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Síntesis y buen gusto

La presidencia de la Comuna 11 organizó un acto para celebrar el 125° aniversario del barrio de Villa Santa Rita. Fue el 5 de este mes en la sede del club Imperio Júniors, ubicada en la calle César Díaz 3047.

Asistieron el presidente de la Junta Comunal local, Carlos Guzzini; los integrantes de ese cuerpo colegiado Graciela Valdez (Pro), Carlos Eusebi (FpV) y Paula Resels (LD); el presidente de la Junta Central de Estudios Históricos de la Ciudad, Arnaldo Miranda Tumbarello; funcionarios comunales, maestros y alumnos de escuelas de la zona, miembros de centros de jubilados, representantes de entidades vecinales, sociales, religiosas, deportivas y de bien público, y vecinos.Pese a la lluvia la concurrencia sumó unas 300 personas, que se distribuyeron en torno a bien servidas mesas y disfrutaron de un desayuno mientras transcurría el acto. Todos se pusieron de pie cuando hicieron su entrada las banderas de ceremonia de los establecimientos de enseñanza a los acordes de la canción Aurora, tras lo cual se ejecutó el Himno Nacional, que fue coreado con fervor.A continuación habló Miranda Tumbarello, quien comenzó diciendo que “recordar este 125 aniversario de Villa Santa Rita es evocar un tiempo lejano, pero muy cercano en nuestro corazón, cuando todo esto era la chacra de Garmendia y la imagen de Santa Rita de Casia coronaba todas estas tierras, que pertenecían al antiguo partido provincial de San José de Flores”.

Refirió que ese partido fue “creado el 31 de mayo de 1806” y “abarcaba desde lo que hoy es Almagro hasta más allá de Ciudadela, extendiéndose desde el Riachuelo, con el curso no rectificado todavía, hasta mucho más allá de la avenida Álvarez Jonte”.

Seguidamente, evocó: “Fue un 5 de septiembre, un día como hoy, pero de 1889, cuando una compañía que vendía tierras, la Constructora de San José de Flores creaba –muchas veces por la especulación, lo reconocemos, pero creaba– este núcleo urbano y le daba un carácter identitario”.

“Lo demás es tiempo sobre tiempo, pero no menos importante: un barrio de artesanos, de obreros, de gente de trabajo con fe en el futuro”, definió.

Luego se dirigió a los escolares presentes: “Ustedes, chicos, no solo son el futuro sino que son el presente de un barrio portentoso y dinámico, que esperaba el rescate de su pasado para continuar viviendo junto a sus instituciones”, dijo.

Por último, sostuvo: “El barrio lo hace la gente, el barrio es nuestra patria chica; y al decir patria nombramos el sentimiento más sincero porque viene de pater, es decir de padre, la antigua patria romana, la que nos acompaña en el corazón. Esa patria chica es la que siempre nos debe animar”. 

Sin solución de continuidad, los integrantes de la Junta procedieron a entregar placas y diplomas “en reconocimiento a la trayectoria” y “por la repercusión que tienen en el barrio de Santa Rita”, así como por los aportes realizados, a Jorge Merli, al Club Imperio Júniors y a Miranda Tumbarello, quien también recibió un galardón en representación de doña Teresa Castellanos Aubone Garmendia, bisnieta del general Garmendia, de la primera familia poseedora de las tierras de Villa Santa Rita.

Asimismo, se otorgaron sendos diplomas a los centros de jubilados Volver a empezar, Sueño Cumplido y Homero Manzi, por su “constante compromiso y participación con los vecinos”.

Por otra parte, recibieron medallas recordatorias directivos, maestros y alumnos de las escuelas presentes y se anunció que una de ellas, la N° 8 Quintino Bocayuva, celebrará el próximo 20 de este mes el centenario de su fundación.

El espectáculo

Se desarrolló después un espectáculo musical. Es necesario puntualizar que, por lo general, los incluidos en los actos organizados por la presidencia de esta comuna se caracterizan por una calidad que los distingue de otros similares.

En la ocasión subió al escenario en primer lugar el prestigioso coro de la Innovación, con arreglos y bajo la dirección de Sergio Baldassini. La agrupación, que exhibe más de veinticinco años de reconocida trayectoria, inició su actuación con una ajustada interpretación del clásico de Spinetta Muchacha ojos de papel.

Siguieron otras piezas del repertorio popular, entre las que Desconfío, de Pappo, y Pá’ Maité, de Carlos Vives, estuvieron entre las más aplaudidas.

También fue muy celebrada por el público la vivaz versión de El ole, de Quintero, León y Quiroga.

Se presentó luego el joven barítono italiano Giacomo Medici, acompañado en acordeón por Edgardo Giorgio. Formado en la gran escuela de canto de su país, Medici ha pasado por distintos escenarios europeos donde actuó junto a importantes intérpretes en obras del repertorio lírico y de cámara; paralelamente, desarrolló su faceta de cantante popular.

En la oportunidad lució su voz amplia y cálida, de grato timbre, en la interpretación de canciones de su tierra y homenajeó a la nuestra, y a su máximo artista, en dos tangos que éste compuso junto con Le Pera.

Es sabido que no es fácil meterse con el repertorio gardeliano, sobre todo con el de autoría del Más Grande; de entre quienes afrontaron el desafío, muy pocos salieron airosos: uno de ellos fue Goyeneche, con su memorable recreación de Volvió una noche.

Dejando en claro que Medici no es cantor de tangos, puede decirse que sus versiones de Volver y de Mi Buenos Aires querido fueron dignísimas: contribuyó a ello que no desplegara todo el caudal de su voz sino que lo regulara, fiel al estilo creado e impuesto por el Zorzal.

Por último ofreció una interpretación de la célebre O sole mio, de Di Capua y Capurro, cuya brillantez contrastó con la opacidad de la lluviosa mañana.

 

El cierre estuvo a cargo del dúo constituido por Sergio Baldassini en canto y guitarra y su hijo Franco en saxo tenor, quienes desgranaron canciones que acompañaron con ritmo el momento de la despedida.

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