“La figura de Diego es esencial”
- Escrito por Victor Pais
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Con el escritor Eduardo Sacheri como invitado y un numeroso público en la platea Bichi Borghi, en el estadio Diego Armando Maradona se estrenó “Letras en la cancha”, ciclo de charlas organizado por el Departamento de Cultura de la Asociación Atlética Argentinos Juniors, la Fundación Social Argentinos Juniors, el Museo El Templo del Fútbol y el Rincón del Vitalicio, cuyo conductor es el editor, librero y actual Consejero Honorario de la Fundación El Libro Hugo Levin.
Sentados detrás de una mesa colocada dentro del campo de juego y cerca de su límite, flanqueada a un lado por un retrato de Maradona y al otro por la Copa “Libertadores de América 1985”, trofeo máximo que obtuvo Argentinos Juniors en su larga historia, Eduardo Sacheri y Hugo Levin dialogaron de cara a la concurrencia instalada en la platea.
Levin, quien fue editor de los primeros libros de Sacheri y es, en tanto miembro activo de la Fundación Social y El Rincón del Vitalicio, el principal promotor del flamante ciclo, le propuso al escritor, al que retrató como “hincha fanático de Independiente” al cual tuvo “el placer, allá por el año 2005 2006, de traerlo a esta cancha a ver un partido”, que comenzara hablando sobre “Me van a tener que disculpar”, relato que homenajea a Maradona sin nombrarlo y que tuvo un carácter iniciático en la carrera literaria del agasajado.
“Para mí es un gusto visitar un club de la importancia y de la historia y del fútbol de Argentinos Juniors”, expresó antes que nada Sacheri en atención a una básica regla de cortesía. Y luego, aceptando el reto de Levin, dijo: “Creo que para muchos de nosotros la figura de Diego es esencial por distintas razones y por distintos ámbitos de nuestras vidas, y en mi vida, más allá de lo afectivo, también en lo profesional”.
Se refirió luego al momento en que concibió el texto mencionado por Levin: “Fue cuando Diego vuelve a jugar después de la suspensión del 94, que vuelve a jugar a Boca, cuando se pinta el pelo, me parece que es en el 95”. Y explicó que lo que lo motorizó a escribirlo fue “todo lo que movilizó un nuevo regreso de Diego al mundo del futbol” y el sentirse en deuda con las alegrías que le había dado el jugador. “Lo escribí simplemente para sacármelo de encima, que era para lo que yo escribía en aquella época, porque no era escritor, no me conocía nadie, no tenía ningún libro publicado”, puntualizó.
Continuó Sacheri su relato comentando que en el año siguiente es impulsado por su esposa y sus amigos a llevarle el texto a Alejandro Apo, conductor radial que recientemente había lanzado su programa Todo con afecto y en el cual leía cuentos con temática futbolera. “Me van a tener que disculpar” pasó a ser uno de ellos: “Todo lo que me pasó literariamente después fue por la locomotora de mi contacto con Apo”, señaló el escritor. Y admitió: “De los muchos significados que Maradona tiene para mí también está el de la gratitud para con mi carrera”.
Surgió seguidamente en la conversación el relato dialogado entre Sacheri y Levin, en ese entonces titular de la editorial Galerna, sobre cómo comenzó el vínculo entre ambos y sobre los pormenores de la publicación de Esperándolo a Tito y otros cuentos de fútbol, primer libro del escritor.
Como era de esperar, no podía soslayarse lo que significó para la carrera de Sacheri la circunstancia de que el renombrado cineasta y guionista Juan José Campanella descubriese su obra, se interesase en ella y lo convocase para que su novela La pregunta de sus ojos fuera la base del guion de El secreto de sus ojos, producción cinematográfica que iba a ganar el Oscar a la mejor película extranjera y que terminó convirtiéndose en una de las películas más taquilleras de la historia del cine argentino.
Después de recordar ambos otras vicisitudes en torno a ese acontecimiento tan rutilante, Levin evocó “Un viejo que se pone de pie”, otro cuento de Sacheri al que ponderó como “uno de los más logrados”, y sobre el cual destacó su escritura elíptica: “El sujeto es alguien que para describirlo habría que haber usado palabras que Eduardo no usa en el cuento, como dictadura, desaparecidos, apropiados… En ningún momento tiene el tono de un cuento pensando en esa tragedia argentina que fueron los desaparecidos, los chicos apropiados…
Al recoger el guante, Sacheri afirmó: “En literatura, y en cine también, a veces está bueno entrar a los temas como por un costadito y no de frente. En el cuento, lo único que sucede en presente es que un tipo se pone de pie en una cancha de pueblo. No pasa más nada. Ese es el único acto del cuento. Lo que pasa es que contando con cierta delicadeza qué es lo que lo lleva a ese viejo a ponerse de pie podés aludir, a lo mejor, a otras realidades que hasta no mencionándolas les das más lugar”. Y precisó: “A veces pasa que si vos te empeñás en contar algo demasiado…, como que matás el tema o matás la imagen”.
Sobre el final del encuentro Sacheri respondió preguntas del público, se realizó el sorteo de uno de sus libros, recibió presentes de los organizadores y firmó ejemplares que compraron sus lectores.