“La inseguridad se cocinó a fuego lento”
- Por Tras Cartón
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En el Salón Kaaldala, ubicado en la avenida San Martín 3130, se realizó una reunión del legislador Roy Cortina, del Partido Socialista, con vecinos de La Paternal.
En primer término, el legislador explicó que “la idea es poder recorrer los 48 barrios de la ciudad” y “escuchar en cada uno a vecinos independientes que individualmente quieran participar y también a organizaciones y periódicos vecinales y, a través de ellos, conocer la realidad”.
Seguidamente, allanó: “Acá se puede hablar de lo que quieran: si quieren hablar de la realidad nacional, hablen de la realidad nacional; si quieren hablar de la realidad de la ciudad, hablen de la ciudad, y si quieren hablar –que es lo más lógico– de los problemas del barrio, también lo pueden hacer”.
En el mismo sentido, continuó: “Acá las reuniones son distintas a las que suele hacer el jefe de Gobierno: yo no tomo papelitos ni elijo una pregunta, acá simplemente levantan la mano, vamos haciendo una lista de vecinos que quieren participar y simplemente hablan”.
Instó a los asistentes a que “se autorregulen en el uso del tiempo para que muchos vecinos puedan hablar” y, en cuanto a “muchos trámites que se repiten, como las raíces de los árboles, una obra en una vereda que nunca se resolvió, etcétera”, recomendó: “No le dediquen mucho tiempo a eso, porque es mejor usar la hora y media que estamos acá para hablar de problemas del conjunto del barrio”.
La primera participante fue Yolanda Valle, coordinadora de La Carbonilla, quien reclamó “seguridad en el barrio” y precisó: “En la calle Manuel Trelles tenemos un destacamento que en la realidad no nos sirve para nada, porque cuando uno llama por algo de emergencia no pueden, no están o hay que llamar al 911”.
Después, otra vecina protestó por la circulación de camiones de cinco ejes “que casi no dan la vuelta a la esquina” por las avenidas Boyacá y Nazca, a lo que Roy Cortina aclaró que esos vehículos están permitidos y que “en realidad el límite es por el peso, que es de hasta 12 toneladas” y que “en esta zona pueden circular por Nazca entre Rivadavia y Beiró, y por Beiró entre Constituyentes y General Paz”, pero que “no pueden circular por Boyacá”. Y acotó: “Si ustedes ven que están pasando por Boyacá, vamos a quedar en contacto para hacer la denuncia correspondiente”.
Posteriormente, Norberto Zanzi reprochó a Cortina que no hubiera acompañado con su firma un proyecto de los vecinos para recuperar el cine Taricco. “Tampoco has asistido a las reuniones ni nos has dado una entrevista, y presentás un proyecto propio sin tener en cuenta el de los vecinos”, le enrostró.
El legislador repuso que “es una cuestión de estilo y de forma” y explicó: “Lo que se estila es que, cuando se trata ese tema y se hace el dictamen, yo puedo retirar muchas cosas de mi proyecto y aceptar la mayoría del de ustedes, pero no se estila que un diputado retire un proyecto, porque si no está reconociendo que lo que hizo está mal, y yo no creo que el proyecto que hice esté mal, puede tener puntos de vista distintos”.
Y observó: “Todavía no se ha tratado el del Taricco; cuando se trate en la comisión pertinente, hacemos una reunión y vemos en el dictamen; yo todavía veo lejano que se trate porque sabemos lo que cuesta”. Cerró el tema prometiendo sumar su firma al proyecto de los vecinos.
A continuación, Víctor Pais, nuestro director, le preguntó por qué en febrero último no había acompañado la iniciativa impulsada por espacios vecinales de tratar en la Legislatura un proyecto de emergencia tarifaria.
“Yo, por supuesto, estoy en contra de los tarifazos”, repuso Cortina, y agregó: “Lo que yo no acompañé es una metodología: respeto mucho a las organizaciones de base o vecinales pero, como legislador y dirigente político con algunos años de experiencia, sé cuánto de genuino tiene eso y cuánto de mezclado con la situación política partidaria y la campaña electoral”.
Dijo después: “Creo que tuve razón, porque esa sesión de emergencia que se convocó fue en febrero y lo que yo les planteé a algunos bloques de la oposición es que ‘si quieren convertir a la Legislatura en una trinchera para que sea un ámbito más que exprese a la grieta, no cuenten conmigo, porque faltan quince días para que se inicien las sesiones y poder presentar el proyecto en la comisión; ahora, si lo que se quiere es armar una sesión de 24 diputados en minoría para gritar, no es mi metodología’; y tuve tanta razón que hace dos meses que comenzaron las sesiones y nunca más la oposición habló de las tarifas”.
Acto seguido, otra vecina de La Carbonilla reclamó que se asfaltaran “250 metros por la parte de la entrada de Trelles” y se quejó del “déficit en el alumbrado público: a las diez de la noche ya está todo oscuro”.
Por su parte, Cortina hizo notar que “el barrio ha quedado por fuera del plan general de urbanizaciones de barrios precarios y de villas en la ciudad de Buenos Aires y, más allá de la magnitud y del tamaño y de la cantidad de familias que viven, es una injusticia”.
A su turno, Susana Galdame, del grupo No a las torres en La Isla de La Paternal, expresó: “Mi interés es hacer visible esta lucha a los vecinos que están aquí presentes”. Describió las circunstancias de aquella y concluyó: “La idea es que nos ayuden a luchar; la ley, lamentablemente, está aprobada, pero tengo la esperanza de que la lucha de los vecinos nos permita no bajar los brazos”.
El legislador consideró que “es una iniciativa del Gobierno de las más cuestionables”, expuso argumentos similares a los esgrimidos en la sesión durante la que se aprobó el proyecto del Ejecutivo y sostuvo que ese proyecto “tiene que ver con el proceso en marcha de densificación de la ciudad, de un aumento de las posibilidades de construir que, aunque no tenga altura, daña a la ciudad porque no tiene infraestructura para sostener todo lo que se quiere construir y, sobre todo, porque la prioridad debería ser garantizar los espacios públicos y verdes que necesita”.
Como no podía ser de otra manera, en un momento dado una asistente protestó por “los árboles que están rompiendo las veredas, las ramas que llegan al séptimo piso y aparte las hojas”.
“Me parecía raro que no saliera el tema, porque en todas las reuniones de todos los barrios sale”, fue el comentario de Cortina.
Luego, el representante de “un colectivo vecinal del barrio Chacarita, más precisamente el sector comúnmente denominado La Cueva, que es el triángulo formado por Jorge Newbery, parque Los Andes y lo que eran las vías del ferrocarril” refirió que “prácticamente todos los vecinos han sido afectados de un modo o de otro por el viaducto San Martín, tanto en la parte edilicia, porque en las casas más cercanas se han registrado y documentado fracturas y quebraduras de mampostería de paredes y medianeras”, como en “la apertura de varias calles que antes eran pasos cerrados por las vías de ferrocarril, y el ingreso de tránsito irrestricto de otros barrios a ese barrio de tres cuadras con casas bajas de casi cien años, con mampostería muy endeble y no preparadas para un tránsito de semejante índole”.
Roy Cortina prometió hacer una reunión en su despacho para tratar el tema.
Por último, respondiendo a distintos reclamos, quejas y protestas, abordó “el tema de la inseguridad”, al que definió como “un problema integral que se ha generado en nuestro país casi a fuego lento, de manera casi imperceptible al principio, y que tiene que ver con la desestructuración de la trama económica y social del país desde la época de la dictadura, pasando por la época del 90, que transformó al país para peor”.
Estimó que “es un problema muy complejo y al mismo tiempo delicado”, porque “la gente tiene urgencia de resolver el problema y, como todo problema complejo que se cocinó a fuego lento por muchos factores y durante mucho tiempo, no se puede resolver de la noche a la mañana”.
Consideró que “no es un problema de penas, ni de la justicia, ni de la policía, ni de las cámaras” y que “se podría decir que es un poco de todo y que, además, tiene un trasfondo mucho más importante que cada uno de esos problemas”.
Afirmó finalmente que “vivimos en una sociedad profundamente desigual y la desigualdad, que produce exclusión, lo primero que genera es violencia, y la inseguridad es una de las manifestaciones de esa violencia y de esa desigualdad” y que “más allá de las cámaras, de la luz, de la poda del árbol, de la presencia policial y de que haya un sistema de penas justo, es mucho más sencillo, a largo plazo, resolver el problema de la desigualdad para que la ciudad cambie los niveles de violencia que tiene”.