Lenta mejora de los indicadores laborales
- Por Tras Cartón
- Tamaño disminuir el tamaño de la fuente aumentar tamaño de la fuente

En el segundo trimestre de este año, la desocupación en la Ciudad alcanzó al 9,4% de la población económicamente activa, presentando una reducción de 5,3 puntos porcentuales respecto del mismo periodo del año anterior, mientras que la subocupación afectó al 11,7%, lo que equivale a una disminución interanual de 0,6 puntos porcentuales.
A su vez, la tasa de actividad de la población residente en la Ciudad fue del 53,1%, lo que significa un aumento interanual de 6,2 puntos porcentuales, en tanto que la tasa de empleo se ubicó en 48,1%; elevándose 8,1 puntos porcentuales por encima de la cifra registrada el mismo trimestre del año último.
Precisamente ese periodo, con sus tasas de actividad, empleo y desocupación de 46,9%, 40,0% y 14,7%, respectivamente, fue el que registró las cifras más desfavorables, en lo que a indicadores laborales se refiere, desde enero de 2018 hasta la fecha.
Así se desprende de un Informe elaborado por la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad, que aclara que “durante los trimestres anteriores, las medidas de ASPO y luego DISPO repercutieron en el mercado laboral, con pérdidas de los puestos de trabajo, aumento de la inactividad y reducción de las horas trabajadas”, pero que “en el segundo trimestre [de este año], en consonancia con las mayores aperturas de las diferentes actividades económicas, se observó una lenta reactivación de los principales indicadores laborales, sin llegar a los niveles previos a la emergencia sanitaria”.
El informe advierte asimismo que, si bien esos indicadores manifestaron una mejora significativa respecto del mismo trimestre del año anterior, “se mantiene la reducción de las horas trabajadas, como también se infiere que esta mejora se debe a la reincorporación de trabajadores informales a la actividad económica”, al tiempo que “por otro lado, se sostiene la transformación del empleo, tal es el caso del teletrabajo, el cual se identifica con los trabajadores formales”.
Así, la reducción, durante el trimestre anterior, de las distintas medidas vinculadas al COVID, permitió observar un incremento tanto de la tasa de actividad como de empleo, donde la población inactiva disminuye, quebrando la tendencia de seis trimestres consecutivos.
En lo que hace a las personas que el Informe denomina ocupadas ausentes, es decir, aquellos trabajadores ocupados que no asistieron a su puesto de trabajo por distintas razones, en el trimestre anterior sumaron 104.347, representando el 7,1% del total de las ocupadas, mientras que en igual periodo del año anterior llegaron a 259.122, constituyendo el 21,1% de ese total.
Por otra parte, se señala que durante el segundo y tercer trimestre del año anterior se observó un gran aumento interanual de los trabajadores suspendidos de su puesto de trabajo en relación de dependencia o que no asistían a su puesto de trabajo por otras causas laborales. A partir del cuarto trimestre del año anterior, esta tendencia disminuyó significativamente, pero vuelve a revertirse durante el segundo trimestre de este año, como consecuencia del retorno a ciertas restricciones.
En esta población, el informe distingue dos grandes grupos: personas ocupadas y “no ocupadas”, integrado este último tanto por trabajadores desocupados como inactivos, y diferenciándose del primero por no recibir un pago durante la suspensión o por no tener seguridad de retorno al puesto de trabajo.
En total, las personas que tenían un puesto de trabajo y se encuentran suspendidas o no concurrieron por causas laborales, suman 35.187, lo que constituye un incremento respecto del trimestre anterior (7.569 personas) que rompe con la tendencia en descenso registrada en los dos trimestres anteriores. El Informe infiere que ese incremento responde al retorno a las restricciones implementadas durante este trimestre, pero señala que este valor es 93% inferior al observado un año atrás, cuando alcanzó el alarmante número de 479.724 personas, y equivale a alrededor del 2,5% de la población activa.
A su vez, dentro de este universo de 35.187 personas, el Informe revela que los trabajadores suspendidos de su puesto de trabajo que reciben pago o no asisten por otra causa laboral, pero tienen seguridad de retorno, suman 21.117 (60%) y los que no reciben pago o no tienen seguridad de retorno (este segmento incluye a la población desocupada e inactiva) reúnen a 14.070 personas (40%).
Desagregados
El Informe destaca que también mostraron mejoras en sus indicadores las tasas de empleo y desocupación por género. Es así como, para la población de mujeres, la tasa de actividad alcanzó el 48,5% del total, lo que significa un aumento de 4 puntos porcentuales respecto de igual periodo del año anterior, mientras que la tasa de empleo registró un 43,4%, es decir, un incrementó de 5,5 puntos, en tanto que la desocupación fue de 10,6%, disminuyendo 4,4 puntos.
En lo que a la población de varones se refiere, la tasa de empleo llegó a 53,4%, aumentando 11,0 puntos por sobre la de igual periodo del año anterior, al tiempo que la tasa de desocupación midió 8,2%, lo que equivale a una disminución de 6,2 puntos y la tasa de actividad ascendió a 58,2%, es decir, 8,6 puntos.
El Informe también presenta resultados discriminados por zonas que agrupan a las comunas 2, 13 y 14 (zona Norte); 1, 3, 5, 6, 7, 11,12 y 15 (zona Centro) y 4, 8, 9 y 10 (zona Sur).
Según ese análisis, el empleo en la zona Centro alcanzó una tasa de 49,3%, lo que representa una recuperación de 8,4 puntos; en la zona Sur fue de 41,8%, significando un incremento de 10,9 puntos, y en la zona Norte de 53,2%, aumentando 3,5 puntos.
A su vez, la tasa de actividad ascendió en la zona Sur a 48,7%, (9,6 puntos); en la Centro a 54,0% (6,1 puntos) y en la Norte a 56,3% (1,9 puntos).
Se remarca que la tasa de desocupación disminuyó en las tres zonas: en la Sur registró 14,2%, es decir, un descenso de 6,8 puntos; en la Centro, midió 8,8%, retrocediendo 5,9 puntos, y en la Norte fue de 5,4%, presentando una reducción de 3,2 puntos.
En cuanto a la caracterización de los trabajadores ocupados, el análisis efectuado en el Informe muestra que, del total de la población ocupada residente en la Ciudad, el 76,2% es asalariada, mientras que el 20,2% trabaja como cuentapropista, y que de esa población ocupada, el 11,7% se desempeña en actividades industriales y de construcción; el 15% en comercio; el 72,% en distintas actividades de servicios, tanto del sector público como del privado (incluye hoteles y restaurantes, transporte; actividades financieras, inmobiliarias y de alquiler, administración pública, defensa y seguridad social, educación, servicios sociales y de salud, otros servicios comunitarios, sociales y personales y servicio doméstico) y el 1,2% restante en otras ramas (actividades rurales, pesca, minería, etcétera).
En otro orden, el Informe pone de manifiesto que los trabajadores asalariados con descuento jubilatorio constituyen un 76,9%, lo que representa una disminución de 5,2 puntos, atribuyendo parte de esta variación al hecho de que la recuperación de los puestos de trabajo está relacionada con el retorno a la actividad de los trabajadores informales.
Si se considera la distribución porcentual según las zonas, se advierte que, en la Norte, los trabajadores que tienen descuento jubilatorio constituyen el 84,8%; en la Centro, el 78,1%, y en la Sur, el 66,9%.
Por último, se afirma que las medidas sanitarias implementadas a raíz de las circunstancias conocidas “generaron cambios en la composición del empleo, que se sostienen por quinto trimestre consecutivo”.
En ese sentido, se señala que, del total de la población ocupada, 21,6% declaró que la cantidad de horas trabajadas en su ocupación principal se modificó por la situación de emergencia sanitaria: en el 69,3% esa modificación fue a la baja.
Asimismo, desde la declaración del ASPO, el 33,5% de la población ocupada cambió el lugar donde desempeñaba sus tareas: la mayoría (77,7%) trabajó desde su domicilio o realizó teletrabajo.