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“La curva está en un franco descenso”

“La curva está en un franco descenso”

Con respecto a la cantidad de casos de COVID-19, el ministro de Salud de la Ciudad, Fernán González Bernaldo de Quirós, afirmó que “la curva está en un franco descenso de manera sistemática y sostenida”, y que “el 14% de los porteños han tenido la enfermedad”.

El funcionario formuló esas declaraciones ayer, durante uno de sus habituales informes trisemanales sobre la situación sanitaria en la jurisdicción a su cargo, oportunidad en la que presentó la Encuesta de Seroprevalencia de COVID-19 de la Ciudad de Buenos Aires, elaborada por la Dirección General de Estadística y Censos.

Quirós empezó su informe diciendo que “hasta el día de hoy [por ayer] hemos confirmado 148.516 casos totales, se han recuperado 125.328 personas y lamentablemente han fallecido 5.236, lo que hace una tasa de letalidad para la ciudad de Buenos Aires de 3,5%”.

Seguidamente, manifestó que “cuando uno ve la curva de la cantidad de casos por día, siempre ordenados por el del hisopado, seguimos viendo la tendencia que venimos mostrando semana a semana”, y destacó que en la ciudad “la curva está en un franco descenso de manera sistemática y sostenida, actualmente en valores de entre 400 y 500 casos por día”.

Con respecto a “la media móvil de los últimos siete días”, dijo que “se ve un fenómeno similar”, y precisó que “prácticamente, la velocidad del descenso, incluso de las últimas dos semanas, ha sido un poquito mayor a lo que veníamos teniendo en las semanas previas”.

Informó después que “el R [potencial de propagación] en la ciudad, desde el 2 de septiembre hasta el día de hoy [por ayer], ha estado siempre por debajo de 1, es decir que todos los días hemos tenido una disminución de casos con relación al día anterior” y especificó que “el R de hace tres días, que siempre se reporta con algunos días de demora para esperar que se carguen todos los casos, era de 0,85, un valor de los más bajos que hemos tenido en la serie”.

A continuación, anunció la incorporación a los ítems habituales en sus informes de “un poco más de información epidemiológica”; así, con respecto a “la infraestructura de camas”, recordó: “Nosotros habíamos dispuesto 5.000 camas de hoteles para pacientes leves: llegamos en el pico de casos a ocupar unas 3.200 o 3.300 en los días con mucha actividad, y al día de hoy estamos con algo más de 300 camas de pacientes leves ocupadas, es decir que estamos en el 10% de lo que fue el momento de más actividad, con un descenso muy franco”.

“En cuanto a los pacientes moderados”, prosiguió, “en el subsector público el fenómeno es bastante similar; nosotros habíamos preparado 1.500 camas de internación general para poder hacer frente a la curva epidémica, y en el peor momento apenas pasamos las 1.000 camas ocupadas, eran 1.020 o 1.030 en el pico, y a partir de allí ha ido descendiendo sistemáticamente la ocupación; al día de hoy tenemos 279 camas ocupadas, lo que significa más o menos un 27% de lo que fue el pico, es decir, una cuarta parte de lo que fue el peor momento”.

Señaló que “otro aspecto son las camas de terapia intensiva” y puntualizó que en “el subsector privado de la ciudad, tenemos 407 camas ocupadas de pacientes con COVID en terapia intensiva, lo que representa un 62% de la ocupación de la totalidad de la capacidad, pero claramente con un descenso de un pico de 600 que había llegado a tener en el peor momento”.

En lo que hace al sector público, remarcó: “Se ve un fenómeno muy parecido, en el peor momento llegamos a tener 307 camas ocupadas de terapia intensiva sobre aquellas 450 que habíamos dispuesto, y al día de hoy estamos con 135 camas ocupadas, alrededor de 80 de ellas por pacientes con ventilación mecánica, número que habíamos dejado de tener por el mes de mayo, es decir que hay que ir hasta la serie de ese mes para encontrar valores tan bajos de ocupación de camas críticas en el sector público”.  

“En términos de testeos”, anotició, “hemos alcanzado los 700.660; como siempre, prácticamente el 60% de ellos se han hecho a porteños; estamos con una positividad que sigue descendiendo, al día de hoy está en 18,8% con una tasa de test por 100.000 habitantes de 13.495”.  

Se refirió luego a “la curva de positividad de los test en la ciudad de Buenos Aires”, puntualizando que “desde principios de junio a esta parte, efectivamente ha ido descendiendo sistemáticamente y estamos debajo del 20% hace varias semanas”.

La encuesta

El ministro dedicó el resto de su exposición a presentar y explicar distintos aspectos de la Encuesta de Seroprevalencia de COVID-19, a la que definió como “un trabajo de campo que ha sido dirigido y conducido por la Dirección de Estadística y Censos de la Ciudad”, destacando el “enorme esfuerzo que ha sido conducido” por esa dependencia y “realizado por enfermeros, promotores de la salud que han ayudado muchísimo en los barrios populares y encuestadores de Estadística y Censos”.

Según puede leerse en ese estudio, este se realizó entre el 8 de septiembre y el 18 de octubre últimos, “a partir de una encuesta probabilística y representativa del total de CABA, de 2.024 viviendas en las que se procedió a efectuar un test serológico (IGG) a un miembro de la vivienda elegido al azar entre los mayores de 18 años a fin de determinar la presencia de anticuerpos”.

En su primer cuadro, la encuesta muestra que en la CABA, sobre un total de 3.075.629 habitantes, la población seroprevalente es de 310.761 personas, lo que significa un porcentaje de población seroprevalente de 10,1%. Se indica también que en los barrios populares ese porcentaje trepa hasta el 42%, mientras que en el resto de la CABA es de 7,4%.

En ese sentido, Quirós explicó que “para la segunda semana de septiembre, el 10% de los porteños habían tenido la enfermedad”, y manifestó que “si uno proyecta esa situación al día de hoy, podemos confirmar que el 14% de los porteños han tenido la enfermedad, ese es el valor actual de la seroprevalencia de la ciudad de Buenos Aires”.  

Y agregó: “Para nosotros ese primer resultado es muy importante para tener una idea, no solamente de la magnitud, sino también de cómo se ha distribuido la enfermedad en la ciudad y, por lo tanto, qué políticas públicas tenemos que intensificar o hacer, no solo para terminar de bajar la curva sino sobre todo para comprender cuáles serían los mecanismos de un potencial rebrote y elaborar políticas públicas para prevenirlo o mitigarlo”.  

En igual sentido, subrayó que “la ciudad de Buenos Aires ha desandado la curva de una manera bastante avanzada, alcanzando proporciones muy similares a la mayoría de las ciudades que testearon la seroprevalencia de manera correcta, que no son tantas”, y ejemplificó: “San Pablo completó su curva con el 11,4%, Ginebra con el 10,8% y Madrid con el 11,7%”. Se enorgulleció porque la ciudad “ha completado su curva epidémica alcanzando un grado de contagio en la ciudadanía muy similar a las diferentes ciudades del mundo”, pero advirtió que “nos tenemos que seguir cuidando, porque varias de esas ciudades, luego de un tiempo y pasado el verano, han tenido rebrotes”.

En la rueda de prensa que siguió, afirmó Quirós, contestando una pregunta, que “esta es una enfermedad que utiliza canales de contagio” y que “en todo este periodo, en la ciudad de Buenos Aires, los canales de contagio han sido básicamente los lugares de hacinamiento, como los barrios populares, [la enfermedad] ha corrido por los lugares de mayor dificultad socioeconómica; por los más cerrados, donde hay mucha gente, como los geriátricos; por los trabajadores esenciales, sobre todo los de la salud”.

Hizo notar que “el resto de la ciudadanía ha tenido menor tasa de enfermedad” y que “es una distribución bien asimétrica, tenemos más de 40% de seropositivos en barrios populares y 4% de seropositivos en barrios más acomodados, es decir que la forma en que vivís es un marcador del riesgo de poderte enfermar, lo cual hemos dicho mil veces, pero acá lo podés cuantificar”.

Se refería a las cantidades expuestas en el estudio, más precisamente en el segundo cuadro, referido a la seroprevalencia por zona, donde se observa que en la zona norte, con una población total de 611.640 vecinos, la población seroprevalente es de 25.245 habitantes y el porcentaje de población seroprevalente de 4,1%, mientras que en la zona centro las cifras son, respectivamente, de 1.562.674 y 111.975 personas y 7,2%, en la zona sur, de 662.104 y 73.081 personas y 11,0%, respectivamente, y en los barrios populares de 239.212 y 100.459 personas y 42,0%.

Así, el ministro resaltó que “hay una parte de la ciudadanía que ha sufrido mucho esta enfermedad y otra parte de la ciudadanía que no, y eso significa que como comunidad aún no estamos protegidos”.

Consultado sobre la vacuna, opinó que “lo que va a hacer cuando la podamos tener el año que viene es que, si existiera una segunda ola de contagios, la gente más vulnerable, la que podría enfermarse más gravemente o fallecer, va a estar más protegida, pero decididamente no va a evitar el contagio entre la gente que circule por la ciudad, con lo cual tenemos que seguir cuidándonos, por supuesto que agregando actividades y aprendiendo cómo hacer prácticamente todo lo que hacíamos antes pero de una manera diferente”.

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