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 19 de mayo de  2024

19 de enero de 2011

LA FALTA DE BILLETES: ENTREVISTA A MARCELO PARRILLI

“Es resultado de la inflación que existe”

 

Por Haydée Breslav 

El 10 de enero último, el diputado de la ciudad (MST en Proyecto Sur) Marcelo Parrilli encabezó un acto frente a la sede del Banco Central, en el que numerosos manifestantes protestaron por la falta de billetes. Con este tema principió la presente entrevista, que no tardó en deslizarse hacia otros que dieron lugar a fuertes definiciones políticas.

 

¿A qué se debe la escasez de billetes?
Fundamentalmente, a una falta de previsión del Gobierno Nacional, y específicamente del Banco Central de la República Argentina, cuya responsabilidad le cabe a su titular, Mercedes Marcó del Pont. Es resultado de la inflación que existe, donde para adquirir los mismos bienes se necesitan más billetes, y el Gobierno se niega a sacar uno de mayor denominación por tratarse de una medida políticamente perjudicial, que significaría reconocer que efectivamente la inflación existe; al mismo tiempo, no tuvo capacidad operativa ni previsión para imprimir billetes en la Casa de la Moneda. En ese sentido, funcionarios de esa dependencia sostienen que hay que hacer una inversión de alrededor de cien millones de dólares para comprar la maquinaria necesaria, porque no es por falta de insumos que no hay billetes: la tinta y el papel se los dieron a Brasil, que lo único que tiene, y no tenemos nosotros, es precisamente la capacidad de impresión, es decir, máquinas más modernas.
¿Usted lo atribuye a negligencia o a mala gestión?
Son dos cosas que van de la mano, pero me parece que, además, es un reflejo de la imprevisión vinculada a una suerte de crisis política, por lo mismo que no hubo nafta, que hubo cortes de electricidad... El Gobierno trata de descargar todo eso: lo de los billetes es imposible de descargar en nadie porque quien tiene el monopolio de la impresión es el Estado, pero en el caso de los cortes de energía eléctrica, por ejemplo, el Gobierno trata de descargarlo en las empresas, diciendo que va a sancionar a Edesur o a Edenor -cosa que quizá ni siquiera haga- y achacándoles una falta de inversión, cuando en realidad el mismo Gobierno las subsidia con unos 15 mil millones de pesos anuales.    
¿Y qué puede decirnos sobre la falta de monedas?
Ese es otro negocio, que viene de mucho antes. Como sabemos, hace muchos años que las monedas se acuñan en Chile, porque allí su componente fundamental, que es el cobre, es más barato. Acá, el problema es también del Estado nacional, que no ejerce su poder de policía y de control sobre las empresas que, como todos sabemos, acumulan monedas: se trata de las transportadoras de caudales y de las de colectivos, que después terminan vendiendo esas monedas en el mercado a un costo de un 8 o de un 10%, lo mismo que le cobran a la gente cuando en Constitución, en Retiro o en Chacarita tienen que cambiar diez pesos y le dan ocho; y esto es lo que las empresas de colectivos les imponen a aquellas que necesitan moverse con monedas, como las de ferrocarriles.
¿Cuáles son los sectores más afectados por estos faltantes?
Esto golpea a los sectores económicamente más débiles y vulnerables, económicamente hablando: los asalariados, los jubilados, todos los que perciben planes sociales, que son los que durante dos meses han tratado de sacar billetes de los cajeros automáticos, sin encontrarlos.
¿Qué papel le corresponde en esto al Gobierno de la Ciudad?
Estas son todas cuestiones de política económica nacional, y lo que puede hacer el Gobierno de la Ciudad -y nosotros estamos trabajando en ese sentido- es pedirle un informe al Poder Ejecutivo Nacional, pero no más que eso.
Precisamente, ¿qué opinión le merece el enfrentamiento entre el Gobierno nacional y el de la ciudad?
El enfrentamiento entre el kirchnerismo y el PRO es más para la tribuna que real: en las cuestiones de fondo marchan muy de la mano. En la Legislatura, a excepción de esta última devolución de contrafavores (como el PRO no le votó el presupuesto nacional, el kirchnerismo no le votó el presupuesto de la ciudad a Macri) en las cuestiones centrales siempre llegan a acuerdos; la que yo llamo la oposición pro PRO –uno de cuyos claros referentes es el llamado bloque peronista presidido por Diego Kravetz- acompaña siempre al PRO en las decisiones. En la ciudad de Buenos Aires hay 60 diputados, de los cuales hace ya bastante tiempo que el PRO tiene nada más que 24, de manera que, si la que se declama oposición fuera realmente opositora del PRO, éste no podría sacar nada en la Legislatura, y si lo saca es porque hay bloques de la oposición que terminan acompañándolo.
¿Macri sería entonces una suerte de opositor elegido del kirchnerismo?
Sí, sin ninguna duda; tengo para mí, además, que Macri y Cristina Kirchner se retroalimentan entre sí. ¿Qué mejor enemigo para el kirchnerismo que Macri, quien encarna, desde el punto de vista del imaginario popular, a la derecha? (En realidad, no se trata de la clásica derecha rancia y reaccionaria, porque el hecho de que tenga hoy que depender de alguien como Macri muestra el grado de crisis de la derecha; pero popular y socialmente es así aceptado). Al mismo tiempo, es políticamente débil, porque no tiene partido político estructurado a nivel nacional ni base social, de modo que es un enemigo odiado y al mismo tiempo débil, que mucho ayuda al kirchnerismo a polarizar la falsa opción: o somos nosotros con nuestro “progresismo “, aun cuando tengamos problemas, llámense Moyano, Maturano, burocracia sindical, Insfran, etcétera, o viene la derecha más reaccionaria y recalcitrante con Macri. Por el lado de éste, también el kirchnerismo es el enemigo ideal porque, o somos nosotros con el orden y una sociedad donde se pueda circular por las calles, etcétera, o continúa el kirchnerismo socializante. Y usted sabe que en política es mejor tener enemigos ideales que grandes aliados.
¿Cree que podrían llegar a votarle el presupuesto de la ciudad?
Por la crisis política superestructural (los procesamientos, el escándalo de las escuchas, el parque Indoamericano, etcétera), no le votaron el presupuesto en diciembre, como era la propuesta del PRO, pero hay que ver qué pasa a partir de febrero, de modo que habrá que estar atentos. Además, todo el procedimiento en la Legislatura apunta siempre a que haya poca participación popular: las sesiones se realizan en horarios en que a la gente le es imposible concurrir, o se las convoca a las 3 de la tarde y empiezan a las 8 de la noche, y entonces las decisiones se toman a la 1 de la mañana... Pero en la medida en que se pueda, hay que tratar de seguir ese procedimiento a través de los medios de prensa y difusión, participando, viniendo a las reuniones de comisiones, que son públicas; todo eso contribuirá a dificultar las maniobras. Si no, se favorecen los acuerdos o, como comúnmente se dice, las roscas: yo te voto esto y vos me votás aquello.
Macri aseguró que no se puede gobernar la ciudad sin presupuesto, e incluso habló de adelantar las elecciones...
Es una mentira para presionar a los legisladores de la oposición que no le votaron el presupuesto; en realidad, se reconduce el  del año pasado, que es de 21.400 millones de pesos, contra 25.400 millones, que era lo que Macri pretendía que se le aprobara ahora. La ciudad puede seguir funcionando perfectamente, aun cuando no se sancione el nuevo presupuesto; se reconduce el anterior y no pasa nada.

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