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“Pedimos una mesa de diálogo”

“Pedimos una mesa de diálogo”

Gran tormenta desató la reforma educativa que impulsa el Gobierno de la Ciudad para el nivel medio: durante septiembre, más de treinta escuelas fueron tomadas por los estudiantes como forma de rechazo a esta propuesta que califican de “inconsulta, sin consenso y arbitraria”. El punto que más inquieta a los jóvenes es la obligatoriedad de realizar “prácticas educativas fuera del ámbito escolar” para los alumnos de 5º año, lo cual encubriría, argumentan, pasantías gratuitas que abrirían la puerta a una mayor degradación del mercado de trabajo. Conversamos con estudiantes de las escuelas Federico García Lorca y Rodolfo Walsh.

Hace pocos meses el Gobierno de la Ciudad dio a conocer un plan de reforma para la enseñanza media que se denomina “Secundaria del futuro”. Según documentos breves que circularon entre directivos y docentes, el plan comenzará a funcionar en 2018 en 16 escuelas.

Para muchos actores del campo educativo, esta reforma se presenta como abrupta. La primera reacción fue de los docentes, quienes, en agosto, se reunieron en asambleas en las escuelas, redactaron y firmaron notas de rechazo. Pero desde principios de septiembre, la reacción más notoria fue la de los estudiantes. Las tomas de escuelas en protesta por la reforma se extendieron rápidamente. El pasado 9 de septiembre, algo más de 20 escuelas estaban tomadas. Una semana después, los establecimientos en manos de los estudiantes eran más de 30.

Si bien el cuestionamiento a la reforma es central, las exigencias de los alumnos van más allá. El 12 de septiembre, los estudiantes expusieron ante la mediación de la Defensoría del Pueblo de la Ciudad los siguientes puntos: 1) No a la reforma porque es inconsulta, sin consenso y arbitraria. 2) Exigir el protocolo contra la violencia de género y la diversidad sexual. 3) Que la policía deje de entrar en las escuelas y que el Ministerio aclare esta situación. 4) Aplicación de la Educación Sexual Integral. 5) Un plan integral de reformas edilicias y otras en las escuelas, como calidad en las viandas e infraestructura informática y tecnológica y condiciones sanitarias. 6) Un informe por escrito de todos estos planes y acciones por parte del Gobierno.

El 20 de septiembre, los centros de estudiantes se reunieron en la sede de la Defensoría con la ministra de Educación Soledad Acuña. El reclamo principal fue la postergación del plan de cambios con la idea de llegar a una reforma consensuada. No hubo acuerdo.

“El principal motivo de la toma es la desinformación”

“El martes 12 de septiembre se votó en asamblea de estudiantes, en las primeras horas, después siguieron las clases normales y cuando se terminó el día, a las seis de la tarde, empezó la toma”, explica Julieta, una estudiante de 5º año de la Escuela Federico García Lorca, ubicada en Chorroarín 305. “La escuela no la tomamos en el momento en que salió la votación a favor por el tema de que muchos profesores estaban cerrando notas todavía y no queríamos perjudicar a nadie”, completa Luciano, del mismo año.

“Yo creo que el principal motivo de la toma es la desinformación, la falta de comunicación que tenemos con el Gobierno. Por eso, la principal consigna de todas las tomas, en general, es una mesa de diálogo para que se pueda debatir bien, que se nos consulte en cada medida que se toma respecto a la educación. No es que de entrada queremos bochar la reforma. Queremos armar algo que esté bueno para todos y que todos tengamos opinión”, explica Luciano.

“El mayor problema de la reforma es que no hay nada concreto. Entonces todos te van a decir cosas distintas que habrán escuchado en otros lados”, expresa Julieta.

Luciano retoma: “Por ahora lo más chocante que tenemos es el 5º año, que se hace en pasantías, en empresas, en laburo en negro, de esclavo súper mecánico, que no ayuda mucho con la especialización de la escuela. Por ejemplo, tu escuela es de especialidad en comunicación y te mandan a hacer telemarketing. Seguramente te va a evaluar un jefe, seguramente no por cómo te desempeñes sino por cómo le caigas”.

Mateo agrega: “Lo que están buscando es mano de obra gratis. Porque si va un pibe de 5º año y el jefe le dice ‘vení a laburar y te ganás unos mangos’, ahí ya le quitaste la posibilidad al pibe de hacer su futuro como él quiere. Le quitaste la posibilidad de poder estudiar”.

Y Luciano admite: “Tampoco podemos hablar con total certeza, porque así como nos llegó que es trabajo esclavo de poner sellitos, también nos llegó que si tu escuela es especializada en música o en algo parecido, podés ir a trabajar al Teatro Colón. Nos llegaron como dos extremos”. La idea de reformar la educación no se pone en cuestión, sí la manera: “Por eso pedimos una mesa de diálogo. No fueron consultados ni los profesores ni la comunidad educativa. No hubo charlas informativas ni nada. Simplemente pusieron los papeles sobre la mesa y dijeron ‘esto va a ser así’”, insiste Mateo.

Respecto de la importancia que la reforma les otorga a las nuevas tecnologías, Violeta dice: “Nos dan computadoras y no tenemos Internet. ¿Cómo quieren que hagamos? No es que estemos en contra de todo lo que se dice. Para mí, está bien usar tecnología. Pero viendo las condiciones en que está la educación pública ahora, ¿cómo vamos a creer que de la nada va a venir y va a estar todo bien?”.

Otro tema insoslayable es el de la relación con los profesores respecto de la toma: “Están los que apoyan, los que están en contra y los que te dicen: ‘Sí, está bien tu lucha pero no te voy a ayudar. Esa es tuya, no mía’”, señala Juan. Y advierte: “No solo esto nos afecta a nosotros sino también a los docentes. Porque las materias pasan a ser áreas. Entonces en las materias que van a integrar esa área se va a necesitar solamente un profesor. Va a haber un despido masivo de profesores. Sabemos ya de su lucha por el sueldo y por la precarización laboral que están sufriendo”.

Acerca de lo que representa esta situación como experiencia política propia de los estudiantes, Luciano dice: “Nosotros tenemos nuestras diferencias. A la tarde, hay pocos chicos que participan del centro de estudiantes. Sin embargo, en la toma hubo muchos chicos de la tarde que se acercaron y colaboraron. Yo creo que a partir de la toma, el Centro se va a ver bastante reforzado”.

“No se está cumpliendo el programa de Educación Sexual Integral”

Santiago, de la Escuela Rodolfo Walsh, ubicada en Argerich 5651, introduce otro punto importante del reclamo de los chicos, que es el incumplimiento del programa de Educación Sexual Integral (ESI): “Es un problema muy grande el tema de violencia de género y violencia machista. La Educación Sexual Integral ayudaría un montón a contrarrestarla. Está muy bien que esté en la currícula y está horrible que no se esté cubriendo”.

Belén señala: “La ESI está en la buena onda de los profes que la quieran tratar. En la buena onda de los directivos que puedan meterla en algún hueco de la currícula. Pero actualmente no se está teniendo un espacio y una decisión política de decir educación sexual para todos”.

Y Santiago completa: “No se están teniendo políticas estructuradas con la temática de género por parte del Gobierno. No está llegando a las escuelas el material de arriba para implementar las clases sobre la temática de género. Al Estado no le importa esta temática y nosotros estamos protestando por eso”.

En cuanto a la integración de materias, otro de los ítems que propone la reforma, Belén dice: “Está bueno integrar temas en el sentido de que, por ejemplo, en Historia estás viendo la década del 30 y en Literatura podés ver la literatura de los 30; poder ir acompañando ese proceso de enseñanza y aprendizaje en todas las materias al mismo ritmo para poder tener un conocimiento integrado; saber que en Europa estaba pasando una cosa y en América en ese momento estaba pasando otra... Está bueno que podamos unir los conocimientos. No que Lengua esté por acá y Matemática esté por allá. Las cosas están juntas porque en la vida están juntas. Pero no queremos espacios delimitados por la fuerza y a rajatabla. No es cuestión de unir como si fueran una misma materia. Se trata de que vayan de la mano. Estaría bueno que los profes trabajen en proyectos. Si se unen varias materias, está repiola. Pero lo que no está bueno es que saquen a los profes. O que pongan facilitadores o que directamente saquen materias”.

Sobre la tecnología y la infraestructura, la estudiante del Walsh agrega: “En el tema de Conectar Igualdad, a nosotros nos llegaron las compus una semana antes de las elecciones. No fue casualidad. Hacía dos años que no se repartían computadoras. A mí me suena raro. Si van a hacer las cosas por decisión política, hagámoslas en serio, que todos los pibes puedan estar y que no se les caiga el techo de la escuela”.

Y Joaquín comenta: “Ellos plantean que seamos cada vez más autodidactas para ahorrarse un montón de gasto. Y el docente para nosotros es una persona que es vital, con la que podemos compartir. Es una persona con la que podemos formarnos socialmente, formarnos en un montón de otros aspectos”.

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