Jubilados: canasta básica triplica haber mínimo
- Por Tras Cartón
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La Defensoría de la Tercera Edad de la Ciudad de Buenos Aires, a cuyo frente se encuentra Eugenio Semino, dio a conocer la última medición de la Canasta Básica de los Jubilados, que arrojó un valor de $64.039. Esta cifra significa un 42,25% por encima de la calculada en igual mes del año último, superando a la inflación, que fue del 36%, y prácticamente triplica el haber mínimo que percibe la gran mayoría del sector, y que ha sido fijado recientemente en $20.500.
Se trata de la medición n° 25 efectuada por la Defensoría, que desde hace más de una década se ocupa consecutivamente, dos veces por año, en abril y en septiembre, de estudiar la evolución de los precios de distintos artículos que proveen a las necesidades básicas de las personas mayores, agrupados en los rubros de alimentos, productos de higiene y limpieza, medicación e insumos de farmacia, impuestos y servicios, transporte, vestimenta, gastos de vivienda y recreación.
Además, según se informó, “en virtud del desmedido aumento inflacionario que se observa en nuestro país, en los años de mayor inflación se han realizado mediciones extra como en el 2014, 2016 y 2018”.
Con respecto a la última medición, Semino especificó que “este monto continúa denotando un desfase con los haberes de alrededor de 4.500.000 jubilados y pensionados que perciben una remuneración mínima de $ 20.500, con un bono no remunerativo de los que perciben hasta $30.800 de $1.500, que recibirán en el mes de abril y mayo”, y que “se evidencia claramente que esta gran proporción de mayores apenas alcanzan a cubrir un 30% de las necesidades básicas que deberían garantizar su vida digna”.
Así lo expresó el defensor de la Tercera Edad en un contundente y revelador documento, en el que precisa asimismo que “las pensiones no contributivas (por discapacidad) y la pensión universal para adultos mayores están en un rango del 70 u 80% menos de la jubilación mínima, [con montos de] $16.467 y $14.400, respectivamente, que perciben aproximadamente 1.500.000 de personas” y que “alrededor de 2.000.000 de jubilados perciben haberes medios cercanos a los $40.000”.
Con elocuente concisión, remarca que “hay más de un 80% de mayores sin poder cubrir sus necesidades básicas” y advierte que “inclusive en aquellos casos en los cuales se perciben dos haberes (jubilación y pensión) estarían solo aproximándose a los valores de esta canasta”.
“Por todo lo expuesto”, exhorta a continuación, “seguimos reclamando que las jubilaciones y pensiones mínimas sean, por lo menos, acordes a la Canasta Básica del Jubilado”.
La vulnerabilidad del sector, donde a la precariedad económica se suma la sanitaria, es puesta de manifiesto en el siguiente párrafo: “Exigimos un ajuste de emergencia acorde a la canasta calculada por esta Defensoría de la Tercera Edad, teniendo en cuenta que desde hace un año este sector es el más vulnerable a los efectos del COVID 19, ya que el 83% de los más de 55.000 fallecidos pertenecen a esta franja etaria; y que los cientos de miles que cursaron la enfermedad hoy no son asistidos en los controles de salud post patología aguda, ni en rehabilitación, por parte de las obras sociales, de PAMI ni de las prepagas. Sumado al hecho de que las familias, en aquellos casos que las tuvieren, que podían ayudarlos económicamente previo al ASPO, hoy han perdido ingresos, siendo el primer desplazado en la ayuda económica y sociosanitaria el adulto mayor”.
Por otra parte, y con referencia al escaso porcentaje de personas mayores que han sido vacunadas, sostiene que “el Estado incumplió sus reiteradas promesas de vacunación con el sector, ya que solo el 12% de los mayores han recibido una dosis de la vacuna, teniendo que seguir confinados sin poder realizar actividades laborales que puedan completar sus ingresos, como lo venían haciendo previo a la pandemia, para subsistir”.