“La movilidad jubilatoria es una trampa”
- Por Haydée Breslav
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En el local del Partido Obrero de La Paternal, ubicado en la calle Trelles 2312, el candidato a diputado nacional por la Ciudad del Frente de Izquierda Gabriel Solano dio una charla sobre el sistema previsional y la situación de los jubilados.
En el principio de su exposición se refirió a un hecho que se observa en el orden internacional y que consiste en “cómo se incrementa, de acuerdo con la voluntad de los gobiernos, la edad de la jubilación”. Recordó que “en la Argentina el menemismo elevó la edad jubilatoria de los 60 a los 65 años en el caso de los hombres y de 55 a 60 para las mujeres” y destacó que “finalmente [el ex presidente Carlos] Menem no hizo otra cosa que lo que hacen todos los gobiernos capitalistas en el mundo, que es elevar la edad de la jubilación y por lo tanto hacer necesario que un trabajador aporte mayor cantidad de años para recibir menores periodos de jubilaciones”.
Explicó seguidamente que el hecho “tiene que ver con algo muy simple, los capitalistas no quieren sostener a la fuerza de trabajo una vez que se haya jubilado y buscan imponer que los ahorros previsionales que los trabajadores aportan se destinen a otro tipo de finalidad”.
Después de reseñar la crisis de “lo que se dio en llamar en Europa el estado de bienestar”, estimó que “en este mismo momento hay una zona gris, los estados no quieren pagar las jubilaciones correspondientes y reclaman elevar la edad de jubilación para los trabajadores”.
Gestión de Cavallo
Volvió sobre “la época de [el ex ministro de Economía Domingo] Cavallo” para referir que “ocurrieron dos cosas importantes, por un lado se redujo el aporte patronal a la mitad, no así el aporte que corresponde al trabajador” y “como eso llevaba a la completa desfinanciación de la caja jubilatoria, resolvió compensar la reducción de ingresos que iba a tener disponiendo que una parte de los impuestos que iban a Rentas Generales del Estado pasara a una renta general jubilatoria”.
Señaló que “el kirchnerismo mantuvo el aporte patronal de la época de Cavallo” y consideró que “una medida mínima antinoventista, para llamarla de algún modo, hubiera sido reponer el aporte patronal en los términos del gobierno de Alfonsín, y de ese modo se compensaba una pérdida”.
Dijo a continuación que “para beneficio de las grandes patronales eso no se hizo” y subrayó que el hecho de que la Anses “se solvente con los impuestos de Rentas Generales es una forma en apariencia distinta, pero en realidad la misma, de que el aporte lo haga el trabajador, porque los impuestos que van a la Anses son los que pagan los consumidores”.
“Por lo tanto”, infirió, “no solamente financia el trabajador su jubilación a través del aporte directo, sino también con los impuestos que paga”.
Posteriormente abordó el tema de las AFJP, a las que caracterizó como “un negocio espectacular que creó Cavallo” y que “la burguesía argentina apoyó a brazo partido, en la expectativa de que se iba a crear un mercado de capitales local”.
Después de describir detalladamente el modus operandi de esas entidades, de las que no dudó en decir que “eran una estafa total”, hizo notar que “cuando hubo que pagar las jubilaciones fueron estatizadas, nunca pagaron nada, y en el medio se hicieron de beneficios bajo la forma de comisiones del 30% de todo lo recibido”.
Financiamiento de la Anses
“Cuando estatizaron las AFJP”, contó seguidamente Solano, “nosotros advertimos que en manos de un gobierno capitalista eso iba a conducir a la utilización de los aportes de los trabajadores a una finalidad que no eran las jubilaciones, y es lo que está pasando”.
Detalló que “por un lado, la Anses tiene lo que se llama el fondo de garantía, que hoy suma aproximadamente 550.000 millones de pesos y están invertidos fundamentalmente en acciones de grandes grupos económicos, que vienen básicamente de la época de las AFJP” y “por el otro, está el flujo mensual de caja de Anses, que es el flujo de los aportes que van pagando los trabajadores y las patronales, más esos impuestos que vienen de Rentas Generales pero fueron desviados a la Anses para compensar la reducción de aportes patronales que Cavallo aplicó y este gobierno nunca repuso”.
Advirtió que “ese flujo es relativamente bajo por varios motivos” y enumeró: “En primer lugar, porque son bajos los salarios; en segundo lugar, porque tenemos entre un 35% y un 40% de trabajadores precarizados, que no aportan a la Anses y al mismo tiempo abren una enorme incertidumbre sobre cuál va a ser su futuro jubilatorio”. A su juicio, estos dos puntos “muestran que el flujo de la Anses está condicionado por el nivel de vida de la clase obrera”.
“Y en tercer lugar”, consignó, “porque la Anses asumió ahora gastos que no le son propios, como por ejemplo la compra de las computadoras para el plan Conectar Igualdad”.
Y aclaró: “Nosotros estamos a favor de que las compren, pero no de que las pague la Anses porque el que las tiene que pagar es el Estado con los fondos del Estado, porque si las paga la Anses quiere decir que los jubilados están pagando las netbooks para los chicos”.
Por otra parte, puntualizó que la Anses “actúa ahora como una especie de AFJP estatal” y que “no es un sistema de reparto, porque si lo fuese lo que entra se repartiría, pero hoy por hoy Anses declara ganancias sobre la base de pagar jubilaciones miserables y de no terminar de saldar jamás el stock de juicios que siguen creciendo porque liquida mal los haberes”.
Los “méritos” del Gobierno
Anunció después un tema que calificó de “importante y controvertido”, y señaló que “el Gobierno se jacta como de uno de sus principales méritos de haber extendido la jubilación a trabajadores que no tienen los años de aportes suficientes, y también dicen que tenemos una cobertura jubilatoria que abarca a un porcentaje importante de adultos mayores”.
Remarcó en ese sentido que “ahí hay un problema de fondo” y planteó: “Nosotros obviamente estamos a favor de que el trabajador que estuvo laburando en negro toda su vida, por responsabilidad del Estado, reciba la jubilación; lo que no nos parece bien es que el financiamiento de esa jubilación corresponda a la Anses, lo que corresponde es cobrarles un impuesto extraordinario a los que evadieron la caja jubilatoria y de ese modo financiar las jubilaciones de quienes no tienen aportes”.
Encaró a renglón seguido el tema de “la movilidad jubilatoria”, que “es una trampa”. Puso de manifiesto que “los índices de la movilidad jubilatoria son dos, uno es la recaudación que obtiene la Anses y otro el índice de aumento salarial” y que “ambas categorías están muy vinculadas a la inflación”.
“Por lo tanto”, añadió, “cuando Cristina Kirchner anuncia el 12% o el 18% por cadena nacional, lo que está diciendo en realidad es que la jubilación va a mantener siempre el valor adquisitivo de ahora, que es una porquería”, porque “el concepto no es un criterio de aumento de las jubilaciones, sino de congelamiento de su capacidad adquisitiva”.
Previno que “si el piso es bajo, va a ser bajo de por vida” y recordó al respecto que “hoy el 75% de los jubilados cobra la mínima, que es de 4.200 pesos, y no llega a la canasta básica que estableció la Defensoría de la Tercera Edad”.
Contó que, en consecuencia, “todos los movimientos de jubilados reclaman un aumento extraordinario para elevar el piso sobre el cual se aplica el índice de actualización porque es la única forma, con la lógica actual de las jubilaciones, de que cambie el congelamiento de su capacidad adquisitiva”.