19 de abril de 2011

EN VILLA PUEYRREDÓN 

Se inauguró la Plaza Nunca Más

Por Víctor Pais

Con una nutrida presencia vecinal se inauguró la Plaza Nunca Más, en un sector del espacio verde lindero a la estación de ferrocarril Villa Pueyrredón. El acontecimiento coronó un largo esfuerzo de un grupo de vecinos, en su mayoría pertenecientes a la Asamblea Popular de Villa Pueyrredón, agrupación que surgió en el marco del estallido social de 2001.
El acto se desarrolló en la zona lindante con otra parte que se encuentra enrejada y que lleva el nombre Plaza de los Niños Dr. Carlos Arturo Gianantonio. Ambas denominaciones sustituyen a la de Teniente General Lonardi, asignada por la última dictadura para el conjunto del espacio público.
Dentro de un semicírculo de vecinos colocados de frente a las rejas, sobre las cuales se colgaron las fotos de los militantes populares detenidos desaparecidos vinculados al barrio, fueron sucediéndose los diversos oradores y números artísticos. También había allí dos placas. Una que incluía el nombre de los referidos militantes, así como el de los obreros de Grafa –empresa que estaba radicada en el barrio– que corrieron la misma suerte; y otra que incluía el siguiente texto: “Nunca Más. Homenaje a la labor de la CONADEP. Memoria. Verdad. Justicia. Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Marzo 2010”.
El primer orador, anunciado luego de haberse cantado el Himno Nacional Argentino y de que la presentadora leyera el texto de la ley que propició la celebración, fue Facundo De Filippo, diputado porteño (MC) que impulsó la iniciativa: “Fue un proceso muy  largo el que vivimos en la ciudad para poder colocar el nombre de Nunca Más a esta plaza. Esta es una ley que no es de mi autoría, es de la autoría de los vecinos que reclamaban un espacio como éste”, señaló en su alocución.
Seguidamente habló a la concurrencia el sacerdote  Domingo Bresci, quien fue entre 1964 y 1975 párroco de la iglesia Cristo Rey, ubicada en Zamudio 5551. El religioso, luego de ofrecer algunas anécdotas de aquella época, sostuvo: “Yo tomo las palabras de las Madres de ahora que cuando miran a su alrededor dicen ‘aquí veo a mis hijos’. Ya no miran más para atrás. Esa tristeza ya la asumieron y ven en todos los rostros de los jóvenes de hoy el rostro de sus hijos, y ese es el gran triunfo de aquella lucha que comenzó en los 60 por una sociedad más justa, más humana, más fraternal y que se continúa con miles de actos cómo éste”.
El encuentro prosiguió con la colocación de pequeños cartelitos con los nombres de los militantes desaparecidos junto a un círculo de numerosas y pequeñas flores dispuesto alrededor de un árbol. A la vez, un alumno de la EMEM Nº 2 Agustín Tosco tomó el micrófono y nombró a todos los homenajeados. A su término, hizo su número de danza unipersonal Lorena Orlando.
Finalizado ese interludio artístico, provocó gran emoción el anuncio de la presencia de Nora Cortiñas y Mirta Baravalle, ambas integrantes de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora.
“Esta Plaza Nunca Más deja estas dos palabritas que son tan grandes si uno piensa que tenemos que luchar para, efectivamente, nunca más. Nunca más dictadura cívico militar, nunca más represión, nunca más persecución al pueblo, pero también nunca más pobreza, hambre, desocupación, gente sin techo, ése es el nunca más por el que seguimos todos luchando”, expresó Cortiñas. En tanto Baravalle, cuya hija fue secuestrada hallándose con un embarazo de cinco meses, también aportó conmovedoras palabras.
Fue la última oradora Alicia Montoya, integrante de la referida asamblea y propulsora de la Cooperativa El Álamo, entidad que agrupa a cartoneros representados en el acto a través de un considerable contingente de jóvenes uniformados con remeras rojas: “Esta fue una lucha dura. Porque es fácil poner una placa, es fácil hacer un acto, lo difícil es batallar todos los días para que nuestros vecinos en este caso entiendan que esta es una lucha que tiene ver con la cotidianeidad de todos los hombres y mujeres del trabajo, de todos los hombres y mujeres de buena voluntad. En esta plaza vinieron a refugiarse los bichitos rojos que vemos acá cuando la infantería vino a sacarlos del lugar que ocupaban para acopiar sus materiales con los cuales se ganaban el pan. Y cerquita de esta plaza un puñado de vecinos que se quiso arrogar la representatividad de este barrio cortó las vías pidiendo ‘que se vayan todos… los negros’, nuestros compañeros”.
Y con una referencia a los militantes homenajeados, Montoya concluyó: “Queremos que esa lucha y esa sangre no haya sido derramada en vano, por eso nosotros seguimos peleando por un país sin esclavos ni excluidos. Nunca más un niño con hambre, nunca más un pibe que trabaja, nunca más una compañera víctima de trata sexual, nunca más un pibe muerto en las manos del paco, las nuevas miserias que tenemos que afrontar los luchadores”.
Siguió en la secuencia el último número artístico, protagonizado por el cantor y guitarrista Víctor Torres, al que se sumaron luego los cuatro percusionistas de Los tambores no callan, quienes estuvieron desde el principio animando la jornada con su música.
Y como corolario se realizó el descubrimiento del cartel (amarillo) con el que está señalizado el flamante espacio público.