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“Un día que jamás debió haber existido”

“Un día que jamás debió haber existido”

Con motivo de cumplirse el sexto aniversario de la tragedia de Once, familiares y amigos de las víctimas organizaron un acto conmemorativo que se llevó a cabo en el andén 1 de la estación Once del ferrocarril Sarmiento, donde se produjo el desastre en el que cincuenta y dos personas resultaron muertas y más de ochocientas heridas.

Asistieron el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj; la titular de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Nora Cortiñas; el secretario general de ATE Nacional, Hugo “Cachorro” Godoy; el cacique qom Félix Díaz; Mónica Alegre, madre de Luciano Arruga; la dirigente Vilma Ripoll y representantes de muchas otras organizaciones sociales, políticas, gremiales, comunitarias y de derechos humanos. Coordinó el acto el periodista Gerardo Young.

En primer término, Paolo Menghini, padre de Lucas, muerto en la tragedia, homenajeó a Horacio Garbuio y a Carlos Bustamante, fallecidos entre fines del año último y principios de este, y padre y hermano, respectivamente, de Carlos y de Federico, víctimas también de la tragedia.

A las 8:32, el ulular de la sirena recordó la hora en que la formación del Sarmiento chocó contra el paragolpes del andén, tras lo cual se leyó la lista de las víctimas, entre aplausos que fueron arreciando hacia el final, cuando los concurrentes dieron el presente y corearon la consigna “¡Ahora y siempre!”.

Luego, el coordinador leyó algunas de las distintas y numerosísimas adhesiones, entre las que estuvieron las de las Madres del Dolor, la Asociación por los Derechos de las Víctimas, la Red Solidaria, la AMIA, la UCR de la Capital y el Movimiento Libres del Sur. También hubo muchas adhesiones personales, como las del secretario de Derechos Humanos de la CGT, Julio Piumato; las diputadas nacionales Mariana Zuvic y Cecilia Moreau, y la diputada (mc) Margarita Stolbizer.

Después de escucharse un mensaje grabado de Juan José Campanella, comenzó su discurso Mónica Pontiroli, madre de Tatiana, víctima del desastre. Dijo que “hace seis años que este grupo de familiares sigue presa del dolor, un dolor que por momentos se siente tan intenso que es tristeza pura”.  

Expresó que “desde el 22 de febrero de 2012 todos nos involucramos en una memoria común”, pero la emoción le impidió continuar y María Luján Rey, madre de Lucas Menghini, prosiguió con la lectura del texto.  

“Hay una tabla de valores sociales y humanos que debemos practicar”, afirmó, pero en la tragedia de Once “no existía ninguna tabla de valores humanos, estaban ausentes”.  

Dijo también: “Todo este tiempo transformamos el dolor en lucha por la búsqueda de justicia; después de 6 años estamos llegando a la recta final sin dejar ninguna duda flotando. Quedamos desnudos, despojados de nuestros seres queridos”.

A continuación Delia Fucci, madre de Pablo, muerto en la tragedia de Cromañón, leyó un poema alusivo, a cuyo término habló Nora Cortiñas.

“No podía faltar, y las palabras que escuchamos recién son también las nuestras, las de las Madres, y nuestros hijos, los treinta mil, están con nosotras cada vez que acompañamos este dolor de otras madres, otros padres, otras familias”, comenzó.

Y prosiguió: “Seguimos sintiendo lo mismo, esa ausencia que es presencia cuando nos encontramos todos: entonces sentimos que estamos juntos, que podemos compartir el dolor y también las alegrías cuando los recordamos”.

Luego, destacó: “Cada víctima es uno nuestro, así que los acompaño y estamos siempre todos juntos para seguir luchando”, y enfatizó, entre fuertes aplausos: “No voy a dejar de decir que están los treinta mil detenidos y desaparecidos presentes, ahora y siempre, y digo y repito: hasta la victoria siempre. Vamos a lograr justicia y verdad y vamos a vencer”.  

Por último, Paolo Menghini y María Luján Rey se alternaron para leer un extenso documento consensuado por los familiares de las víctimas.

“Se cumplen hoy 6 años de un día que jamás debió haber existido. Una fecha que el país recuerda con tristeza, que produce una pena eterna, parte nuestra vida en dos y se replica en cada minuto que vivimos”, dice en primer término.

Y refiere: “Una mañana muy parecida a la de hoy, las sirenas y los gritos se adueñaron de este lugar, hasta que fueron derrotados por el silencio, ese mismo que tomó por asalto 52 corazones. Cada uno de esos nombres, entonces, se fueron multiplicando. Se fueron propagando con el paso de los días. Y apareció aquella palabra de tres sílabas que se escapaba entre las lágrimas, como un susurro. Primero la dijimos sus familiares, sus amigos, sus vecinos. Luego, los pasajeros y trabajadores. Fue corriendo entre cada ciudad y cada provincia, para esparcirse de Norte a Sur y de Este a Oeste. Entonces, aquel silencio fue derrotado. Y por cada latido silenciado, hubo un grito que salía, irrefrenable, de la garganta de cada argentino de bien. Justicia, justicia, justicia”.  

“Hoy, a seis años, venimos a reafirmar con la convicción que solo el dolor puede dar una lucha irrenunciable para ver tras las rejas a los culpables de esta masacre”, sostiene también el documento, que puntualiza: “Intereses políticos y empresariales intentaron comprarnos, intentaron hacernos dudar, dividirnos o acobardarnos. No pudieron”.

El documento consagra varios párrafos al “juicio oral contra el ingeniero Julio Miguel De Vido, el intocable y todopoderoso ministro de Cristina Kirchner”, quien, refiere, “se tuvo que enfrentar por primera vez cara a cara con nuestro dolor hecho carteles, lágrimas, silencio”.

Y prosigue: “Al finalizar la primera audiencia, la única que tuvo la obligación de presenciar, se levantó y nos miró, desafiante. Desde atrás del vidrio, nuestra inquebrantable voluntad de justicia se hacía otra vez presente, sin violencia ni ánimo de venganza. Nos mantuvimos de pie, con la vista en alto. Fue él quien tuvo que bajar la mirada y dejó la sala a la que no volvió. Ese día, recomenzamos un recorrido que ya conocemos. Y que seguimos caminando”.

En ese sentido, el texto señala que el ex ministro, “durante doce años en el poder, ha sembrado todos los organismos del Estado de amigos y de personas que le temen o le deben favores” y que “es un poder que permanece intacto y que no dudará en usar, ya sea dentro de la Justicia o dentro de muchos organismos del Estado, y que es a la vez una constante amenaza para quienes señalen su responsabilidad”.

El documento menciona también a “Florencio Randazzo, ex ministro de transporte, quien fuera furibundo kirchnerista para de repente querer diferenciarse de sus jefes políticos anteriores”, y así lo caracteriza: “Aquel que intentó instalar como revolución ferroviaria las necesarias mejoras que se hicieron sobre la sangre de nuestros familiares muertos”.

Y precisa: “Son aquellos cambios, construidos y ejecutados sobre los cuerpos inertes de los inocentes, los que fueron usados políticamente en su campaña proselitista sin sonrojarse. Ese personaje que intenta ocultar su historia de adhesión al gobierno que nos dejó abandonados a nuestra suerte se sentó frente al Tribunal hace dos semanas”.

Refiere que, en esa oportunidad, al ex ministro “no le quedó otra que decir la verdad: que cuando le fue asignada el área de Transporte ‘había un deterioro importante en el sistema ferroviario y serias deficiencias en la infraestructura y el material rodante en el ferrocarril Sarmiento’”.

Así, considera que “si bien esos dichos no lo exculpan del siniestro uso político de la compra de trenes a China y la remodelación de las estaciones, aporta todavía más a lo que va quedando claro audiencia tras audiencia: que De Vido incumplió flagrantemente y a conciencia sus responsabilidades como autoridad de aplicación de los contratos de servicios ferroviarios”.

Después de muchas otras consideraciones, el documento vuelve a “la escena más horrorosa jamás vivida en esta Terminal”, y remarca que “ese hecho terrible, y que nos seguirá conmoviendo de por vida, no puede ni debe ser olvidado porque no fue un hecho fortuito, porque todos sabemos que fue un desastre previsible, y por tanto, evitable”.

“Todo lo demostrado en el juicio que finalizó con 21 condenas en diciembre de 2015 constituye una prueba irrefutable de cada palabra que decimos”, remarca.

Sin embargo, observa: “A dos años y dos meses del día en que el Tribunal Oral Federal número 2 leyera las sentencias, seguimos esperando su confirmación de parte de la Sala 2 de la Cámara de Casación Penal. Dicha revisión ha superado los tiempos que necesitaron para hacer su trabajo la instrucción primero y el Tribunal Oral después”.

Al respecto, advierte que “no por repetido deja de ser cierto el hecho de señalar que cada día que pasa es un día más sin justicia” y que “cada jornada sin una decisión de segunda instancia es otro día en que los condenados viven en libertad igual que nosotros”.

Pero concede: “Basta con releer cualquiera de los documentos que en este lugar o en otro hemos leído, para saber que siempre hemos respetado los tiempos de los jueces. Si decimos esto no es para reprochar la tardanza, sino para hacer saber que estamos esperando ansiosos el día en que los corruptos vayan presos”.

E interpela: “¿Cómo podremos, si no es así, creer que entre todos construiremos una nueva Argentina? ¿Cómo haremos para pensar que no es lo mismo ser un delincuente que no serlo? ¿Cómo podremos, nosotros y todos ustedes, creer de nuevo en la justicia?”.

En otro tramo, el documento remarca: “Por eso, en la convicción de que cada paso vale el esfuerzo, que hemos dejado mucho, y que estamos dispuestos a seguir haciéndolo para ver a los condenados tras las rejas es que nos hemos encontrado hoy. Han pasado seis años de proceso judicial, y no sabemos cuánto más falta”.

Los párrafos finales expresan: “Sin embargo, sabemos que llegaremos juntos a la jornada en que ya no sean necesarios papeles, juzgados, escritos, ni audiencias. La justicia nos dará la razón, una vez más”.

“Hasta que ese momento llegue, seguiremos reclamando, con ese grito que nació un día como hoy, y que se multiplica en cada acto. Habrá un día en que esta lucha llegará a su fin, en ese momento, podremos mirar para atrás, y ver con orgullo que homenajeamos sus vidas en esta batalla tan desigual. Mientras tanto, aquí estaremos, dispuestos a lo que haga falta, serenos pero con la convicción intacta de que, mientras haya un corrupto suelto, todos estaremos en riesgo”.

Finalizada la lectura del documento, la concurrencia se trasladó a la plaza Miserere, donde se depositaron flores al pie del monolito erigido en memoria de las víctimas de la tragedia. Por la tarde, una delegación de familiares fue recibida en la Casa Rosada por el presidente Mauricio Macri.

La asistencia a esa audiencia fue debatida previamente, según consta en los siguientes párrafos del documento consensuado:

“Es la primera vez que este colectivo va a entrar a la Casa Rosada como un grupo organizado, tras su conformación. Las reuniones que algunos familiares mantuvieron con la anterior mandataria fueron de orden estrictamente personal. Hoy, orgánicamente, hemos decidido concurrir a la audiencia a la que fuimos invitados hace unos días. Se dará, entonces, un encuentro en el que llevaremos el agradecimiento a todo el pueblo que nos acompañó, pero también todas estas ideas, propuestas y nuestros reclamos”.

“Lo haremos en la convicción de que las deudas que el Estado argentino tiene con nosotros solo puede saldarlas ese propio Estado. Iremos a ese encuentro de carácter institucional tras una debatida decisión grupal, respetuosos de la investidura presidencial”.

“Esperamos ser escuchados y en esa esperanza acudiremos a esa reunión, sabiendo que no tenemos compromiso mayor que respetar nuestra propia historia de independencia política y de respeto por la memoria de quienes nos fueron arrancados de nuestro lado”.

La audiencia
La audiencia se desarrolló en el salón Eva Perón y acompañaron al presidente el secretario Avruj y la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal. En cuanto a la  delegación, estuvo integrada por un sobreviviente de la tragedia y cuarenta y nueve familiares de las víctimas.

Según la información oficial, Macri empezó por saludar a cada uno de ellos. Después, les agradeció la visita y destacó que los familiares “hayan canalizado el dolor de manera constructiva y que no hayan abandonado su lucha” por el esclarecimiento del hecho.

Asimismo, manifestó: “Queremos ayudar desde el Gobierno, fundamentalmente desde la Secretaría de Derechos Humanos, para que avance el proceso judicial, llegar a la verdad y modificar el Código Penal para no beneficiar a delincuentes”.

De acuerdo con esa fuente, en la oportunidad el abogado Leonardo Menghini, querellante en la causa por la tragedia, resaltó: “La inmensa mayoría decidió dejar de lado recibir prebendas, y ponerse en las espaldas el camino de búsqueda de justicia y responsabilidad de los que causaron tanto daño, y que las condenas sean efectivas”.

Al término de la reunión, fue María Luján Rey quien habló con los cronistas agolpados en la vereda de la Casa de Gobierno. “La verdad es que los familiares nos sentimos cómodos; hablamos muy poquito, habló el doctor Menghini en representación de este grupo, porque así lo habíamos convenido en el momento que decidimos aceptar la reunión”, contó.

Así continuó su relato: “El presidente dijo unas pocas palabras para dar comienzo a la reunión, en las que nos agradeció nuestra lucha, nos alentó a seguir buscando justicia, a seguir peleando, a seguir en el camino que venimos llevando desde hace seis años, y después nos invitó a que nosotros le contáramos”.

Dijo después: “Fue tarea del doctor Menghini contarle lo que fueron estos seis años para nosotros, para la vida de cada uno de los familiares, más allá de lo que tiene que ver con la justicia. Para cada familia, cada día es un empezar de nuevo, es pelearla, y eso era necesario que lo conociera el presidente”.

Además, ratificó: “Volvimos a reconfirmar nuestra lucha inclaudicable hasta que se haga justicia, para que cada uno de los responsables esté preso y obviamente le dijimos que cuentan con este grupo de familiares para seguir luchando por objetivos que entendemos son necesarios para un país mejor”.

En ese sentido, enumeró: “La ley de extensión de dominio, la ley que declare imprescriptibles a los delitos cometidos por los funcionarios públicos, seguir trabajando como se viene haciendo con la ley de víctimas, cambiar el paradigma sobre la mirada que se tiene de la víctima y contar nuestra experiencia; no más que eso”. 

Por otro lado, reconoció: “En cuestiones de la justicia el presidente no puede hacer nada y nosotros somos precisamente muy conscientes y respetuosos de eso; lo hemos sido seis años y no vamos a dejar de serlo ahora. Creemos en la independencia de los poderes y la Justicia, en la causa de la tragedia de Once, demostró que puede ser independiente: de hecho investigó, procesó y condenó a funcionarios y empresarios allegados al poder”.

A este respecto, enfatizó: “Acá no venimos a hablar del Poder Judicial, nuestros reclamos a la Justicia los hacemos en Tribunales. Acá vinimos a hablar de lo que les comenté, de lo que estamos viviendo, de lo que esperamos y de lo que estamos dispuestos a hacer los familiares, este grupo de lucha que seguirá aportando su granito de arena desde el dolor para la construcción de un país mejor, en donde las tragedias evitables no se repitan”.

Con relación a los reclamos que le hicieron al presidente, explicó que “hay situaciones particulares de cada una de las familias”, como “sobrevivientes que no tienen una obra social y no han recibido tratamiento psicológico o médico” o como “tres chiquitas que quedaron sin su mamá y necesitan que se les dé una mano”.

Señaló que “como se dice habitualmente, cada familia es un mundo” y que “en cada uno de estos 52 mundos explotó una bomba y se necesitan diferentes cosas”.

Y concluyó: “Entiendo que habrá que analizar cada uno de los pedidos, pero es bueno tener por dónde poder canalizarlos”.

En este último aspecto, Claudio Avruj, en declaraciones a la agencia oficial Télam, refirió: “Los familiares plantearon situaciones personales que dejaron en cartas que vamos a trabajar, situaciones que tienen que ver con la salud y también con la vida diaria de muchos de ellos”.

Consideró que “cuando se pasan situaciones límite como esta, el daño es perpetuo y cada día van presentándose otras consecuencias” y que “cuando falta un padre, un hermano, un hijo o un nieto, los escenarios que se van creando son infinitos”.

Mencionó también “los pedidos de leyes que tienen que ver con acelerar los procesos judiciales y con una ley de imprescriptibilidad de las condenas por corrupción para funcionarios públicos”.

En síntesis, acerca de las “distintas propuestas que se hicieron”, dijo: “El presidente tomó debida nota e impartió las órdenes para que desde la Secretaría de Derechos Humanos coordinemos con todos los equipos de gobierno de la Nación y la Provincia para ver de poder dar respuesta a todos estos planteos”.

En otro orden, evaluó: “Hoy fue el puntapié inicial de institucionalizar con el Estado nacional este diálogo y buscar soluciones a hechos concretos que tienen que ver con las familias y también con caminos que garanticen a futuro que ningún otro ciudadano tenga que pasar por lo que ellos han pasado, ni de ser víctimas ni de ser revictimizados por un Estado que es indolente o por una Justicia que es lerda y tiene muchos vericuetos para entorpecer el trabajo de esclarecimiento”.

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