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TRAS CARTÓN   La Paternal, Villa Mitre y aledaños
 26 de abril de  2024

17 de agosto de 2011

NUESTRO LIBRO DEL MES: ÁNGEL G. VILLOLDO: APORTES E INTERROGANTES SOBRE EL ORIGEN DEL AUTOR DE “EL CHOCLO”

Importante contribución a la historia del tango

Por Haydée Breslav

 En el año en que se cumple el sesquicentenario del nacimiento de Ángel Villoldo, resulta grato saludar la aparición de este trabajo de Tito Rivadeneira y Osvaldo Cattaneo, que dota de importantes precisiones a la incierta biografía del compositor.

Se trata del resultado de una investigación que insumió largos meses de búsqueda concienzuda y sistemática, y que se centró en los datos de filiación del músico, de los que poco y nada se conocía fehacientemente hasta ahora.
Así, los autores se propusieron responder a distintos interrogantes en torno de la vida del autor de El choclo, como dónde y en qué fecha nació y si su nacionalidad fue argentina, así como si existen actas de su bautismo, del de su hermana Irene y del matrimonio de sus padres, y si tuvo más hermanos.
Según hacen constar los autores en el prefacio, la información que presentan al lector “trató de ser corroborada con datos surgidos de documentos oficiales civiles y/o eclesiásticos”, y se puso “el mayor esfuerzo en encontrar documentos que se refirieran a los aspectos de identidad, desarrollo de los primeros años del compositor y su entorno familiar”.
La búsqueda tropezó con no pocos inconvenientes y dificultades, como la circunstancia de que los hechos investigados fueran anteriores a la creación del Registro Civil, épocas en que era en los libros parroquiales donde se asentaban las actas de bautismo, matrimonio y defunción.
Así, y con referencia a la primera incógnita, y a raíz de sendas hipótesis formuladas por distintas fuentes sobre el lugar en el que habría nacido Villoldo, los autores se contactaron con “todas las parroquias entrerrianas, cuyas erecciones eclesiásticas datan de antes de 1861”, no dudaron en visitar “todas las parroquias de la ciudad de Buenos Aires, cuyas erecciones canónicas datan de antes de 1865, y la casa de Expósitos, como así también el Registro Civil de Buenos Aires (que conserva actas de bautismo de fines del siglo XIX)” y no dejaron de consultar “los libros parroquiales existentes desde 1831 y hasta 1865” de las localidades uruguayas de Colonia del Rosario, Carmelo y Nueva Palmira. Sin embargo, los resultados de todas esas búsquedas fueron negativos.
Por otra parte, como señalan los autores, “debemos tener en cuenta las características de la sociedad de esa época”; recordemos que, en lo que hace a las “personas de bajo nivel sociocultural-económico (…) la gran mayoría eran analfabetos y no se llevaban libros o cuadernos recordatorios con fechas de acontecimientos importantes”.

Significativo hallazgo
Así y todo, la investigación arrojó notables resultados: uno de los principales hallazgos, presentado por los autores con infrecuente modestia, es el de la libreta de enrolamiento de Villoldo, quien la solicitó en 1911, en cumplimiento de la Ley Nº 8129; contaba a la sazón 50 años de edad. En ese documento declara ser hijo de Juan Villoldo y de Victoria Arroyo y haber nacido el 16 de febrero de 1861, fecha que coincide con la que consta en los registros de la Sociedad de Autores y Compositores de Francia, en la que el músico se inscribió en oportunidad de un viaje a París en 1907.
La libreta ostenta la fotografía de un Villoldo envejecido, cuyas facciones nada tienen que ver con las que aparecen en otra, que algunos historiadores han presentado como un retrato del autor de El choclo.
El libro presenta también otros importantes documentos, como la cédula de identidad y las actas de matrimonio y de defunción de Irene Villoldo, hermana del compositor; el acta de defunción de su madre y los censos de 1855, 1869 y l895; todos los datos han sido objeto de meticuloso análisis.
Además, y con el objeto, según expresan los autores, de “tratar de establecer relaciones familiares más rigurosas”, la investigación se vio enriquecida con la realización de estudios genealógicos cuyos resultados, una vez expuestos, han sido sintetizados en un ilustrativo gráfico que permite la pronta comprensión del lector.
Merece señalarse también el descubrimiento de la relación entre el matrimonio compuesto por los inmigrantes italianos Espiridión Petenello y Luisa María Botto, que habría sido protector de aquellos; significativamente, los restos del músico y los de su madre descansan desde 1967 en la bóveda de esa familia, que Luisa Botto adquirió en 1912.
Por último, los autores formulan distintas hipótesis sobre el origen de Ángel Villoldo y dejan sentadas las conclusiones a que llegaron sobre la base de datos conocidos y a la luz de los nuevos aportes presentados en el libro.
Cabe esperar que este, como su contenido amerita, pase a ser material de consulta y objeto de debate y análisis por parte de investigadores, aficionados y todos aquellos interesados en el rescate, la preservación y la difusión de los exponentes de la cultura porteña. 

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