Matemurga festejó sus primeros veinte años
- Escrito por Victor Pais
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Con la representación de Herido barrio, obra estrenada en marzo de 2016, el grupo de teatro comunitario Matemurga, que dirige Edith Scher, festejó sus veinte años en la calzada de la cuadra de Tres Arroyos al 500 ante alrededor de doscientos espectadores que aprobaron con fuertes aplausos la propuesta.
Habíamos señalado hace seis años, después de haber presenciado el estreno de la referida obra, algo que es una constante de Matemurga y que define su estilo: la acción sincronizada de los actores, el canto y la música, la diversidad del vestuario y de idiosincrasias. En Herido barrio el personaje es el vecindario, un vecindario que se revela con fuertes contrastes, pero que mayoritariamente quiere reconstruir lazos que la vorágine de la ciudad que crece fue dañando.
En este reencuentro con la obra, volvimos a trenzarnos con la ilusoria espera del regreso de un vecino pianista y a entreverarnos con una trama que se articula en torno a los preparativos de un banquete para agasajar al susodicho. Todo se fue desarrollando con destacados y numerosos interludios musicales corporizados a través del coro, la voz de Scher y la cálida sonoridad instrumental lograda con una guitarra, un acordeón, una flauta traversa, un chelo y un bombo.
Como ocurrió en marzo de 2016, y a tono con el lugar central que ocupa lo culinario en esta propuesta teatral, una vez terminado el espectáculo, la misma larga mesa que se montó para la escenografía fue modestamente provista con bocadillos realmente comestibles que los actores trajeron para compartir con la concurrencia. Eso sí: Scher advirtió que los knishes de papa, tan reiteradamente mencionados en el libreto, quedaron pendientes para una oportunidad futura.