“La decisión la tiene que tomar la mujer”
- Por Vanesa Kandel
- Tamaño disminuir el tamaño de la fuente aumentar tamaño de la fuente
El pasado 20 de octubre, en la sede del Sholem Buenos Aires sita en Maturín 2455, tuvo lugar una charla-taller sobre Interrupción Legal del Embarazo (ILE) a cargo de Sandra Vázquez, ginecóloga infanto-juvenil, y Marianela Meneghetti, licenciada en Psicología, ambas integrantes de la Asociación Civil Grupo FUSA y especialistas en salud sexual reproductiva en adolescentes y jóvenes. La actividad fue organizada en forma conjunta por La Paternal No Olvida y Sororas de La Paternal, y contó con la presencia de un público numeroso y entusiasta.
“En La Paternal No Olvida militamos hace más de doce años en la tarea de construir la memoria y reivindicar la lucha de los compañeros y compañeras desaparecidos por la última dictadura eclesiástico-cívico-militar. Por eso hoy estamos aquí, por la conquista de nuevos derechos, por eso la reunión con las Sororas y la agrupación FUSA en esta actividad para informarnos por un derecho tan fundamental como la interrupción legal del embarazo”. Con estas palabras, Anahí Vázquez dio la bienvenida a los concurrentes y agradeció a la institución anfitriona por haber prestado sus instalaciones. Seguidamente, le pasó el micrófono a Natalia, quien, en representación de Sororas de La Paternal, saludó a la audiencia y describió al colectivo que integra como “una grupa autoconvocada” en el marco del debate sobre el aborto legal, seguro y gratuito, y “las movilizaciones realizadas espontáneamente en la noche previa a la votación en el Senado” que, como se sabe, se llevó a cabo en agosto pasado.
Luego de esta breve introducción se dio inicio a la charla-taller que se desarrolló en dos modalidades: exposición, apoyada con diapositivas proyectadas en una pantalla de gran tamaño; discusión en grupos pequeños a partir de consignas y puesta en común posterior. Las partes expositivas fueron cubiertas principalmente por Sandra Vázquez, y los intercambios grupales estuvieron coordinados por Marianela Meneghetti.
FUSA: qué es, qué hace
“FUSA es una asociación civil sin fines de lucro que está funcionando hace muchos años; formamos un grupo que tenemos Casa FUSA, y además la asociación civil es la que trabaja en un montón de temáticas que siempre, según nuestro estatuto, van a tender a focalizar en adolescentes y jóvenes, que es nuestra meta, pero obviamente cuando una lucha por los derechos de los adolescentes y los jóvenes también está luchando por los derechos en general de todas la mujeres”, expresó Sandra Vázquez en primer lugar. Y aportó algunos datos más sobre la asociación: su domicilio –Lezica 3902, muy cerca de Rivadavia y Medrano– y la conformación de su equipo de salud: “La mayoría comenzamos en el hospital Argerich, en el servicio de adolescencia, y fuimos incorporando profesionales, todos bajo una misma mirada”.
Precisamente por tener como foco a los adolescentes, Vázquez explicó que el modo de intervención de FUSA busca ser “siempre amigable, con una mirada integral sobre la gente”. Y aclaró: “Las claves de la propuesta se basan en cuatro pilares que tienen que ver con la autonomía, muy luchada para que los adolescentes puedan ejercerla, la confidencialidad de las consultas, los secretos profesionales y fundamentalmente la beneficencia. Y siempre obviamente seguimos los parámetros del Ministerio de Salud de la Nación”.
Educación Sexual Integral: un enfoque positivo
“Hacemos habitualmente cursos de promotores juveniles con adolescentes que tienen entre 14, 18 y 20 años, para formarse en derechos sexuales y reproductivos, para después poder en sus barrios replicar todas estas actividades. Es allí donde ellos empezaron a conocer qué era la ley de Educación Sexual Integral (ESI), que la escuchaban pero no sabían que era obligatoria, y ahí empezaron a exigir también en sus colegios, aunque fueran religiosos. Es más, nos dijeron: ‘Nos mintieron todos estos años los profesores, nunca nos dijeron esto’”, contó Vázquez. Y prosiguió: “Tenemos un área de incidencia política, que justamente trata de incidir para que haya cambios legislativos, o pequeños cambios a nivel de direcciones de hospitales o ministerios. Trabajamos fuertemente con gente de distintas legislaturas de distintas provincias para lograr lo que sea posible”. Comentó que una de las acciones consistió en la creación de plataformas “para que la misma gente monitoree si en su zona, en su barrio, en su provincia o en su país –porque esto es regional, trabajamos con otros países– se cumple el acceso a la salud sexual y reproductiva”. E ilustró cómo funciona, cuál es su utilidad: “Hay un montón de plataformas, donde cada uno puede decir ‘en mi lugar, por ejemplo, yo vivo en Trelew, ¿qué tengo cerca si yo quiero ir a ponerme un DIU? ¿Puedo? ¿Alguien me va a recibir? Si yo necesito interrumpir un embarazo, ¿con qué cuento?’. Y si voy y me dicen que no, puedo poner en la plataforma que figura ese lugar pero que, en realidad, es mentira, no atiende”.
Más adelante, siguiendo con el foco en la sexualidad adolescente, Vázquez expuso los resultados de una encuesta que buscaba conocer cómo y cuánto se habla de este tema en el seno de las familias. Y destacó sus conclusiones: “Es un tema que preocupa mucho a los padres, pero lo que salió en esta encuesta es que más del 30% admite que debería hablar más con las chicas pero les cuesta mucho, que necesitan ayuda, ya sea de los colegios, de los centros de salud, de profesionales en general”.
Y en cuanto al modo de comunicación con los adolescentes en torno a esta temática, Vázquez recomendó con énfasis: “Fundamentalmente pensar, cuando hablamos de sexualidad en las adolescentes y los adolescentes, que la única manera de poder llegar y cambiar conductas y mejorar es adoptar un enfoque positivo de la sexualidad, orientado al placer y a la salud, y no solo a los riesgos. Normalmente, si uno escucha hablar de adolescentes y sexualidad, son riesgos: riesgo de embarazo, riesgo de enfermedades… ¡Todo hacen mal los adolescentes! Nuestra mirada es al revés: es tomar las cuestiones del placer y, a raíz de esto, lograr que puedan aprender y cuidarse”.
Embarazos no planificados: quiénes, cuándo, por qué
“Cuando se habla de adolescentes, siempre van a escuchar ‘son unas irresponsables, no usan los métodos anticonceptivos, se emborrachan y tienen relaciones y no saben con quién y después se embarazan’...”. Sin embargo, lo que surge de las estadísticas es que ellas no son las únicas que se embarazan sin haberlo planificado. Hay muchos casos de mujeres de 45 años, o más, que sufren la misma situación.
“La mujer casada, con tres hijos, que hace 25 años está con su misma pareja y demás, también queda embarazada sin planificar. Entonces no solo son las adolescentes estigmatizadas; los embarazos ocurren en todas las etapas de la vida fértil de la mujer. Y las causas que llevan a la mujer a decidir interrumpir un embarazo no planificado en general son complejas, y hay muchas cuestiones que intervienen”, observó.
Para ilustrar esa complejidad, Vázquez señaló el caso de mujeres que, aun siendo religiosas, deciden abortar. “Más o menos de los 300 abortos que se producen en nuestro país por año, imaginen que la gran mayoría son mujeres católicas, pero a la hora de decidir sobre su propio cuerpo la religión pasa a un segundo plano. Entonces también hay que entender a estas mujeres y acompañarlas desde ese lado”. Y recordó una anécdota personal: “El otro día yo hablaba con un cura de los que están en el [hospital de] Clínicas y le decía que sería una función importante, ya que acompañan a tantas personas en el hospital con sus dolencias, que también acompañen a las mujeres que decidieron interrumpir un embarazo y que sienten la culpa de haberlo interrumpido por cuestiones religiosas, aunque la decisión fue importante y fue una decisión autónoma. El cura me miraba como diciendo ‘tenés razón, pero la Iglesia no está de acuerdo con esto’. Pero sí está de acuerdo con acompañar a todas las personas en todas las situaciones de dolor”.
Interrupción Legal del Embarazo: qué dice la ley
“Asistencia sin distinción alguna, trato digno, confidencialidad, información”, enumeró Vázquez. Y se detuvo con énfasis en este concepto: “Consentimiento informado. No podemos realizar una interrupción legal del embarazo, ni ninguna práctica en realidad, si la persona no da su consentimiento informado. Y no solo que lo tilde, que entienda. Tiene que entender los conceptos que están vertidos ahí y después firmarlo”.
Luego ahondó en la cuestión de los permisos que establece la ley. Por ejemplo, la ley autoriza la interrupción de un embarazo “con el fin de evitar un peligro para la vida de la mujer y si este peligro no puede ser evitado por otros medios”. Y arguyó: “Esos otros medios tienen que ser posibles, porque si a mí me van a decir que la única posibilidad que tengo para continuar el embarazo y no poner en riesgo mi vida es que me vaya a hacer una cirugía a Nueva York y para mí no es posible, ese medio alternativo no sirve”.
Luego se refirió a los vacíos, o indefiniciones, que contiene la normativa, y las responsabilidades que, a su juicio, deben asumir los profesionales de la salud, especialmente los médicos, en materia de cuidado de la vida de las mujeres.
“Esto es muy importante, porque si volvemos al código penal, ¿cuál es la gravedad del peligro que requiere para decir ‘esta mujer sí tiene derecho a solicitar un aborto no punible’? Ninguna. Eso es un invento nuestro. Nadie dice ‘ah, a esta mujer sí le corresponde… ah, pero a esa no, porque la enfermedad…’. No, no. No lo nombra. Son los equipos de salud los que, en general, deciden si a esa mujer le corresponde o no. Eso está mal. La decisión la tiene que tomar la mujer. Tenemos mujeres hipertensas, diabéticas, con cinco cesáreas, nueve embarazos y demás, que quieren tener el décimo hijo. Entonces la obligación nuestra es, para que no corran riesgo, someterlas a estudios permanentes, a cuidados; pero si esa mujer dice ‘yo no quiero correr ni el 1% de riesgo por este embarazo que estoy cursando’, la ley la ampara”, recalcó Vázquez. Y luego explicó que, dentro de las cifras de muertes maternas, figuran muchas mujeres fallecidas “no por complicaciones de aborto sino por una hemorragia, porque era diabética, cursaba el embarazo número 14… Tal vez esas mujeres, si existiera el acceso a la interrupción voluntaria del embarazo, ese embarazo no lo hubieran continuado y no hubiesen muerto. Y entonces esto no se cuantifica”. Por eso advirtió: “No hay que incluir calificativos. No nos pide nada la ley. Somos nosotros los que hacemos lío con esto. Para la Organización Mundial de la Salud, la definición de salud abarca estas tres partes: la física, la mental y la social, y en ningún momento plantea que una es más importante que otra. Tenemos el vicio los profesionales de la salud, sobre todo los médicos, de darle más importancia a la salud física, entonces después vamos a ver con algunos ejemplos, en la práctica, qué es lo que pasa”.
Concretamente, Vázquez se refirió a situaciones en las que los médicos ocultan información, desorientan o directamente les mienten a las pacientes para evitar la ILE. Y dio un ejemplo: “Si yo soy oncóloga y me viene a ver una chica que está cursando un embarazo y está haciendo un tratamiento por una leucemia –digo, casos concretos que vemos– se le dice ‘no te preocupes, vamos a hacer una quimioterapia light –que no existe– para que después que nazca tu bebé, que va a nacer sano, vos vas a poder hacer la quimioterapia normal’...”. Obviamente nada de esto funciona y la persona fallece.
En este punto, Vázquez hizo mucho hincapié en la necesidad de contar con “una medicina basada en evidencias y no en creencias personales de los profesionales, y el respeto del ordenamiento jurídico”. No pedirles a las mujeres más cosas de las que se necesitan para acceder a una interrupción del embarazo. Por ejemplo, en casos de violación, “no se exige denuncia policial”, aclaró.
¿Cómo debe actuar un profesional de la salud frente a una mujer que decide interrumpir su embarazo? “Recibimos a esa persona que viene a decirnos que no va a continuar el embarazo. Nos explica su situación y ahí es donde nosotros tenemos que tomar la decisión: ¿aplica para la interrupción legal del embarazo o no? Si es por la ley, y por la amplitud de la ley, todos los casos aplicarían, pero estamos hablando de la realidad cotidiana. Si pensamos que sí, que tiene una causal, construimos la causal, la definimos, que son estas cuatro situaciones: peligro para la vida, la salud, violación, violación a una discapacitada. Y se siguen los procedimientos: firma de consentimiento informado y declaración jurada en los casos que sea por violación, solo en esos casos. Hay un solo caso en el cual es un poquito más complejo, que es cuando esa mujer viene con una denuncia judicial y el fiscal nos pide que guardemos la muestra para poder hacer chequeo de ADN y decir ‘sí, esta persona está denunciando a fulano y el ADN de este embrión corresponde al ADN de esa persona’. Esas son muy pocas, porque en general vienen todas sin denuncia y no quieren hacer la denuncia, pero bueno, es un signo probatorio importante, y a nosotros nos pone en una situación de que ese material genético no podemos en ningún momento manipularlo. Es decir, tiene que haber una custodia policial de ese material desde el momento en que uno hace la extracción”.
A raíz de una pregunta del público, Vázquez se refirió a los médicos que se niegan a practicar la ILE porque se declaran objetores de consciencia. Dijo al respecto: “Trabajar con un verdadero objetor de consciencia es un lujo, porque acompañan a la paciente hasta un punto y ahí dicen ‘hasta acá llego yo’, no le cierran la puerta. Objetores de consciencia hace veinte años había con los dispositivos intrauterinos; cantidad de objetores de consciencia diciendo que es un método abortivo, no importa que la ciencia dijera que no. Esos mismos profesionales eran objetores de consciencia de mañana en un hospital, pero a la tarde en su consultorio colocaban el DIU… Entonces eso es lo que nos enoja, no el verdadero objetor de consciencia, que recibe a la paciente y que la acompaña, la entiende y la deriva a quien corresponde”.
Qué pasa en la ciudad de Buenos Aires
“En la ciudad de Buenos Aires se hacen interrupciones legales del embarazo”, afirmó Vázquez. Y acto seguido hizo circular un listado con direcciones de hospitales y centros de salud ubicados en distintos barrios a los que se puede acceder de manera libre y gratuita (ver al pie de esta nota) “para que la gente no siga comprando misoprostol en forma clandestina y dándoles de comer a los laboratorios que han hecho fortunas”, remarcó. Y recordó que antes había solo dos hospitales que ofrecían la ILE: “El Álvarez y el Argerich. Todos iban a parar a esos hospitales, que eran considerados los hospitales ‘aborteros’ de la ciudad, lo que nos traía serias dificultades”.
Luego compartió algunos datos que consideró positivos sobre la situación de la ILE en territorio porteño. De acuerdo a investigaciones recientes, se sabe que “el 89% de las interrupciones se resolvieron en un plazo de hasta dos semanas de la primera consulta, tal como indican las recomendaciones”. Y en cuanto al modo de resolución, “en el 59% de los casos fue farmacológico más quirúrgico, quiere decir que no se terminó con pastillas y se tuvo que hacer una evacuación”, detalló. Comentó también que “el 18% de las interrupciones legales realizadas fueron en adolescentes” y que “el 84% de las mujeres accedieron al sistema con una condición igual o menor a doce semanas. Esto es muy importante porque antes las mujeres tenían mucho temor a los centros de salud, a ser denunciadas. Cuando la gente empieza a perder este temor, llega más temprano y sin haber consumido una gran cantidad de cosas y hacer un montón de prácticas de riesgo”, destacó.
En el momento del cierre, Vázquez volvió a resaltar la importancia de brindar información completa y confiable a la población, y la responsabilidad de los profesionales de la salud en la materia: “Con estas cifras, lo que queríamos es que se vayan con la idea de que el aborto, en la mayoría de las circunstancias, cuando los profesionales tienen voluntad, es legal. Y que hay lugares y hay profesionales que dan cuenta de esto: los reciben, los escuchan y les dan el tratamiento”.
Direcciones útiles dentro de las comunas 11 y 15
CeSAC Nº 22: Fragata Presidente Sarmiento 2152
CeSAC Nº 34: Artigas 2262