que las mujeres pudieran ejercer el derecho a elegir y ser elegidas. En 1919 se presentó como candidata a diputada nacional por el Centro Independiente. Poco tiempo después, fundó el Partido Feminista Nacional, cuya declaración de principios decía: “El Partido Feminista Nacional afirma: Que es de imprescindible necesidad que la mujer forme parte del gobierno de la Nación, tanto en calidad de electora como elegible. Que por esto se encuentra en las mismas condiciones que el varón, del cual, sin embargo, no es la igual. Que la Constitución Nacional la ampara en todos sus artículos y que cualquier interpretación contraria es sofística e indigna del momento actual de la civilización de los pueblos. (…) Por tanto: que es necesario conseguir inmediatamente el voto. Para eso el partido procederá bajo el principio de que las reivindicaciones de la mujer deben ser obra de la mujer misma. (…) Declara: que el partido durará hasta tanto haya conseguido el sufragio universal para la mujer. Obtenido este, el partido y las personas que lo forman tomarán las orientaciones que estimen convenientes”.
Entre las reivindicaciones programáticas del partido figuraban salarios iguales para trabajos equivalentes para los dos sexos, plazas de juegos y recreos infantiles, hogares maternales y casas de niños, creación de salas cuna, escuelas maternales y asilos escuelas, y abolición de la prostitución reglamentada, entre otras.
Julieta Lanteri realizó numerosos mítines públicos. Dicen Bellota y Matesanz: “Julieta Lanteri protagonizó el primer acto sufragista callejero de la Argentina. Lo hizo en la Plaza Flores, en la esquina de Rivera Indarte y Rivadavia, el 18 de marzo de 1919. Respecto de esta concentración, la feminista norteamericana Catherine S. Dreier, que lo presenció, dijo: “Teniendo presente el primer mitin público y callejero en el que yo había tomado parte, realizado en Madison Square en Nueva York en 1907, estaba naturalmente interesada en lo que ocurría en Buenos Aires en 1919. En 1907, un grupo de nosotros se reunió alrededor de un cajón de jabón al que se subió una oradora, pero nadie se detuvo a escuchar. Doce años más tarde, Nueva York les daba el voto a las mujeres. Por lo tanto me encontraba absolutamente sorprendida de ver que unas dos mil personas se habían detenido a escuchar el discurso de la doctora Lanteri”.
El Partido Feminista apenas obtuvo 11.730 sufragios. Pero estos se insertaban dentro de una lucha aun hoy vigente por la igualdad entre el varón y la mujer.
Lenin decía que la situación concreta de las mujeres en una sociedad determinada era un índice del progreso social. Julieta Lanteri falleció el 23 de febrero de 1932 al ser atropellada por un automóvil. La lucha de Julieta Lanteri por el voto femenino recién se haría realidad durante el primer gobierno de Juan Domingo Perón y en su concreción desempeñó un papel central Eva Perón.
Fuentes consultadas
Bellota, Araceli ; Matesanz, Julia (1990). “Julieta Lanteri, primera sufragista de América latina”, en Todo es Historia, núm. 278.

