Combinación de vacunas: cómo y por qué
- Por Tras Cartón
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El estudio de combinación de vacunas contra el Covid-19, iniciado esta semana por las autoridades sanitarias de la Ciudad, instaló en la agenda pública la posibilidad de adopción de esa modalidad ante la escasez y demora del suministro.
Según informó el Gobierno de la Ciudad, el estudio es voluntario y consiste en medir la eficacia del primer componente de Sputnik-V con el segundo componente de alguna de las otras vacunas aprobadas por la ANMAT en el territorio nacional, como AstraZeneca y Sinopharm.
“La necesidad de tener alternativas para mantener los esquemas de vacunación es lo que nos lleva a hacer este estudio”, explicó anteayer, en la última de sus habituales conferencias de prensa, el ministro de Salud de la Ciudad, Fernán Quirós, quien dijo que “se trata de un estudio relativamente simple”.
Podrán participar solo aquellas personas mayores de 21 años que hubieran recibido el primer componente de Sputnik-V hace más de 30 días. “Tenemos un registro en la página del Ministerio de Salud [de la Ciudad] donde ya han declarado su interés en participar más de cinco mil personas”, acotó Quirós.
Seguidamente, refirió que se procede a “seleccionar al azar un grupo, al que le corresponde una de tres alternativas, recibir la segunda dosis de Sputnik, recibir como segunda dosis una de AstraZeneca o recibir como segunda dosis una de Sinopharm, y luego se evalúa, sobre todo, qué reacciones adversas tienen el primer y segundo día, como dolor en el sitio local de la punción o dolor de cabeza o de cuerpo, cansancio o fiebre, para conocer si alguna de esas combinaciones tiene efectos adversos un poco mayores o no”.
“Y luego”, prosiguió, “se los acompaña durante dos a tres semanas en el seguimiento clínico, y a los catorce y a los veintiún días se comparan los grados de inmunidad que han despertado las dos combinaciones en evaluación, que son la que tiene la segunda dosis de AstraZeneca y la que tiene la segunda dosis de Sinopharm”.
Y especificó: “Se comparan los efectos adversos y el nivel de inmunogenicidad, es decir, la cantidad de inmunidad que se pudo construir con relación a lo que ocurrió en el eje de la segunda dosis de Sputnik, que es siempre el ejemplo contra el cual comparamos para ver si es igual, superior o no superior al esquema ya aprobado y conocido”.
En cuanto a los plazos, señaló: “En tres semanas esperamos poder comunicar a la sociedad cómo ha sido el resultado y tener otras alternativas para acompañar la estrategia de vacunación de los porteños y de la comunidad toda”.
Dos días antes, en declaraciones a un canal de noticias, Quirós había precisado: “Es evidente que el segundo componente de Sputnik tiene más dificultades y por eso proponemos empezar el ensayo”.
Nuestro país fue el tercero en el mundo en aprobar el uso de la vacuna Sputnik-V, desarrollada por el Centro Nacional Gamaleya de Epidemiología y Microbiología de Rusia; los dos primeros fueron la propia Rusia y Bielorrusia, aliada de aquella, con la que limita e integró la Unión Soviética.
Como es sabido, esta vacuna cuenta con dos componentes que deben aplicarse con un intervalo prefijado entre una y otra dosis, y el primer componente es un vector viral distinto del segundo.
Según puede leerse en la página web de la Cancillería argentina, el 10 de diciembre último el presidente Alberto Fernández anunció: “Vamos a poder contar con las dosis suficientes para poder vacunar entre enero y febrero a 10 millones de argentinos y argentinas. Los tiempos de entrega se estiman en una primera remesa de 600 mil dosis para vacunar a 300 mil personas antes de fin de año, en enero con dosis suficientes para 5 millones de personas, y en febrero se completará el resto de las dosis necesarias para alcanzar la vacunación de las 10 millones de personas que estamos previendo”.
Y en abril último, la Argentina amplió su contrato de adquisición de vacunas con Rusia de 20 a 30 millones de dosis, por un valor de 9,95 dólares por cada dosis.
Sin embargo, las últimas cifras difundidas por la agencia gubernamental nacional Télam indican que solo se ha recibido un total de 11.265.830 dosis, de las cuales 9.375.670 corresponden al componente 1 y 1.890.160 (el 14,78%) al componente 2.
Así las cosas, un cálculo efectuado por la Unidad de Datos de Infobae reveló que, de entre esos millones de vacunados con el primer componente que no recibieron el segundo, son 885.822 los que han excedido el intervalo recomendado entre una y otra dosis.
El problema no afecta solamente a la Argentina: México adquirió en Rusia 24 millones de dosis, de las cuales solo ha recibido 3,4 millones.
En lo que hace específicamente a la ciudad de Buenos Aires, las cifras oficiales actualizadas al martes último indican que se hicieron 848.083 aplicaciones de la vacuna Sputnik-V, de las cuales 688.040 correspondieron al primer componente y 160.043 al segundo.