Comenzó la veda primaveral de poda
- Por Haydée Breslav
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Entró en vigencia en todas las comunas de la ciudad el periodo primaveral de veda para la poda de ejemplares del arbolado urbano.
Así lo hizo saber el Gobierno local, que precisó que se trata de “un período en el que se frenan las tareas de poda para preservar la salud de los árboles”, que “en esta oportunidad –ya que existen dos períodos de veda– se inicia en el momento en que los árboles están en activo crecimiento dando comienzo a la brotación de hojas y flores”.
Se advierte asimismo que, “si el árbol fuese podado en esta instancia, perdería innecesariamente las sustancias de reserva que posibilitan el desarrollo de esta importante y fundamental etapa biológica que posibilita la continuidad del crecimiento y desarrollo del ejemplar, debilitándolo, lo que además podría llegar a disminuir la vida útil del mismo”, y por ende “es necesario no realizar intervención de poda para no interrumpir este proceso y así lograr que los árboles crezcan sanos y fuertes”.
Se informó además que la veda comenzó luego de los trabajos de poda invernal realizados en las comunas y se extenderá por todo el mes de septiembre “y posiblemente parte del mes de octubre, dependiendo del desarrollo de las distintas especies”.
La información consigna, por otra parte, que “como la seguridad es prioridad siempre, durante este período se efectuarán tareas de despeje de cámaras y luminarias –que son podas menores– e intervenciones de árboles que presenten situaciones de riesgo”.
Por último, el Gobierno de la Ciudad anoticia que “una vez que finalice el período de crecimiento del árbol, que es cuando el follaje alcanza pleno desarrollo, se levanta la veda y se retoman las tareas en el marco de la denominada poda verde o de verano, donde se realizan intervenciones menores que no afectan sustancialmente al árbol ni a su estructura”.
Algunas precisiones
“Hay un Plan Maestro que determinan los ingenieros agrónomos de [la Dirección General de] Espacios Verdes” y esos profesionales “son los que indican cuándo comienza la veda y cuándo no, porque no depende de una fecha sino de las condiciones climáticas y de cómo inciden en el comportamiento de las distintas especies”, explicó el presidente de la Comuna 11, Carlos Guzzini, en un encuentro con medios vecinales celebrado en junio último.
Precisó en la oportunidad que “el contrato correspondiente no lo hizo la Comuna, sino que es centralizado, pero la Comuna controla la ejecución de las tareas”.
Posteriormente, en una entrevista con el periódico colega La Rayuela, amplió esos conceptos: “Los contratos son centralizados, los hace el Ministerio de [Ambiente y] Espacio Público, y nosotros le pagamos a la empresa por la poda del árbol”.
Y agregó: “Además la responsabilidad penal la tenemos nosotros, no ellos; ellos hacen el negocio y aparte lo hacen desde el escritorio, que no es lo mismo”. En cuanto a la relación de la comuna con la empresa, la calificó de “lucha despiadada”.
Se trata de un pool de empresas que desde hace años concentran la mayoría de los contratos. Así, el Decreto 126/GCABA/15 adjudicó la contratación del servicio público a las empresas URBASER ARGENTINA S.A. - SEOB S.A. - U.T.E. (en Comunas 1, 8, 9, 11 y 15), MANTELECTRIC I.C.I.S.A. (en Comunas 2, 12, 13 y 14), ECOLOGÍA URBANA S.R.L. (en Comunas 3, 4 y 5) y CASA MACCHI S.A. (en Comunas 6, 7 y 10).
“Están acostumbradas a sentarse a una mesa y a decir ‘vamos a hacer esto’, y tienen unos equipos de abogados que cuando uno les manda una nota diciéndoles que no hicieron tal y tal cosa, le envían cartas documento y demás, y siempre termina pagando la comuna”, refirió Guzzini.
No se limitan a tareas relacionadas con el arbolado: el grupo nombrado en primer término, que opera con el nombre de Zona Verde, pone de manifiesto en su página web que “los servicios comprendidos en este contrato consisten en: limpieza y mantenimiento de espacios verdes, corte de césped, hidrolavado de caminos y mobiliario, provisión y mantenimiento de cestos papeleros, provisión y mantenimiento de bebederos y ejecución y mantenimiento de canteros”.
En cuanto a Mantelectric, puntualiza en su sitio web que, además de sus contratos de mantenimiento del arbolado y cuidado de espacios verdes, los ha obtenido también en las áreas de alumbrado público, iluminación ornamental, saneamiento ambiental, mantenimiento de hospitales y señalización luminosa.
¿Para qué sirve la poda?
Un trabajo titulado precisamente Taller Teórico práctico de Poda Profesional Urbana, de la ingeniera agrónoma Marcela Leiva, del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y publicado recientemente por el ex Ministerio de Agroindustria de la Nación, se inicia con un párrafo sobre “la función del árbol en la vía pública”.
En ese sentido, la especialista enumera: “Reducción de la temperatura y efectos microclimáticos; disminución de los contaminantes atmosféricos y CO2; efectos energéticos en las construcciones (por barrera rompeviento o sombra); cohesionan el suelo, favorecen su drenaje, frenan escorrentía de agua; amortiguan ruidos; frenan el polvo del ambiente; generan valor estético, brindan identidad a los espacios y valorizan propiedades; son hábitat de seres vivos necesarios para cadenas tróficas, contribuyen a la biodiversidad; algunos producen alimentos y combustibles”.
Seguidamente, la autora destaca: “Ningún árbol necesita ser podado. La poda no es un proceso natural sino un recurso agresivo y regresivo para adaptar el árbol al medio urbano”.
Concede que “NO es necesaria para el árbol pero SÍ puede ser necesaria para el desarrollo urbano”, pero remarca que “cuando el árbol está bien ubicado, es sano y fuerte, NO NECESITA PODA”.
Concluye el párrafo subrayando que “el arbolado público es de todos, por ello, se debe pedir permiso para podar”.
Esas sabias recomendaciones contrastan con la actitud de muchos vecinos, como puede notarlo quien asista a cualquiera de las reuniones barriales organizadas por funcionarios de distintas jerarquías, donde ya es consabido el reclamo del frentista por el árbol de su vereda.
Parecería que el vecino que concurre a esas reuniones considerara como uno de sus mayores enemigos al árbol ubicado frente a su casa, a cuyas raíces acusa de romperle la vereda e incluso el piso de su casa, a las ramas de introducirse por la ventana en sus habitaciones y al follaje de tapar las luminarias y propiciar la inseguridad.
Recientemente, esas acusaciones se han incrementado, pues al espécimen arbóreo se le achaca también arrancar con las ramas las tejas del techo del vecino, obstruir con las hojas las cañerías y amenazar el ejemplar todo con derrumbarse sobre la vivienda.