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La Paternal latió con el Corso de Maturín

La Paternal latió con el Corso de Maturín

Con la participación de doce murgas y algunas otras expresiones musicales, el corazón de La Paternal tuvo su festejo de carnaval el sábado y el domingo últimos. Fue merced al recientemente oficializado Corso de Maturín, celebrado en la calle de ese nombre entre Nicasio Oroño y Seguí. La doble jornada estuvo organizada por Lagamur del Rioba, agrupación murguera estrechamente vinculada a El Hueco, espacio cultural situado en esa misma cuadra.

Las murgas que por allí pasaron le aportaron al encuentro un amplio abanico de la geografía porteña ya que estaban identificadas con distintos barrios de la ciudad. Así fue que desarrollaron su espectáculo Protagonistas del Carnaval, de Plaza Irlanda; Los Rotosos de Monserrat; Amanecidos de Palermo; Atacados por la Santa Risa, también de Palermo; De Paso Cañazo, de Villa Soldati; Los Presumidos del Carnaval, de Almagro; Portadores de Alegría, de Villa Ortúzar; Poetas de Nadie, de San Telmo; Desvelados de la Boca; Los Estrellados Porteños, de Mataderos; El Rechifle de Palermo; y Los Movedizos de Villa Crespo. A su vez, la cantante Melina Sol, la banda de música balcánica Fandango y Sambatelmo contribuyeron con el condimento extramurguero.

“La primera edición que hicimos fue en 2020, justo precuarentena, y era más que nada anticipándonos a que estábamos en los preparativos porque la murga cumplía al año siguiente diez años de existencia”, nos dijo acerca del origen de este jovencísimo corso Germán Delgado, director de El Hueco e integrante de Lagamur del Rioba, la agrupación anfitriona que, en esta circunstancia, no presentó su espectáculo.

La novedad es que en este carnaval el Corso de Maturín fue integrado por primera vez al circuito oficial que, según explicó Delgado, está coordinado por una comisión integrada por funcionarios del programa Carnaval Porteño del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires y las agrupaciones murgueras a través de sus delegados.

Asimismo, en referencia a todo el ámbito porteño, Delgado señaló que “en este año 2023 por primera vez después de 2020 se vuelve a hacer un corso entre comillas con normalidad”. Y precisó: “Digo entre comillas porque fue mucha lucha. El Gobierno de la Ciudad no quería más que diez corsos emblemáticos. Después de muchas reuniones se llegó a los 35 corsos que nosotros teníamos pensados y con mucho aporte de nuestro lado. No se sostuvo todo económicamente –lo que se llaman los fierros, sonido, escenario, estructura– desde el gobierno, sino que todos teníamos que poner dinero y esfuerzo en otras cosas, como limpieza o sonido o escenario. Daban una sola de las dos cosas, toda una exigencia que, por suerte, logramos sostener con la lucha de la comunidad murguera. Logramos sostener 35 corsos aun resignando funciones, días, pero logramos un esquema para que los corsos sigan existiendo”.

Sostuvo además Delgado que “formar parte del circuito oficial es ser parte de una gran comunidad de murgas y murgueros y sociabilizar las luchas y los recursos que tenemos entre todos, esto quiere decir no cortarse solos”. Y aclaró enfático: “El circuito oficial no es del gobierno, el circuito oficial es a pesar del gobierno. Si fuera por el gobierno no tendríamos carnaval, no tendríamos murga, no tendríamos nada”.

Finalmente, Delgado manifestó que él y sus compañeros de la agrupación se encontraban “muy contentos” por cómo se desarrolló el corso y por la presencia vecinal y de representantes de instituciones del barrio, aunque admitió: “Muy pocos corsos de la ciudad lograron convocar a la misma cantidad de público que en el 2020. Esto es algo que hay que reconstruir, hay que trabajar… La gente todavía no se había enterado de que habían vuelto los corsos. Hay que mejorar la comunicación y un montón de cosas”.

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