“Red de artistas maravillosa”
- Escrito por Victor Pais
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El sábado y el domingo últimos tuvo lugar la undécima edición de La Gran Paternal, propuesta de una red de artistas del vecindario que se realiza dos veces al año, data de 2017 y consiste fundamentalmente en la apertura simultánea de las puertas de sus talleres y espacios de trabajo durante un fin de semana para que sean visitados gratuitamente por el público y puedan ser apreciadas sus realizaciones.
En su sitio de internet, donde aún se puede encontrar el mapa que incluye la localización de los cuarenta espacios que participaron en esta ocasión y con el que cada uno de los numerosos visitantes que por ellos circularon pudo armar su propio recorrido, La Gran Paternal se define como una iniciativa “autogestiva e independiente”.
Espacios conducidos por un solo artista, o por dos, tres y hasta colectivos de más de una decena constituyeron, como es habitual, el amplio menú de las diversas manifestaciones estéticas que se exhibieron a lo largo de la doble jornada. En muchos de ellos, además, expusieron sus obras artistas invitados y se desarrollaron actividades especiales como performances, música en vivo, proyecciones y otras propuestas.
“Trabajo con procesos naturales y con el agua, y cómo el agua afecta a distintos materiales y los transforma”, explica Donjo Leone, integrante de Maturín, espacio que reúne a once artistas, ubicado en una casa de generosas dimensiones de la calle de ese nombre entre Fragata Sarmiento y Paysandú. Leone refiere que Maturín fue lanzado hace seis años y fue uno de los fundadores de La Gran Paternal. Cuenta también que, como la mayoría de sus compañeros, con quienes comparte taller desde 2011, se formó en el Instituto Di Tella.
“Básicamente mi trabajo es desde lo corporal y por eso me junto con artistas visuales para trabajar en combinación y enriquecernos en nuestra forma de crear”, revela Gabriela Romero, coordinadora de Otra Puerta, centro de artes escénicas y de artes visuales que tiene por sede una casa con dos amplias salas de piso de madera ubicada en Nicolás Repetto entre Casafoust y Sunchales. Romero, que además es bailarina de danza contemporánea, cuenta que son 21 los años que lleva en La Paternal y que hace tres se sumó su espacio a La Gran Paternal, a la que define como “una red de artistas maravillosa, autogestiva, muy compañera, con los que compartimos la creación y algo tan lindo y tan nuestro como el barrio”.
A pocos metros de Juan B. Justo y Nicasio Oroño, se erige la espaciosa casa en alto donde años atrás funcionaba una dependencia de la Escuela Científica Basilio y ahora, con ese mismo nombre, Basilio, rebulle de vida un espacio en el que confluyen diez artistas plásticos y que desde su lanzamiento en 2018 no dejó de participar en La Gran Paternal.
“En general, trabajamos con pintura, salvo Lucila Amatista, que es ceramista, y algunos que incursionamos un poco en los objetos, como Laura Códega, y yo también hago cosas con tecnología digital, pero mayormente trabajamos con pintura”, señala María Ferrari Ardoy, coordinadora de Basilio. Sugestiva es la explicación de por qué decidieron heredar el nombre de la vieja escuela: “Sentimos las vibraciones del espacio. Solía ser un lugar de profesar una religión y nosotros seguimos en la otra religión, la del arte”.
Sobre participar en La Gran Paternal, Ferrari Ardoy opina que es “muy lindo”. Y agrega: “Promueve que venga gente del barrio, que circule gente por los talleres y que vea las obras y eso siempre es muy lindo. No trabajar solo puertas adentro y que la obra por ahí no hace falta que sea exhibida en una galería para que la gente pueda verla”.
Invitamos al lector interesado en acceder a la nómina completa de los espacios participantes de esta última edición de La Gran Paternal a ingresar aquí.