“Hay especialidades totalmente colapsadas”
- Por Tras Cartón
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En el Centro de Salud y Acción Comunitaria (CeSAC) N° 34, que funciona en la calle Artigas 2262, casi en el límite sur de Villa del Parque, se realizó una nueva reunión de la recientemente creada Mesa de Trabajo del establecimiento con altos funcionarios del Ministerio de Salud del Gobierno de la Ciudad.
Asistieron el subsecretario y la directora general de Atención Primaria de la Salud, Gabriel Battistella y Paula Zingoni, respectivamente; la jefa de la entidad anfitriona, Claudia Ferme; el jefe del área programática del hospital Zubizarreta, Julio Spinoso; profesionales del CeSAC 34 y de otros establecimientos sanitarios de la zona, y vecinos.
En primer término, Ferme expresó que “el Centro de Salud es de todos y la salud es de todos” y añadió: “Este es un efector que tiene por fin brindarle a la comunidad la salud, que es un derecho, y así lo concebimos todos los que trabajamos acá”.
Seguidamente, dio a conocer un pormenorizado informe que describe distintos aspectos de la difícil situación que atraviesa el Centro de Salud. Así, refirió que “en estos últimos años aumentó exponencialmente su demanda” y puntualizó que “la cantidad de consultas en 2017 fue de 24.146, en 2018 de 29.500 y en lo que va hasta mediados de mayo, en 2019, de 15.500 y pico, con lo cual en estos cinco meses ya tenemos mucho más que la mitad”.
“Estamos recibiendo mucha más gente con obras sociales”, precisó, y dijo que “por mes son no menos de 1.100 personas que, teniendo obras sociales, recurren a un efector público por miles de razones” y que una de ellas es que “la medicación es totalmente gratuita y los turnos los tienen al mes, como en cualquier obra social, o sea que están atendidos igual o mejor”.
En cuanto al conflictivo tema de los turnos, informó: “Los turnos otorgados en 2017 fueron 24.000 y pico; en 2018, 29.500 y en 2019, hasta ahora, 15.000; el porcentaje da que en menos de cinco meses otorgamos el 64% de los turnos que se dieron en 2017 y el 53% de los que se dieron en 2018, o sea que si hacemos una proyección, a fin de año vamos a ascender a casi el doble”.
Advirtió que “hay especialidades que están verdaderamente colapsadas” y que “la demanda insatisfecha es imposible contabilizarla, no hay forma de registrarla”; y ejemplificó: “Pediatría es una especialidad donde solo tenemos dos nombramientos de 24 horas y dos extensiones horarias de 10 horas, son 68 horas por semana y ahora que tenemos una pediatra de 24 horas de vacaciones, hay que restarle esas 24 horas. Estamos en época de infecciones respiratorias agudas de los niños, Pediatría no da abasto y los turnos son claramente insuficientes: los lunes abrimos la turnera a las ocho y media y a las nueve menos cinco ya no hay más turnos y tienen que volver el lunes siguiente”.
En el mismo sentido, agregó: “Además, ahora nos dan los turnos por el 147 y entonces la gente que viene a atenderse acá desde siempre llega y esos turnos se dieron y encima se dieron mal, porque no se están respetando las características de las agendas”.
Señaló luego: “Salud Mental es otra disciplina que está totalmente colapsada, hay nombrados un solo psiquiatra y una sola psicóloga de 24 horas y no damos abasto, damos tres números de admisión para adultos los jueves y tres turnos para niños los viernes; obviamente, no alcanzan, la gente se queda afuera y tiene que volver la semana siguiente, y además esos tres números no pueden ser atendidos inmediatamente porque las horas asistenciales están limitadas”.
Asimismo, relató: “Odontología es otra disciplina que está colapsada, no damos abasto para cubrir el control de salud bucal de los niños, no tenemos ningún odontólogo de planta, nos arreglamos con horas de Cobertura Porteña [de Salud] que están repartidas entre ellos y nosotros”.
En lo que hace a los recursos humanos, Ferme subrayó que “habría que adecuarlos con el nombramiento efectivo de un tercer farmacéutico” y los nombramientos de “un psicólogo infantojuvenil, de un psicólogo para adultos y de un pediatra”, y confirmó que “están hechos los pedidos por comunicación oficial”. También estimó necesaria “la autorización para poder pedir un odontólogo de planta y algún nombramiento de Fonoaudiología”.
Por su parte, Battistella informó: “De 2016 a 2018 las consultas en la mayoría de los centros de salud se duplicaron y es lo que buscamos, que la gente tenga su lugar de cuidado lo más cerca de su domicilio, tenemos que trabajar en la adecuación de los equipos para ver esta demanda”.
Hizo saber además que “en promedio teníamos en toda la ciudad de un 20% a un 30% de gente que tiene una obra social y está concurriendo al sistema público, no solo por la zanahoria del medicamento sino por la calidad de atención que se le da”.
Destacó que “la Ley Básica de Salud de la Ciudad de Buenos Aires garantiza el cuidado de la salud a toda persona que viva, transite, trabaje o estudie en la ciudad y no hace discriminación entre que tenga una cobertura o no”, y que “un sistema de salud tiene que ir hacia la equidad, o sea, darle más al que más necesita, porque tener una obra social muchas veces no quiere decir que no necesita cosas que evidentemente en su obra social no las está consiguiendo”.
Posteriormente, invitó a los asistentes a que dijeran “cómo sería la manera más fácil que les gustaría de acceder a un turno”; la mayoría coincidió en formular severas críticas al sistema telefónico implementado a través de la línea 147, del que una vecina dijo que “es más un problema que una solución”.
Siguió un extenso intercambio de ideas y opiniones sobre los temas planteados y otros; llamativamente, uno de los que suscitó más interés fue el de la atención de la salud mental. También se plantearon problemas de adicciones.
Como no podía ser de otra manera, se habló del modo en que la crisis que agobia a gran parte de la población se manifiesta en la demanda y prestación de la salud. Al respecto, Battistella reconoció que “estamos en una situación social y económica muy complicada y todos los centros de salud están dando una respuesta, porque está brava la cosa y le están poniendo el pecho”.
Acerca de la provisión de medicamentos, anotició: “En 2017 entregamos quinientas mil unidades por mes y ahora estamos entregando dos millones, reventamos la farmacia pero le estamos dando accesibilidad a un montón de gente que lo necesita. Evidentemente, esto tiene que ir acompañado de más profesionales, y se duplicaron los profesionales de farmacia en todos los centros de salud para cubrir esta necesidad y tenemos un vademécum que responde a una expectativa muy amplia”.
A su vez, Spinoso mencionó que “la gente empieza a privarse, no ya de ciertos lujos, sino de ciertos gastos que hacía”, y que “salud y obras sociales, por pérdida de trabajo o elección”, es uno de ellos, “con lo cual el sistema público vuelve a ser la red de contención de la salud de toda la población”.
Aseguró que “en ese marco, los espacios físicos y la cantidad de profesionales del sistema de salud resultan insuficientes en todos lados, hospitales y centros de salud” y que “este sistema maneja números y la comunidad maneja necesidades”.
Y remarcó: “Ahí hay algo que la gestión central interministerial tiene que entender: son los bienes que se ven o es la salud de la gente; y ahí es donde tienen que reasignar partidas presupuestarias para las necesidades de la población”.
En los tramos finales de la reunión, Battistella aludió a la ampliación de las instalaciones del centro de salud, que la jefa y muchos otros asistentes habían propuesto previamente, por considerar a aquellas exiguas, insuficientes e inadecuadas para la realización satisfactoria de las actividades que allí se desarrollan.
“En cuanto al edificio”, dijo, “ya estuvimos reunidos con la Dirección de Recursos Físicos la semana pasada y la verdad es que técnicamente la ampliación es, no vamos a decir imposible, pero es casi inviable hacer una reforma porque habría que tirar abajo y no conviene”.
El funcionario se retiró, no sin antes comprometerse a hacer gestiones ante distintos estamentos en procura de un mejor funcionamiento del centro de salud.
“En realidad”, protestó Spinoso, “nos vamos hoy con más promesas; nada se concreta y los problemas son cada vez más graves. Si no hay respuesta, hay que pensar en otra cosa”.