Celebraron el solsticio de invierno
- Escrito por Victor Pais
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Un grupo de vecinos realizó una caminata barrial para celebrar la llegada del solsiticio de invierno y el Inti Raymi, ceremonia andina procedente de la tradición incaica. La movida se realizó por iniciativa de la Asociación Civil Llantén, entidad que impulsa la creación de huertas públicas en las veredas y cuya principal referente es Patricia Bordenave.
Precisamente, la traza del trayecto de la caminata estuvo enhebrada por puntos geográficos en los que se emplazan huertas o incipientes proyectos para desarrollarlas. Fue el punto de encuentro y de partida el afianzado emprendimiento de Mundo Huerta, en Argerich y San Blas, que pilotea Adriana Ibarrondo. De ahí, la concurrencia se encaminó hasta la acera que se encuentra a la altura del Centro de Salud y Atención Comunitaria Nº 34, ubicado en Artigas 2262, donde Guadalupe Cortez y Verónica Spinardi, trabajadoras de la institución, inauguraron el proyecto de huerta a la que denominaron Inti, como parte del programa Cesacs Verdes y Saludables promovido por el Departamento de Salud Ambiental del Gobierno de la Ciudad. La tercera posta fue el árbol tomate que, en estado de extinción, resiste enhiesto a la vera del Centro Cívico Caracas, ubicado sobre esta calle a pocos metros de Álvarez Jonte. Luego, los participantes dirigieron sus pasos hacia Biarritz y Caracas, donde reluce frondosa La Huerta de la Esquina. Y unos minutos después se trasladaron a tan solo pocos metros de allí donde regala su verdor La Huerta de la Cuadra para realizar la ceremonia de cierre que incluyó, entre otras acciones, el encendido de una fogata y la quema de papeles en los que previamente quien lo quiso escribió lo que percibía como “cosa negativa”.
Toda la caminata estuvo amenizada por el canto de las copleras Melisa San Marco, Tamara Pome y Claudia Quinteros y en cada una de las postas hubo lectura de breves poemas y textos con el fundamental aporte de la narradora María Usher y una propuesta participativa de percusión corporal impulsada por la profesora de folclore Lorena Nader, a la que se plegó toda la concurrencia.