Irrefrenable suba de precios
- Por Tras Cartón
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En tanto numerosos especialistas analizaban el índice de inflación de diciembre último dado a conocer por el INDEC, que como se sabe fue del 4%, la Dirección General de Estadística y Censos local presentó ayer el informe de resultados correspondiente al IPCBA (Índice de Precios al Consumidor de la Ciudad de Buenos Aires) de ese mes, que registró un incremento de 3,8%, mientras que la trayectoria interanual del indicador se ubicó en 30,5%.
La Dirección, que depende del Ministerio de Finanzas y Hacienda del Gobierno de la Ciudad, publicó otro informe correspondiente también a diciembre último y según el cual durante ese mes, en territorio porteño, una familia tipo compuesta por un matrimonio propietario de la vivienda, con ambos cónyuges económicamente activos y dos hijos menores, debió reunir, para no ser pobre, ingresos superiores a los $52.181, y para no ser indigente esos ingresos debieron sumar más de $27.314; estas cifras representan, respectivamente, aumentos del 3,46% y del 3,87% por sobre las registradas en uno y otro caso en el mes previo, y del 36,67% y del 43,88%, respectivamente, por encima de los guarismos obtenidos en diciembre de 2019.
Cabe señalar que, según informó la Dirección, desde fines de marzo último, en cumplimiento de las medidas preventivas para evitar la propagación del Covid-19, las tareas habituales de campo del IPCBA en su modalidad presencial están suspendidas, habiéndose adoptado para el relevamiento de precios medios y canales alternativos como llamadas telefónicas, correo electrónico, páginas web, etcétera.
A pesar de ello, de acuerdo con esa fuente, la cobertura del relevamiento durante diciembre fue superior a noviembre y aun a la de los meses previos al aislamiento social, preventivo y obligatorio, lo que se logró gracias a “un exhaustivo trabajo del equipo de campo y de análisis”.
Así las cosas, se pudo establecer que durante diciembre la variación del IPCBA respondió fundamentalmente a las subas en las divisiones correspondientes a Transporte, Alimentos y bebidas no alcohólicas, Salud, Restaurantes y hoteles y Recreación y cultura, que en conjunto determinaron el 70,2% del alza del nivel general.
En ese contexto, Transporte se elevó 4,9% y aportó 0,58 puntos porcentuales a la variación mensual del IPCBA, al incidir principalmente los incrementos en los precios de los automóviles, siguiendo en importancia los aumentos en los valores de los pasajes aéreos.
En cuanto al rubro Alimentos y bebidas no alcohólicas, aumentó 3,2%, contribuyendo con 0,57 puntos porcentuales a la evolución mensual de los precios al consumidor. Se destacaron por su incidencia los aumentos en carnes y derivados (12,4%) y, en sentido contrario, las rebajas en verduras, tubérculos y legumbres (-8,3%), que contribuyeron a aliviar la presión sobre esta división.
Por su parte, la división Salud promedió un alza de 6,3%, con una incidencia de 0,54 puntos porcentuales, repercutiendo principalmente los incrementos en las cuotas de medicina prepaga (10%) y en los valores de los medicamentos (6,8%).
El rubro Restaurante y hoteles, a su vez, experimentó un incremento de 5,8% e incidió 0,52 puntos principales; se reflejaron en esta división los aumentos en los precios de los alimentos preparados en restaurantes, bares y casas de comida.
En lo que hace a la división Recreación y cultura, concretó un aumento de 4,3%, con una incidencia de 0,43 puntos porcentuales y destacándose los incrementos en los precios de los servicios culturales, recreativos y deportivos (7,7%).
Líneas de pobreza e indigencia
Como informamos oportunamente, las líneas de pobreza y de indigencia están definidas, respectivamente, por la Canasta Básica Total (CBT) y la Canasta Básica Alimentaria (CBA), cuyos valores se establecen utilizando los precios de la Ciudad de Buenos Aires. Se tienen en cuenta, asimismo, cinco hogares tipo.
Así, para el hogar tipo 1, constituido por una pareja compuesta por una mujer y un varón de 35 años de edad, ambos económicamente activos y propietarios de la vivienda, con dos hijos varones de 9 y 6 años, la línea de pobreza, como dijimos al principio, estuvo en diciembre último en $52.181, y la de indigencia en $27.134.
Dentro de esa clasificación de hogares, en el tipo 2, constituido por una pareja de adultos mayores compuesta por una mujer y un varón, ambos económicamente inactivos y propietarios de la vivienda, las líneas de pobreza e indigencia fueron en diciembre último, respectivamente, de $25.881 y de $13.791, que significan sendos incrementos del 35,9% y del 43,87% por sobre igual mes del año anterior.
Un hogar del tipo 3, definido en la clasificación como unipersonal, de un adulto varón de 25 años, económicamente activo y propietario de la vivienda, necesitó $18.296 para no ser pobre y $13.752 para no ser indigente, esto es, 33,04% y 43,88% por encima de las cifras correspondientes a diciembre de 2019.
Con respecto al hogar tipo 4, constituido por una pareja compuesta por una mujer y un varón de 25 años de edad, ambos económicamente activos y propietarios de la vivienda, la línea de pobreza se ubicó en los $29.808 y la de indigencia en $16.567, lo que equivale a sendas alzas de 35,15% y de 43,87% con respecto a igual mes del año anterior.
La cifra correspondiente a la línea de indigencia del hogar tipo 4 fue la misma para el hogar tipo 5, constituido de modo similar al anterior, pero cuyos integrantes no son propietarios de la vivienda; asimismo, esa cifra constituyó un incremento del 43,87% con respecto a diciembre de 2019. Para este estándar, la línea de pobreza trepó a $36.184, representando un 35,68% más que el registrado en igual mes del año anterior.