Turbulento adiós a la Libertadores
- Escrito por Victor Pais
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En el partido de vuelta de octavos por Copa Libertadores, Argentinos Juniors cayó en el Maracaná ante Fluminense por 2 a 0 y quedó afuera de la competencia. La violencia en las tribunas contra la parcialidad del Bicho suscitó un severo comunicado del club.
El partido, en el que se quebró el 0 a 0 en los últimos minutos, había tenido hasta el primer gol de los brasileros un trámite muy parejo con un muy buen desempeño del equipo de nuestra barriada, más meritorio si atendemos a los factores adversos que se le presentaron.
En un plano, aquellos infortunios que surgen como imponderables que se derivan de la insuficiente disponibilidad de recursos con los que cuenta el club cuando se necesitan recambios por lesiones y sanciones. Tal es así que, en un compromiso de tanta relevancia, tuvo que ser designado a último momento para ocupar el arco Miguel Ángel Acosta, un juvenil que hacía su debut profesional, dada la lesión en el precalentamiento de Federico Lanzillota, el arquero que había sido confirmado ante la imposibilidad de jugar del titular Martin Arias por encontrarse sancionado. Otras ausencias importantes, aunque ya previstas, fueron las de Gabriel Ávalos y Luciano Sánchez, por lesiones de muy diferente calibre ya que mientras al primero le espera una pronta recuperación, al segundo, después de la espectacular y muy comentada infracción de la que fue objeto en el partido de ida y que le provocó una luxación de rodilla, le aguarda un largo proceso en el que estará fuera de las canchas.
Pero el otro factor adverso no tuvo nada de imponderable y fue el más que polémico arbitraje que tuvo el partido y que perjudicó al equipo argentino. No parecen haber sido juzgadas con el rigor que merecían algunas acciones como la patada en la cabeza que recibió el delantero del Bicho Thiago Nuss, que le provocó una hemorragia y por la cual tuvo que ser vendado para seguir jugando.
Todo lo hasta ahora relatado tiene que ver con lo que sucedió dentro del campo de juego, pero hay otra cosa aún más penosa y lamentable, que provocó una dura reacción de la institución de nuestro barrio, y que fue la violencia de la que fue objeto la parcialidad del Bicho en las tribunas y en las calles con la intervención brutal de la Policía Militar brasilera.
“Los hechos de público conocimiento son violaciones a los propios derechos constitucionales y a la propia reglamentación de Conmebol”, señala en un pasaje un comunicado emitido por el club. Y más adelante denuncia: “Los responsables en materia de seguridad, incluyendo a la policía, mancomunadamente autorizaron el ingreso de personal no identificado a la tribuna, con la clara intención de reprimir y lesionar. La agresión a palazos, con balas de goma y gases lacrimógenos en una platea en la que se encontraban familias, niños, niñas, adolescentes, que habían viajado horas para disfrutar del encuentro, fue desplegada sin mensurar la magnitud de los daños”.
En un tramo posterior, el comunicado expresa que “toda persona que intentó intervenir para hacer que la policía cese las agresiones fue también golpeada o amenazada, tal como se ve en múltiples videos”.
También se documentan “agresiones al palco que alojaba a la dirigencia” del club “donde la seguridad del estadio conjuntamente al público local arremetió con insultos y lanzaron elementos contundentes”.
Ya en su párrafo final, el escrito hace hincapié en “la responsabilidad no solo de repudiar, sino de denunciar lo sucedido para que el fútbol no siga preso de la violencia”. Y concluye: “Reforzamos nuestro compromiso por un deporte libre de violencias, dentro y fuera de la cancha, para que podamos seguir yendo de visitante o de local”.