Estación Pasteur-AMIA: ya es ley
- Por Tras Cartón
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En su última sesión, la Legislatura de la Ciudad Autónoma sancionó por unanimidad, y en forma definitiva, la ley por la cual la estación Pasteur de la línea B del transporte subterráneo de pasajeros pasó a denominarse Pasteur-AMIA, en recordación del atentado contra la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina y homenaje a las víctimas.
Nadie ignora que se trata del ataque terrorista más grande de nuestra historia y que, al cabo de 21 años, aún permanece impune: se cometió en la mañana del 18 de julio de 1994, y dejó un saldo de 85 muertos y más de 300 heridos.
Para honrar a unos y a otros, legisladores, funcionarios y público guardaron un minuto de silencio al principio de la sesión, tras lo cual se procedió a tratar el proyecto sobre tablas.
En la oportunidad la presidenta de la Comisión de Cultura, Lía Rueda, quien lo suscribió junto con el vicepresidente primero de la Legislatura, Cristian Ritondo (ambos del Pro) y con Carmen Polledo (jefa del bloque de esa agrupación), manifestó que “de este modo recordamos las heridas que los argentinos queremos cicatrizar”, observó que si bien “no hay justicia”, existe un “avance en la conciencia ciudadana", calificó al atentado como “un suceso que no queremos vivir nunca más” y consideró que su recordación significará un constante llamado a la reflexión de la ciudadanía.
A su vez, Marcelo Ramal (FIT) remarcó que “la conexión local del atentado es el Estado argentino” y reclamó “la apertura de los archivos de Inteligencia y de la ex SIDE“.
Cabe señalar que la norma ya había sido aprobada en primera lectura el 14 de mayo último, y que el 13 de julio se realizó la audiencia pública correspondiente.
Los fundamentos
En los fundamentos, los autores del proyecto ponen de manifiesto en primer término que el objetivo consiste en “recordar el atentado a la AMIA, homenajear a las víctimas y mantener un permanente reclamo de justicia”.
Destacan a continuación que “es de gran importancia volver a traer a nuestros días aquello que aconteció y hacerlo presente en la búsqueda de verdad y justicia”, y que con el agregado al nombre “la estación será un espacio para la memoria, constantemente presente en la vida de los millones de ciudadanos que circulan a diario” por el lugar.
Dicen después que “tanto la estación Pasteur como la AMIA son símbolos inequívocos de un mismo barrio”, precisan en ese sentido que una y otra “están a poco más de 200 metros de distancia” y que “la AMIA está ubicada en Pasteur 633 y esa calle siempre estuvo asociada a la institución”, e infieren que “la conjunción entre Pasteur y AMIA se da entonces de manera natural”.
Por último, reconocen que “los lugares son también aquello de lo que fueron testigos”, observan que “la Estación Pasteur es símbolo indisoluble del barrio de Once en general, y de lo sucedido el 18 de julio de 1994 en la sede de la AMIA”, e insisten en que la efectiva materialización del proyecto servirá “para mantener viva esa memoria y como símbolo de la búsqueda de verdad y justicia”.